Óscar, su pareja y su pequeño de seis meses están atravesando por primera vez un arduo proceso: la matriculación en una escuela infantil. Son una de las más de 10.000 familias que no han conseguido plaza en ninguno de los centros que ofrece el Ayuntamiento de Madrid. También siguen en lista de espera con las de la Comunidad. Pero este padre está indignado por una cuestión que le ha supuesto un quebradero de cabeza durante todo el procedimiento. La solicitud de ayudas para asistir a guarderías privadas (Becas de Educación Infantil), para cuyo trámite es necesario abonar la matrícula o la reserva, debe completarse entre el 29 marzo y el 20 abril. Mientras, los admitidos en centros públicos no se conocen hasta mayo.
Por ello, muchas familias se han visto obligados a abonar la reserva para no perder la opción del conocido como cheque guardería, o han dejado pasar la posibilidad de aspirar a esta prestación. La cantidad de la beca, que cubre solo parcialmente los gastos, varía en función de la renta. Oscila entre los 1.400 y los 2.300 euros. “Nosotros ya no podemos solicitarla para el curso 2023-24. No tiene ningún sentido porque nos imposibilita actuar con toda la información”, opina tajante Óscar en conversación con Somos Madrid. Cree que la Comunidad, con Isabel Díaz Ayuso a la cabeza, busca “primar una enseñanza privada y que la gente vaya directamente a ella”.
Desde la Consejería de Educación del Gobierno regional, en declaraciones a este medio, se limitan a apuntar que “las familias pueden solicitar simultáneamente plaza en escuelas infantiles municipales o privadas con acceso a ayudas de la Comunidad de Madrid. En muchos casos obtienen plaza en alguna de dichas opciones y, en ocasiones, son admitidos en más de una red de centros y la familia tiene que elegir la plaza en la que se matricula”, dicen, sin hacer referencia a la problemática con los plazos.
Por suerte Óscar, que no pierde la esperanza en disponer de una plaza pública en alguna guardería de Puente de Vallecas, puede optar a alguna ayuda municipal si finamente debe llevar a su hijo a la privada (ya ha abonado la matrícula en una de estas escuelas para evitar quedarse fuera): “Las del Ayuntamiento se otorgan a año vencido, de hecho todavía no sabemos los plazos ni las condiciones en las que saldrán”.
Perder cientos de euros para tener un salvavidas
El caso de Katia, madre de un niño de 1 año, es el inverso. Pagó la matrícula de un centro privado en Tres Cantos (donde no existen becas municipales como las de la capital) para optar así a la bonificación autonómica, y un mes después ha visto como recibía una plaza de la Comunidad. “En mi caso he perdido 180 euros porque los tiempos están muy mal gestionados”, lamenta.
La administración te empuja al pago de la reserva en centros privados antes de saber si has entrado en una pública, así que lo haces ya no solo por la beca, sino por el miedo a quedarte sin nada
Pese a ello, siempre ha tenido clara su preferencia: “Todavía no nos han informado del importe que nos darían con el cheque guardería y cuánto tendríamos que pagar, pero mi hijo va a ir a una escuela pública”. Aduce razones económicas para esta decisión, pero también y por encima de todo “una mayor calidad en el sistema público en general y en el centro al que mi hijo irá en particular”. Para Katia, más allá de ajustar los plazos para que las ayudas a centros privados no precedan a la publicación de plazas públicas, “el principal problema es que faltan escuelas públicas”.
Irene, otra madre afectada, cuenta que la situación no es nueva y viene de largo. Aunque ha sido este 2023 cuando la inscripción para el cheque guardería se ha adelantado a marzo-abril, en lugar de junio-julio, en la solicitud era necesario introducir un código que solo se obtenía al abonar con anterioridad una reserva o prematrícula en un centro privado. “Es muy perverso”, opina. “La administración te empuja a ese pago antes de saber si has entrado en una pública, así que lo haces ya no solo por la beca, sino por el miedo a quedarte sin nada”.
Con su hijo mayor no consiguió un hueco en escuelas de la Comunidad ni del Ayuntamiento. Por contra el año pasado, la pequeña de la familia accedió a un centro público después que sus padres ya hubiesen costeado la reserva en una guardería privada. Con la experiencia de ambos modelos, Irene coincide con Katia en que “la atención es mucho mejor en la pública”.