“Nací en esta plaza hace 78 años, señor Almeida. Era un vergel, era todo árboles. Llegó Alianza Popular, hizo el primer parking, un parking privado, y taló muchos árboles”. Así comenzaba este martes por la noche su discurso Marisa Paredes, la actriz que encabeza la protesta vecinal contra las decenas de talas que se avecinan en la céntrica plaza de Santa Ana y que el Ayuntamiento de Madrid ya ha marcado en sus troncos.
Paredes participaba megáfono en mano en la concentración convocada por la Asociación de Vecinos de Sol y Letras anoche, junto a decenas de vecinos que en mitad de julio, con media ciudad de vacaciones, salían a la calle para intentar frenar lo que califican de un nuevo “arboricidio” del Gobierno de Almeida.
“Ahora usted pretende acabar con 46 árboles (...) se nota que tiene sombra debajo de su casa, señor alcalde”, continuaba Paredes entre gritos de “¡arboricida!”, procedentes del resto de manifestantes. “No hay sombra para refugiarse, ustedes están asolando plazas y calles de Madrid con la excusa del bien para todos. ¡Mentira! No vamos a consentir más mentiras”.
El discurso de Marisa Paredes fue el momento álgido de una protesta vecinal en la que se colocaron decenas de velas en el centro de la plaza formando el lema TALA NO, similar al que desde hace más de un año recorre los barrios de Madrid en lucha para mantener su patrimonio verde.
Los lemas que se cantaron también fueron similares a los que antes han entonado los vecinos de Arganzuela o Carabanchel afectados por las deforestaciones que acompañaron a las obras de la línea 11 de Metro, o a los que también entonaron los del parque de la Cornisa.
Además de pancartas y consignas, en Santa Ana hubo también una performance teatral representada por dos actores, uno disfrazado de árbol de la plaza y otro con la careta del alcalde Almeida, motosierra en mano, que intentaba echarlo abajo.
Las críticas fueron destinadas al primer edil, pero también a su equipo. “Carabante, es evidente que te importa una mierda el medio ambiente”, decían los manifestantes en referencia al delegado de Movilidad, cuyo departamento ha ideado la reforma del aparcamiento que arrasará con 30 árboles de la plaza y obligará al trasplante de otros 16.
La protesta llega unos días después de que el consistorio haya marcado con una X todos los troncos que van a ser partidos por la motosierra en Santa Ana. Poco antes el área de Movilidad adjudicó definitivamente el proyecto de reforma y la explotación posterior durante 25 años a Ortiz Construcciones y Proyectos.
La concesionaria fue la ganadora de un concurso por el que pagará 6,1 millones de euros al Ayuntamiento de forma inmediata y después 408.752 euros anuales de canon. A cambio, podrá explotar un negocio que facturará al menos 45,8 millones de euros, según cálculos municipales.
La tala de Santa Ana, que nadie tenía prevista hasta hace unos meses, fue avanzada por Somos Madrid el pasado mes de enero. La publicación de la noticia provocó la movilización de los vecinos de la zona y también de importantes figuras de la escena madrileña, encabezadas ya por entonces por Marisa Paredes. “Se va a a convertir en una triste explanada”, avisaba la actriz el pasado invierno en la primera de las protestas.