Ante la perspectiva de que la ley reguladora de los vehículos de transportes con conductor (VTC) se apruebe en la Asamblea de Madrid en lectura única, sin debate ni alegaciones, varios cientos de taxistas han desfilado por Madrid, entre la glorieta de Cibeles y el comienzo de la calle Alcalá, sin llegar a la Puerta del Sol, para mostrar su rechazo. “El gobierno del PP nos ha engañado, nos ha tomado el pelo”, ha censurado Julio Sanz, presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPTM), mayoritaria en el sector. La ley que pretende aprobar el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso permitirá a los VTC seguir realizando trayectos urbanos –lo que hasta ahora solo podían hacer en virtud de una moratoria estatal que está a punto de expirar– y no prevé un régimen sancionador para las infracciones.
“Tanto el consejero de Transportes [David Pérez] como la presidenta dijeron que se reunirían con nosotros las veces que hiciera falta”, ha protestado Sanz ante los medios en Cibeles, donde ha afeado al Gobierno regional que “legisle solo para una parte”, en referencia al sector del VTC, y ha comparado el proceder madrileño con el de otras comunidades gobernadas por los populares, como Murcia o Galicia, donde la normativa de vehículos a demanda se aprobó con el concurso del sector del taxi. El presidente de la FPTM ha recordado que el año pasado la Comunidad de Madrid “se tuvo que guardar” la normativa reguladora del taxi después de que el Tribunal Superior de Justicia la anulase por haber presentado al trámite de alegaciones un texto sustancialmente distinto al aprobado después.
La marcha ha venido precedida de la ocupación de cuatro carriles del paseo del Prado, entre Neptuno y Cibeles, por 190 taxis. Allí estaban, por ejemplo, Javier Cidoncha, de 46 años, y Fernando Carrero, de 54, que insistían en que con su protesta no pretendían quitarle el trabajo a nadie, pero que los conductores de los “coches negros” con licencia VTC normalmente son trabajadores precarios, muchas veces “migrantes que vienen a buscarse la vida” y que trabajan sin horarios ni garantías.
Aunque los desencuentros entre los taxistas madrileños y los gobiernos del PP no son de ahora, todavía puede sorprender la beligerancia en un gremio que los clichés populares han asociado siempre a la derecha política. “El dinero no es de derecha ni de izquierdas”, replicaba a esto el taxista Carrero, mientras Cidoncha presumía de credenciales obreras: “Yo soy de Puente de Vallecas, ya me dirás”. La aprobación urgente de la norma dependerá, no obstante, de la posición de Vox, que puede forzar que la ley pase a tramitarse por el cauce ordinario si mañana vota en contra en el pleno de la Asamblea de Madrid, como ya han anunciado que harán los partidos de la oposición (la diputada de Podemos Alejandra Jacinto acompañó la manifestación). “Vox ha sido coherente hasta ahora”, ha apuntado Julio Sanz, que confía en el voto negativo de la formación.
Ayuso en los billetes de 10 euros
En todo caso, la marcha ha avanzado pacíficamente, liderada por una camioneta desde que se lanzaban billetes de 10 euros con la cara de Ayuso entre la música de los altavoces por los que ha sonado una mezcla ecléctica, desde la obvia ‘El taxi’, de Osmani García, hasta clásicos de Alaska o incluso el ‘Bella ciao’ partisano, que chocaría, a priori, con una de las pancartas cercanas a la cabecera, con el mensaje “globalización o patria”, muy en boga últimamente en algunos discursos de la derecha ‘alternativa’. “El taxi unido jamás será vencido” o “manos arriba, esto es un atraco”, han coreado los asistentes, que rondaban el millar, y portaban otras pancartas con lemas más específicos, como “Ayuso, abuso” o “Ayuso, pro empresas afines a su partido”. Al respecto de esta última comentaban algunos asistentes la coincidencia de que el presidente de la patronal Unauto VTC, José Manuel Berzal, hubiese sido concejal y diputado regional del PP en Madrid.
Ante la perspectiva de que la norma se apruebe finalmente tal cual la propone el PP, la FPTM no se plantea de momento ir a la huelga. “No estamos en eso, no hay que perjudicar al usuario, vamos a ser optimistas”, ha opuesto el presidente, quien, no obstante, ha advertido de que por los derechos se puede pelear “en los despachos, en los tribunales y en la calle”. “La última vez salió realmente mal”, recuerda el taxista Cidoncha respecto al paro de 2019, también por culpa de la laxitud reguladora con los VTC.