La estrategia del Gobierno de la Comunidad de Madrid para detectar asintomáticos a través de la realización de tests PCR a la población desmonta el argumento principal de confrontación de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, –y parte de su equipo– contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez en la lucha contra la pandemia. El virus se ha vuelto a descontrolar en Madrid y la región está de nuevo entre las regiones con más contagios del país. Desde el Ejecutivo de Ayuso han tratado de responsabilizar desde antes incluso de los rebrotes al Gobierno central señalando al aeropuerto de Barajas como el “coladero de entrada” del coronavirus en la región. Los datos y el propio 'programa de detección precoz' iniciado este lunes por el Gobierno madrileño en las zonas menos visitadas de la capital contradicen dichos argumentos.
El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, anunciaba el pasado viernes un plan de tests “masivos” para la lucha contra la Covid-19 en la región. Las zonas escogidas para este estudio que busca detectar asintomáticos han sido los distritos y municipios del sur de Madrid. ¿La razón?: son los lugares donde el virus está teniendo una “mayor incidencia” en esta segunda ola de casos en la región, explicaba el propio consejero de Sanidad el viernes e insistía este lunes su viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero.
Los distritos de Carabanchel, Usera, Puente de Vallecas, Villaverde en la capital y los municipios de Alcobendas y Móstoles son los lugares donde el virus está golpeando con mayor fuerza, reconocía Zapatero este lunes desde el centro habilitado en Carabanchel donde se escogió una muestra de 1.000 personas de entre 15 y 49 años para realizar los PCR pero a la que solo acudieron algo más de 400. “El objetivo es detectar en personas asintomáticas lo más precozmente posible la infección por coronavirus y de esa manera proceder a su aislamiento, estudiar sus contactos y recomendar cuarentena. El objetivo es cortar la cadena de transmisión en estas zonas básicas”, decía Escudero cuando anunció el plan.
Todas estas zonas de Madrid tienen en común su situación socioeconómica: la renta per cápita es mucho menor que en otros lugares de la región, desde luego que en los barrios turísticos, donde están los principales hoteles y museos y que frecuentan los visitantes. Para Fernando García López, médico epidemiólogo y portavoz de la asociación de Salud Pública de Madrid (AMASAP), es en estas características socio-económicas y no en Barajas donde hay que buscar la explicación del aumento de los contagios en estas zonas de la capital y la región que el consejero de Sanidad ha situado como las más afectadas. “Son lugares donde hay más economía sumergida, es más difícil que los casos se aíslen porque su situación laboral y familiar no lo permite”, señala.
“Cuando ha empezado a haber rebrotes, una vez más hay que mirar los determinantes estructurales y la renta es uno de ellos. La transmisión familiar por los hacinamientos también en las relaciones sociales propicia más que haya más contagios”, expone por su parte Javier Padilla, médico de familia en Madrid. Ambos profesionales coinciden en señalar que el enfrentamiento que intenta propiciar el Gobierno regional por Barajas es “estéril” y “no está avalado por los datos”. “Barajas es el menor de los problemas, la movilidad es un factor de riesgo pero es en los propios desplazamientos internos o en la llegada de turismo por carretera donde puede haber más problema por la condición de núcleo que es Madrid”, añade Padilla.
132 contagios de Barajas en 98 días
Según los datos de la Consejería de Sanidad, desde el 11 de mayo han llegado 128 casos procedentes de Barajas en los centros sanitarios de la red de Madrid además de otros cuatro notificados por Salud Exterior, explica a elDiario.es un portavoz de Sanidad. “Estimamos que han podido entrar otros 300 asintomáticos”, señala, un cálculo que se hace por Salud Pública “en función del comportamiento del virus”, explican desde la Consejería. “Un porcentaje elevado de la población no presenta síntomas y no acude a los servicios sanitarios pero si tiene capacidad de contagiar”, insisten desde el departamento que dirige Ruiz Escudero.
Simón aseguraba este lunes que el número de casos importados en España tras la apertura de las fronteras con algunos países y la llegada de turistas es “menor de la que se esperaba”. Ha cifrado en cerca de 300 los casos importados de coronavirus procedentes de vuelos comerciales. “Se están haciendo controles documentales, visuales y de temperatura que están dando indicios suficientemente buenos”, ha apuntado Simón, que ha descartado la aplicación de nuevas medidas “de forma inmediata”.
132 contagios por Barajas en 98 días es un dato menor con respecto a las cifras totales que está registrando la Consejería de Sanidad. Durante el último mes los nuevos casos semanales se han multiplicado por 19 y la aparición de brotes también se ha disparado, pasando de los cuatro notificados en las dos primeras semanas de julio, a 13 en la segunda quincena del mismo mes y a más de 40 en lo que ha transcurrido del mes de agosto. A estos datos se suma que el número de hospitalizaciones se ha incrementado, llegando a cifras que no se alcanzaban desde hace meses y volviéndose a situar como la autonomía que más ingresos ha registrado en la última semana. Ante esta tendencia, la asociación madrileña de Salud Pública y el Colegio de Médicos de Madrid ya alertan de que en la región hay transmisión comunitaria. Este lunes, el viceconsejero de Salud Pública evitaba hablar de transmisión comunitaria pero reconocía que la transmisión en la región es ya “alta”. De los brotes detectados este martes por la Consejería de Sanidad uno se ha producido en un centro de salud con nueve positivos por el momento.
Ahora, el programa que ha arrancado este lunes con la realización de pruebas PCR aleatorias a un sector de la población comprendido entre los 15 y los 49 años pretende detectar a los asintomáticos para así “frenar la cadena de transmisión”, explicaba Zapatero. Para los expertos consultados, la muestra –1.000 test por cada zona– solo permite “hacer un estudio epidemiológico, pero no para saber quién lo está pasando”, señala el portavoz de la asociación de Salud Pública de Madrid (AMASAP), que concluye que “no sirve para detener la cadena de transmisión”. “Eso solo es posible si se hace un rastreo minucioso y exhaustivo de todos los casos y se realiza una cuarentena a los que hayan dado positivo”, añade Fernando García.
La medida iniciada este lunes y que ha tenido una vaga respuesta por parte de los vecinos llega después de la polémica por la falta de contratación de rastreadores en la región. Madrid solo detectaba a un 7% de asintomáticos desde el 10 de mayo –un dato muy inferior a la de otras regiones–, según la última cifra incluida en un informe oficial, que enfrentó al consejero, Enrique Ruiz-Escudero, y al responsable de las Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. Escudero trató de desmentir la cifra que finalmente fue eliminada del documento de la Consejería de Sanidad.
La consecuencia de que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso no hubiera hecho los deberes en la contratación de los rastreadores, tal y como se comprometió hace unos meses cuando exigía que Madrid pasase de fase, implica más dificultades para detectar a los asintomáticos y que estos puedan actuar como propagadores del virus. En mayo, el Gobierno madrileño aseguró que contratarían 400 rastreadores, sin embargo en julio se desveló la cifra real: 182. Con la difusión del nuevo protocolo autonómico cuando los casos estaban ya disparándose, el Ejecutivo de Díaz Ayuso se comprometió a tener un equipo de 380 profesionales dispuestos a hacer ese trabajo a principios de agosto. Para esas fechas, el departamento autonómico de Sanidad no había sido capaz de alcanzar las cifras prometidas pese a haber recurrido a pedir voluntarios en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid. Finalmente, el Gobierno de Ayuso acabó recurriendo a la privatización del servicio que se llevó la empresa sanitaria Quirón. Actualmente, hay 560 personas haciendo esa función en Madrid según la última cifra facilitada por el viceconsejero de Salud Pública.
Durante la desescalada, la falta de rastreadores fue precisamente uno de los motivos que esgrimió el Ministerio de Sanidad para denegar dos veces el paso a la fase 1. Entonces, Isabel Díaz Ayuso denunció una campaña de “acoso” por parte del Gobierno de Sánchez hasta el punto de que llevó a los tribunales la decisión del comité de expertos de Moncloa de denegar el cambio de fase en Madrid.
Ahora, el nuevo motivo de enfrentamiento es Barajas. La estrategia del PP y de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid sigue siendo la confrontación con el Gobierno central, esta vez tratando de poner el foco en el aeropuerto: “Barajas sigue siendo un coladero para el virus”, decía hace unos días el vicepresidente Ignacio Aguado, unas palabras que repitió después la consejera de Presidencia, Maria Eugenia Carballedo (PP). Un día después insistía en que “no exigir PCRs en origen ha sido la peor estrategia posible para nuestro sector turístico”.
El viceconsejero de Salud Pública de Madrid, Antonio Zapatero, insistía este lunes en pedir esas PCR en origen “para evitar que esa sea otra puerta de entrada del virus en Madrid”. Pero las cifras de contagios por esa vía así como las zonas más afectadas en la región según el programa puesto en marcha por la Comunidad de Madrid desmienten que Barajas esté teniendo incidencia en la región como quiere hacer ver el Gobierno regional ahora que tiene todas las competencias para poner freno al virus.