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Chantajes, grabaciones y “juego sucio” en Torrelodones: el último escándalo del PP madrileño

El último escándalo del PP de Madrid ha sacudido a un pueblo del norte de la comunidad con 23.000 habitantes y gran poder adquisitivo. El típico feudo de los conservadores. Allí arrasaba el PP en las elecciones, hasta que algo se torció en 2011, cuando una agrupación vecinal reconvertida en partido político, Vecinos por Torrelodones, se hizo con la alcaldía. Cuatro años después se confirmaron para el PP sus peores augurios: el recién nacido partido logró la mayoría absoluta que los populares habían mantenido durante décadas.

Las grabaciones que han provocado la dimisión de uno de sus concejales, publicadas por la Cadena Ser, vuelven a poner al PP en el centro del tablero del juego sucio y las luchas internas. “No aprenden”, mascullaban el jueves las filas populares de Madrid, que salieron rápidamente a encapsular el comportamiento del concejal que chantajeó a la alcaldesa, Elena Biurrun, en una “actitud individual” de la que “no tenía conocimiento ni la dirección regional ni el partido local”. Nadie, aseguran, sabía en el PP que uno de sus ediles se lanzaba a la desesperada a intentar recuperar la alcaldía por las malas. “Quiero esa silla” dijo a la alcaldesa, antes de amenazarla con una denuncia en el Tribunal de Cuentas que, según el edil popular, tendría consecuencias políticas y personales.

En eso, en reconquistar un feudo político que siempre fue suyo y con importantes intereses urbanísticos, llevan los conservadores desde 2011 en Torrelodones. Ese año perdieron por primera vez en las urnas el gobierno tras 24 años consecutivos en el Ayuntamiento. Vecinos por Torrelodones, una candidatura municipalista sin lazos regionales ni nacionales con otro partido, desembarcó sin experiencia política en un municipio con una deuda de 13 millones de euros y otros 10 más guardados en un cajón.

“Los primeros días venía gente al Ayuntamiento a cobrar cosas todo el rato”, cuenta Ángel Guirao, uno de los concejales (ahora de Comunicación) que estuvo desde el principio en el Gobierno municipal. En un libro llamado Vecinos al Poder, el grupo político cuenta cómo encontraron en el municipio una “red clientelar forjada en la costumbre” y cocida a fuego lento a base de años y años de gestión del PP.

“Un día de buenas a primeras recibes una carta del párroco que te dice que qué pasa con sus flores, y así muchas más”, recuerda Guirao, que relata episodios similares a lo largo de estos siete años de gobierno. “Pinchazos en las ruedas”, “varias querellas”... y ahora, como colofón, el chantaje de un concejal de un partido adversario para “quedarse la silla”.

Según el relato de Vecinos por Torrelodones, la alcaldesa recibió el lunes una llamada del concejal del PP Ángel Viñas para tratar un “asunto importante”. El encuentro debía celebrarse con una condición: el punto de reunión tenía que ser fuera del municipio. La regidora acudió con uno de sus concejales a una cafetería de Las Rozas, donde se encontraron no a uno sino a dos interlocutores.

Ángel Viñas acudió con Jorge García González, exlíder del PP de Torrelodones y, según el equipo actual, un desaparecido en combate desde que el ahora líder, Arturo Martínez Amorós, ganó las primarias locales en 2017. “Dijo que no estaba de acuerdo con la junta directiva nueva y no ha vuelto a aparecer hasta ahora”, dice Martínez Amorós en conversación con eldiario.es. El nombre de Amorós también aparece en los audios emitidos por la cadena Ser: en ellos García acusa a un promotor inmobiliario, José Luis Velasco, de haber comprado los votos que permitieron la victoria del actual líder en las primarias de 2017.

Lo que se ha conocido -y lo que falta por salir- completa un nuevo capítulo de las luchas intestinas en el PP con importantes constructores y promotores inmobiliarios operando en la sombra. En las grabaciones, Viñas dice de su propio partido que “tiene una gran capacidad de hacer juego sucio” y asegura que tiene “auténticos hijos de puta alrededor”, unas palabras que han sido muy mal encajadas entre sus compañeros de filas en la localidad.

“Tres años y medio conviviendo con él y de buenas a primeras dice que somos unos hijos de puta. La dimisión es lo lógico y lo que tenía que pasar”, sostiene el portavoz del PP en el municipio, Arturo Martínez Amorós, en conversación con eldiario.es.

La denuncia, Madrid y González Taboada

Tras la dimisión de Viñas, el PP de Torrelodones explica que llevaban “un año trabajando” en la denuncia que él utilizó para chantajear a la alcaldesa Elena Biurrun y que dijo que no presentaría si se les garantizaba que la agrupación vecinal no concurre a las municipales de 2019. El portavoz, Arturo Martínez Amorós, asegura que Madrid [la sede del PP regional] sabía que el PP de Torrelodones había encargado un informe para después llevarlo al Tribunal de Cuentas y que Jaime González-Taboada, exconsejero de Cifuentes y ahora senador cercado por la Púnica, fue su interlocutor el día que se reunieron en persona para abordar el tema. También reconoce que el concejal Viñas le avisó en la noche del miércoles de que un medio de comunicación iba a sacar “una entrevista” que mantuvo con “la alcaldesa y Jorge por el tema del túnel” y que él mismo asumiría “toda la responsabilidad”. El edil ha dimitido 24 horas después por la “presión del PP de Madrid”, que amagó con defenderlo hasta que salió la parte de la conversación en la que insultaba a sus compañeros de militancia.

La denuncia con la que se intentó amedrentar a la actual regidora está motivada, según admite el mismo PP, por una sospecha de “mala praxis”. No por corrupción. De hecho, el propio Viñas le dice a la alcaldesa que está convencido de que no se han metido “ni euro en el bolsillo” con el proyecto. “Algo que seguramente no podría decir si fuese alguien de mi partido”, dice el edil en la cinta.

La obra salió a concurso y tenía un coste cerrado, 5,2 millones de euros. El PP acusa al Ayuntamiento de no haber vuelto a licitar el proyecto después de hacer un modificado que lo cambiaba “sustancialmente” y que lo habría abaratado.

“Es un dinero, 400.000 euros, según nuestro informe, con el que se podrían haber hecho muchas cosas en el pueblo”, apunta el portavoz del PP de Torrelodones, Arturo Martínez-Amorós. El concejal dimitido sostiene ante la alcaldesa el mismo argumento, pero sin saber que está siendo grabado reconoce que una acción de este tipo da “rédito electoral”.

Sin coche oficial, sin comidas pagadas por el Ayuntamiento y prescindiendo de pequeñas partidas como la grúa municipal, Vecinos logró dejar la deuda a cero y encadenar superávit año tras año. Su gestión de los 25 millones de presupuesto anual, cuestionada por el PP desde la oposición, ahora se ve mezclada en este escándalo ante la posible denuncia, sobre la que el equipo de Gobierno se muestra, “tranquilo”.

“Todo lo que se hizo se ajusta a la legalidad y por eso hemos enviado toda la documentación que tenemos por iniciativa propia al Tribunal de Cuentas”, apunta el concejal Guirao.

“Nos hemos metido en todas las guerras y en todas las batallas. Te cargas los chiringuitos de poder... y pasan estas cosas”, continúa el edil del Gobierno municipal, que dice que en estos siete años han estado involucrados, como denunciados en ocasiones, en hasta siete querellas. El promotor inmobiliario Velasco, señalado por haber contribuido presuntamente a dopar los resultados de las primarias de 2017, se querelló contra el partido de Gobierno por incluir en el libro que escribieron que “iba con pistola”.

Unos partidos y otros construyen el relato de un municipio pequeño con una vida política atravesada por intereses y presiones, pese a que a priori se trata de casi una ciudad dormitorio, con la población dispersa y pocas redes vecinales. “El estupor en el pueblo es generalizado. Primero sorpresa, luego indignación”, asegura la portavoz del PSOE, Elena Repullo, que no se pronuncia sobre la posible denuncia pero condena en todo caso el “mercadeo” con esos asuntos.

Ciudadanos, con un concejal, completa las sillas del pleno municipal de Torrelodones pero ha rechazado hablar con eldiario.es sobre el caso. La dirección regional del partido aseguró que el comportamiento de Viñas, quien aseguró en las grabaciones que si el partido independiente no concurría a las urnas, los votos se los repartirían el PP y Ciudadanos, recuerda a la “mafia calabresa”.

Con las elecciones a la vuelta de la esquina y mucho nerviosismo en el Ayuntamiento y en otros despachos más poderosos, el PP aún no ha decidido aún el candidato mientras se elaboran encuestas para medir qué nombres funcionan mejor. Las candidaturas se conocerán antes de diciembre y está por ver si el proceso para designarlas logra cicatrizar esas heridas en el PP de Madrid. Pablo Casado tendrá que equilibrar fuerzas, agradecer los apoyos a su candidatura y tratar de preservar los grandes feudos populares asediados por la corrupción (Pozuelo, Majadahonda, Boadilla...) en solo dos meses. Su grupo municipal deberá decidir ahora si presenta una denuncia que, según sabe ya toda España, formó parte de un chantaje para eliminar de la carrera electoral a la agrupación de vecinos que gobierna desde 2011 Torrelodones.