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Vecinos del sur de Madrid protestan contra las “restricciones políticas” de Ayuso: “Creen que creando guetos compensan la falta de recursos”

Víctor Honorato

20 de septiembre de 2020 21:06 h

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Más de 855.000 personas tendrán que lidiar a partir de esta medianoche con las nuevas restricciones impuestas por la Comunidad de Madrid ante el aumento continuado de casos de coronavirus. Los barrios afectados, la gran mayoría en el sur de la capital y localidades limítrofes, han realizado este domingo hasta 15 concentraciones de protesta ante una decisión que achacan a motivos políticos, más que sanitarios. “Han ido a saco por los barrios en donde peores resultados sacaron en las elecciones”, protestaba a mediodía en Ciudad Lineal Roberto Pérez, comercial de profesión y vecino del área, una idea repetida por asistentes a varias de las concentraciones de la jornada.

Las reivindicaciones generaron reacciones de los responsables políticos. “Los barrios de Madrid hacen frente a la segregación. Lo que hacen falta son rastreadores y más sanitarios empezando por los centros de atención primaria”, escribió en Twitter el líder de Más País, Íñigo Errejón. El coordinador de Izquierda Unida, Alberto Garzón, opinó que el PP de Madrid había preferido “priorizar los beneficios económicos de sus amigos, externalizando y privatizando servicios sanitarios y el bienestar de su base electoral, confinando solo a barrios obreros” antes que contratar más rastreadores y sanitarios en la atención primaria. La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, opuso que los partidos que habían pedido el apoyo al estado de alarma “incitan a la confrontación y convocan concentraciones”, signo a su entender de “mezquindad” e “irresponsabilidad”. El alcalde, José Luis Martínez Almeida, había criticado por su parte las concentraciones iniciales del viernes.

Al margen de los intercambios de mensajes de los políticos, Paloma, de 27 años, señalaba al mediodía en Ciudad Lineal que su casa se había librado de las restricciones por tres calles. “No tiene sentido dividir por zonas sanitarias solo por segregar”, se quejaba. “Creando guetos creen que compensan la necesidad de recursos y prevención”, añadía Paloma, su madre, que cree que el Gobierno regional está “protegiendo a las zonas con mayor poder adquisitivo”.

Los vecinos ocuparon la calzada y la policía local tuvo que desviar el tráfico. “Somos obreros, no somos prisioneros”, “menos banderas y más enfermeras” o “no es confinamiento, es segregación” fueron algunos de los cánticos, acompañados de palmas, de los vecinos concentrados.

Más al sur, en Vallecas, la concentración comenzó a las 12 frente a la Asamblea de Madrid, situada en el barrio de Palomeras Bajas, informa Analía Plaza. Allí se reunieron más de mil personas, que posteriormente bajaron por la calle Martínez de la Riva -que pasa al lado del barrio de San Diego, uno de los más afectados por los contagios- en dirección a la Junta de Distrito, en la Avenida de la Albufera.

“No es confinamiento, es segregación”

Entre los asistentes estuvieron los miembros de Más Madrid Rita Maestre, Héctor Tejero y Nacho Murgui. La protesta avanzó al grito de “no es confinamiento, es segregación” y llegó a la Junta pasada la una de la tarde. La avenida quedó cortada en el tramo que va de Monte Igueldo al metro de Nueva Numancia, donde esperaban varios furgones policiales. Además de los cánticos en defensa de la sanidad pública, los asistentes corearon “más sanitarios, menos comisarios”.

En el barrio de Carabanchel, la concentración comenzó también a las 12, con puntos de encuentro en el Centro de Salud General Ricardos y la Plaza Emperatriz, donde cientos de personas se congregaron al grito de “Ayuso dimisión” para protestar contra las medidas que entraran en vigor esta medianoche en las zonas de salud de Puerta Bonita, Guayaba y Vista Alegre, las tres con una incidencia de más de 1.000 casos de coronavirus en los últimos catorce días.

En torno a las doce y media, la concentración se convirtió en manifestación, con rumbo hacia la Plaza Oporto a través de la Calle Oca, coreando lemas como “más sanitarios, menos policía”, en relación a las noticias recientes de un aumento de la presencia de las fuerzas de seguridad en los barrios afectados, informa Sara Riveiro.

Tanto en Latina como en Usera, las congregaciones se retrasaron a las siete de la tarde. En el segundo de estos barrios, la reunión de vecinos se convirtió en una marcha cuando la plaza junto a la junta de distrito rebasó las 1.000 personas y los vecinos empezaron a avanzar por la avenida de Rafael Ybarra y la calle de Marcelo Usera. Con la participación de militantes de Izquierda Revolucionaria, los asistentes gritaron mensajes como “Nuestro barrio no es un gueto” o “Ayuso dimisión”, trufados de menciones a la lucha obrera.

Arancha, limpiadora de la estación de Atocha “y de Podemos, pero aquí a título individual”, esperaba en la plaza el inicio de la protesta mientras señalaba su fastidio porque las restricciones en su barrio no evitarán que tenga que ir por la mañana en el metro al trabajo, ni resolverán la falta de médicos en el centro de salud o aliviarán la preocupación por las tres pruebas PCR positivas en el colegio de sus hijos.

A las siete en punto, un grupo de percusión empezó a golpear los tambores y a guiar a los asistentes en sus palmadas. Cerca, Alfonso, vecino del barrio, opinaba que las restricciones de mañana tienen que ver “más con el segmento social del barrio” que con la situación real de la epidemia, y criticaba la ausencia de rastreadores. Tamara y su marido, ambos de pelo cano, lamentaban por su parte no poder ir al parque. “El poco ejercicio que hacíamos no lo podremos hacer”, se quejaban.