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El 'gran fusiladero' de la Guerra Civil en Salamanca empieza a abrirse

Siete jóvenes se sientan en una tierra que fue removida hace 77 años con la intención de dar luz a lo que ocurrió entonces. Siete jóvenes están a la sombra de las encinas del monte de La Orbada, a escasos 20 kilómetros de Salamanca, con el deseo de encontrar lo que esa tierra esconde, cadáveres de fusilados en la Guerra Civil.

El grupo de alumnos de Arqueología Forense, de las universidades Complutense de Madrid y Autónoma de Barcelona, han comenzado a escarbar la tierra para descubrir si en ese mismo lugar está enterrado el conocido como grupo de navarros, entre 7 y 15 trabajadores de Navarra que salieron de la cárcel de Pamplona, en 1936, y no llegaron a la de Salamanca.

Las investigaciones preliminares han determinado que podrían encontrarse en este monte, el de La Orbada, un municipio conocido como el ‘gran fusiladero’ de Salamanca, según ha asegurado Severiano Delgado, responsable de la asociación Memoria de La Orbada, que es la que tomado la iniciativa de rebuscar en ese monte.

En Salamanca se sabe que La Orbada y las tapias del cementerio de la capital salmantina fueron los lugares elegidos para los fusilamientos en masa. Del conocido como ‘gran fusiladero’ se habla de que pudieron ser asesinados más de 200 personas, y arrojados a los dos lados de la vieja carretera que une Salamanca con Valladolid.

Hoy, esa vía de conexión apenas es utilizada. Tras dejarla y meterse por un camino de tierra hacia el conocido como monte de La Orbada, se descubren los primeros trabajos de exhumación. Y ya han aparecido restos, sin apenas distancia. Un colmillo, restos de manos y pies humanos, fragmentos de costillas y de una mandíbula, una cremallera de ropa de trabajo… Incluso se ha encontrado un cartucho de bala de pistola y otros pequeños objetos.

Los futuros arqueólogos reconocieron a La Meseta que el trabajo no ha hecho “más que empezar”. Con ilusión y esperanza consiguen mitigar las horas de excavación que les queda, aun a sabiendas de que la tarea es más que complicada porque “las raíces han removido demasiado la tierra y han podido esparcir por el lugar los posibles restos humanos que haya aquí enterrados”, asegura uno de los alumnos.

Según Luis Castro, secretario de la Asociación ‘Memorial de La Orbada’, este colectivo se constituyó con el objetivo de “prestar asistencia a las víctimas de la Guerra Civil y de la represión franquista, tanto las que sufrieron prisión como las que fallecieron”. En el caso de las víctimas mortales, buscarán apoyarlas en sus “necesidades específicas, con información sobre la suerte que han corrido sus allegados y a ser posible determinar la ubicación de sus restos y recuperarlos”.

Tras las investigaciones que han llevado a cabo, en La Orbada existen varias fosas comunes con víctimas de varios pueblos de Salamanca, además de grupos de fusilados de la capital salmantina y la conocida como ‘fosa de los navarros’, donde se ha empezado a excavar, según se ha podido constatar por testimonios orales y referencias escritas.

Durante el pasado año ha llevado a cabo prospecciones geoquímicas para determinar la ubicación de tales enterramientos, con resultados de alta probabilidad para siete emplazamientos y algunos otros menos concluyentes.

En los próximos dos meses, pasarán por esta fosa de los navarros 80 alumnos de arqueología forense, así como miembros de la Policía Científica para determinar qué restos aparecen y su posible procedencia. Una vez que se les identifique se pretende enterrarlos en l memorial de víctimas del franquismo, que está en el cementerio de Salamanca.

La financiación de estos trabajos de excavación llega con la matrícula que pagan los propios alumnos para participar en esta experiencia, que es calificada en sus facultades como un curso de especialización.

Según Severiano Delgado, presidente de la asociación ‘Memorial de La Orbada’, se pretende saber «qué sucedió, cuándo los mataron y en qué condiciones murieron». Lo más complicado de este trabajo es encontrar a “familiares de los asesinados pues el problema es que fueron fusilamientos clandestinos”.

“Hay gente que murió allí sin pasar por cárceles y otros salieron de ellas pensando en la libertad, que no lograron porque fueron fusilados poco después», según Delgado.

Siete jóvenes se sientan en una tierra que fue removida hace 77 años con la intención de dar luz a lo que ocurrió entonces. Siete jóvenes están a la sombra de las encinas del monte de La Orbada, a escasos 20 kilómetros de Salamanca, con el deseo de encontrar lo que esa tierra esconde, cadáveres de fusilados en la Guerra Civil.

El grupo de alumnos de Arqueología Forense, de las universidades Complutense de Madrid y Autónoma de Barcelona, han comenzado a escarbar la tierra para descubrir si en ese mismo lugar está enterrado el conocido como grupo de navarros, entre 7 y 15 trabajadores de Navarra que salieron de la cárcel de Pamplona, en 1936, y no llegaron a la de Salamanca.