La Meseta es un nuevo blog en el que Castilla y León se abre a la red, sin cortapisas, sin presiones y con un único objetivo: informar, contar, relatar. Informar lo que ocurre esta Comunidad Autónoma sin que nadie imponga sus criterios. Contar lo que habitualmente no se encuentra ni en la Red ni en papel. Relatar opiniones de los que tengan algo de qué opinar. Todo ello pensado para una tierra mesetaria, en la que apenas hay sobresaltos, y con la pretensión de aportar un grano de arena para el avance intelectual y material de esta región.
Los tribunales impiden una catástrofe en una dehesa de “alto valor ecológico” de la provincia de Salamanca
Era un sueño para algunos. Un hecho terrible para otros. Pero la realidad es que se buscaba una urbanización de lujo en una zona de alto valor ecológico, a escasos 30 kilómetros de Salamanca, en plena dehesa charra, junto a miles de encinas, un árbol protegido y que forma parte de esta provincia.
Aquel sueño de grandeza, o gran sueño –en función de quien lo expresara-, ha quedado en el limbo, pero por imposición judicial. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León anula el plan de urbanismo que pretendía construir 12 chalés de lujo en un encinar “de alto valor ecológico” en la localidad de Las Veguillas.
Este plan, conocido como ‘Dehesa de la Mora’, es anulado porque, en opinión de dos sentencias hechas públicas hace un mes, vulnera la Ley de Urbanismo de Castilla y León al intentar hacer “obras de urbanización” en suelo rústico.
Y uno de los hechos llamativos es que, pese a informes técnicos que ponían reparos a la puesta en marcha de esta urbanización, la Junta de Castilla y León dio el visto bueno. Este proyecto, el ‘Plan Especial de Protección de Zona Rústica Dehesa de La Mora’, fue una iniciativa de la empresa ‘Bosques Civilizados SL’, que ya lo llevó a cabo en Extremadura y que es propiedad de la exdiputada del PP y exportavoz adjunta de la Comisión de Agricultura del Congreso, María Pía Sánchez Fernández, con una idea del arquitecto Lorenzo Fernández-Ordóñez.
El 17 de julio de 2012, esta empresa recibió la aprobación para poner iniciar una urbanización de lujo de 103 hectáreas de “encinar maduro de alto valor ecológico” para la construcción de 12 viviendas sobre parcelas de 10 hectáreas, que incluían otros 4.000 metros cuadrados de instalaciones y construcciones de uso agropecuario indeterminado, la apertura de caminos y la instalación de redes de agua y otros servicios urbanísticos.
En un principio, los promotores obtuvieron una licencia para un chalet en el monte, aunque posteriormente se amplió a un proyecto de otras 16 viviendas, para lo que se llevó a cabo una parcelación urbanística del monte en 2007, pero la Comisión de Urbanismo de Salamanca, dependiente de la Junta de Castilla y León, denegó las autorizaciones para las viviendas y orientó la solución hacia la presentación de un plan de urbanización conjunta para dar servicio a 12 viviendas en el bosque.
Tras ser sometido a la Evaluación de Impacto Ambiental, la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca emitió una Declaración de Impacto Ambiental favorable pese a informes desfavorables de los propios técnicos de Medio Ambiente del Servicio Territorial, que alertaban sobre el impacto ambiental severo a los valores naturales del entorno en 2009 y de que concluían, en junio de 2010, que “el previsible impacto sobre la vegetación adulta y el regenerado, tanto en la fase de construcción como en la de ocupación de las viviendas e infraestructuras asociadas, es incompatible con el mantenimiento y mejora del terreno rústico y forestal, que configura el monte Dehesa de Mora”.
Además, en el Estudio de Impacto Ambiental se recogía que la zona se encuentra dentro del área propuesta desde la provincia de Salamanca, “como Área de lmportancia para el Lince”. “En esta zona se han incluido los últimos territorios que supuestamente albergan, o han albergado en los últimos decenios poblaciones de lince ibérico, tal y como queda reflejado en la siguiente imagen. Actualmente, a pesar de las buenas intenciones de la Estrategia para la conservación del lince ibérico, Castilla y León no cuenta con legislación o regulación específica al respecto”, según los documentos a los que ha tenido acceso La Meseta.
Al final, y pese a recursos e impugnaciones, la Comisión de Urbanismo de Salamanca concedió en marzo de 2013 la autorización para construir las 12 viviendas, que ahora anulan los tribunales.
Ecologistas en Acción ha criticado “la ligereza con que la Comisión de Urbanismo aprobó un plan de protección de suelo rústico, cuya protección consistía en construir 7.000 metros cuadrados en un encinar maduro.
Y, con anterioridad, la empresa promotora, en su página web, tenía un apartado de agradecimientos: “al Ayuntamiento de Las Veguillas (Salamanca) y en especial a su alcalde de estos últimos años, don José María Chaparro, y a la secretaria municipal por su diligencia y buena disposición en la solución de los muchos problemas que se han producido en estos seis años de tramitación”; y a los “técnicos de Urbanismo y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León que han sabido comprender la bondad de un proyecto complicado y diferente”.
Era un sueño para algunos. Un hecho terrible para otros. Pero la realidad es que se buscaba una urbanización de lujo en una zona de alto valor ecológico, a escasos 30 kilómetros de Salamanca, en plena dehesa charra, junto a miles de encinas, un árbol protegido y que forma parte de esta provincia.
Aquel sueño de grandeza, o gran sueño –en función de quien lo expresara-, ha quedado en el limbo, pero por imposición judicial. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León anula el plan de urbanismo que pretendía construir 12 chalés de lujo en un encinar “de alto valor ecológico” en la localidad de Las Veguillas.