Prueba del Audi Q3 45 TFSIe: equilibrio y eficiencia

De las muchas opciones electrificadas presentes en el catálogo de Audi, el Q3 híbrido enchufable se presenta como una de las más interesantes para quienes necesitan un vehículo capaz a la hora de afrontar largos desplazamientos y que, al mismo tiempo, carece de restricciones a la circulación urbana. Con 51 kilómetros de autonomía eléctrica en ciclo WLTP y la consiguiente etiqueta 0 emisiones, el Q3 45 TFSIe puede recorrer otros 600 km en carretera, con lo que ofrece el deseado equilibrio que se exige a los coches provistos de esa tecnología.

El SUV mediano de Audi, a la venta en la carrocería estándar que acabamos de conducir y en otra más cupé (Sportback), incorpora en esta versión un motor de gasolina de 1,4 litros de cilindrada y 150 CV (1.4 TFSI) y otro eléctrico de 85 kW que, en conjunto, entregan el equivalente de 245 CV. La batería de iones de litio ronda los 13 kWh de capacidad bruta y está situada bajo el piso, justo por delante de los asientos traseros. La caja de cambios es automática de doble embrague y seis velocidades, y la tracción corresponde a las ruedas delanteras.

Del empuje conjunto de los dos motores resultan una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos y una velocidad máxima de 210 km/h, cifra que baja a 140 km/h en caso de hacer uso exclusivamente del propulsor eléctrico.

Como se sabe, los híbridos enchufables acostumbran a obtener datos de consumo y emisiones muy llamativos en las pruebas de homologación, en este caso de 1,6 litros/100 km y 37 g/km, respectivamente. A esto podemos añadir, ya en el mundo real, que el gasto de combustible una vez agotada la carga de la batería, que teóricamente nos permitirá cubrir los trayectos cotidianos en modo eléctrico, se mueve en niveles moderados: entre 6,5 y 7 litros/100 km, según el uso y el tipo de recorrido.

Buena parte de la eficiencia del sistema de impulsión hay que atribuirla al hecho de que el Q3 es un modelo relativamente compacto, a pesar de tratarse de un SUV y de superar los 1.800 kilos en báscula. Lo mejor es que sus 4,48 metros de longitud están muy bien aprovechados y, en la práctica, sirven para acomodar a cuatro (mejor que cinco) personas en su interior sin excesivas apreturas, casi como en el Audi Q5, que es el vehículo que se sitúa en el escalón inmediatamente superior dentro del catálogo de la marca.

Para acceder al nivel de potencia del Q3 TFSIe renunciando a la hibridación, la única alternativa en la gama la encontramos en la versión 45 TFSI (sin la e final), que rinde los mismos 245 CV pero luce el distintivo ambiental C. Disponible solo en acabado S Line, cuenta con tracción total quattro, de la que no puede disponer el enchufable, y cuesta unos 3.000 euros más que este: 59.500 frente a 56.680 euros de nuestro protagonista de hoy, que sale por 54.080 si se opta por la terminación Advanced.

Inconvenientes de la batería

El TFSIe presenta el inconveniente de que la capacidad de carga pasa de los 530 litros de las versiones normales del Q3 a unos más parcos 380, debido a la mencionada situación de la batería. Esta admite cargas de corriente alterna a un máximo de 3,7 kW, potencia con las que la operación se prolonga durante 3 horas y 40 minutos aproximadamente. Como en otros modelos de Audi de la misma tecnología, podemos consultar el estado de carga de la batería y encender el climatizador mediante la aplicación MyAudi.

Otro elemento común a estos vehículos es la posibilidad de gestionar la energía eléctrica mediante distintos programas: el llamado EV fuerza a circular en modo eléctrico, siempre que la batería tenga carga suficiente, y en Auto-Hybrid el coche utiliza uno o los dos motores en función de la demanda de potencia. A ellos se suman dos funciones adicionales: Battery Hold, para mantener la carga a un nivel determinado, y Battery Charge, que -de una forma claramente ineficiente- emplea el motor de combustión a modo de generador para cargar la batería.

Por su carácter premium, el Q3 45 TFSIe compite con modelos como el BMW X1 xDrive25e, el Mercedes-Benz GLA 250 e y el Volvo XC40 PHEV, de los que destaca especialmente el Mercedes por su mayor alcance eléctrico, de 70 kilómetros en ciclo WLTP. En la liga generalista, los rivales del Audi podrían ser un Peugeot 3008 Hybrid, en su variante de 225 CV, un Kia Sportage PHEV o un Cupra Formentor e-Hybrid, más económicos pero carentes de su prestancia y calidad de materiales y acabados.