Prueba del BMW 330e, un híbrido enchufable 'top'

Pedro Urteaga

2 de agosto de 2021 06:00 h

Dentro de su cada vez más extenso catálogo de modelos electrificados, BMW ofrece dos versiones híbridas enchufables de uno de sus vehículos emblemáticos, el Serie 3. Tenemos por un lado el 320e, de 204 caballos de potencia, y por otro el 330e, de 292 CV, un coche de excepcionales prestaciones y factura de cuya conducción hemos disfrutado en los últimos días.

Tanto uno como el otro cuentan con 60 kilómetros de autonomía eléctrica y del distintivo ambiental 0 emisiones de la DGT. Comparten también un sistema de propulsión compuesto por un motor de gasolina turboalimentado de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada y uno eléctrico integrado en la caja de cambios que genera una potencia continua de 68 CV y una de pico de 113 CV.

La principal diferencia estriba en que el propulsor produce un máximo de 163 CV en el 320e y 184 CV en el 330e. Ambas variantes llevan una transmisión automática de convertidor de par y ocho relaciones y pueden circular a un máximo de 140 km/h utilizando únicamente electricidad.

La batería está situada bajo la banqueta de los asientos traseros, es de iones de litio y tiene una capacidad útil de 10,8 kWh (12,0 kWh brutos). Se puede recargar a un máximo de 3,7 kW (con corriente alterna) y, a esa potencia, son necesarias 2,6 horas para pasar del 0 al 80 % de carga. Se precisa una hora más para llegar al 100%. 

La potencia máxima del 330e es de 252 CV, aunque en momentos puntuales puede llegar a desarrollar los referidos 292 CV. Este pico, denominado XtraBoost, está disponible durante 10 segundos y se activa mediante un menú específico en el sistema multimedia, al pisar el acelerador a fondo en cualquier momento, haciendo lo que se conoce como kick-down, o cuando el selector de marchas está en la posición S (Sport). 

Además de este modo deportivo, el coche incorpora uno eléctrico puro, con el que idealmente se puede realizar la mayoría de los desplazamientos cotidianos sin contaminar ni gastar combustible, y otro híbrido, que regula de forma automática la interacción entre el motor térmico y el eléctrico, y que dispone a su vez de dos configuraciones, una estándar y otra que cuida especialmente la eficiencia.

Dado que el Serie 3 nos tiene acostumbrados desde hace años a una experiencia al volante soberbia, no nos ha sorprendido demasiado encontrarnos aquí con un modelo ágil, de rodar refinado y con un tacto de conducción excelente, y que además resulta rapidísimo, como demuestran los 5,9 segundos que tarda en alcanzar los 100 km/h desde parado, y todo ello a pesar de los 200 kilos largos de sobrepeso que arrastra esta versión en comparación con la equivalente de combustión (el 330i de 258 CV).

Lo mejor de todo es que el 330e es capaz de todos estos primores con un consumo notablemente parco, no ya mientras cuenta con carga en la batería y por tanto puede desplazarse sin gasto alguno de combustible, sino también después de que aquella se vacíe. En nuestro recorrido habitual de pruebas, el promedio no ha pasado de los 6,5 litros/100 km practicando una conducción tranquila en ciudad y más viva en carretera y haciendo uso de los tres modos disponibles en función de las circunstancias del momento.

Algunas sombras en cuestión de espacio

Fuera del precio, que es indudablemente elevado (55.750 euros), no es fácil encontrar al 330e fallas dignas de mención. Las plazas traseras no son, desde luego, las más amplias del segmento, particularmente la central, muy perjudicada por el abultado túnel de transmisión. En cuanto al maletero, que tampoco es espacioso -ni, sobre todo, cómodo de cargar por la estrechez de la boca por lo que se introducen los bultos- en la versión térmica, pierde aquí 105 litros y pasa de 480 a apenas 375 litros, lo cual sí es un contratiempo considerable.

Salvo por esta merma de capacidad de carga, debida a la colocación del depósito de carburante sobre el eje trasero y no a la presencia de la batería -que, como decíamos antes, va debajo de los asientos traseros- y por los mandos específicos que controlan la gestión de la energía del sistema híbrido, el habitáculo del Serie 3 híbrido enchufable, ya sea el 320e o el 330e, es idéntico al de cualquier otra versión del modelo.

Por lo que se refiere al desembolso que exige, este BMW está lejos de un Skoda Octavia RS iV híbrido enchufable, de 245 caballos (38.120 euros), y es sensiblemente más caro que el Peugeot 508 Hybrid de 225 CV, que cuesta 47.650 euros en su acabado más lujoso. Entre sus rivales premium, los más equiparables, podemos anotar el Mercedes 300 e y el Volvo S60 T6 Recharge, ambos de potencia y precio similares al 330e.