Un motor de gasolina más potente para el nuevo Jazz y un turbodiésel que complete la gama del Civic, compuesta hasta ahora por propulsores de gasolina. Con estos dos nuevos alicientes mecánicos pretende Honda impulsar las ventas de ambos modelos desde este mismo de febrero, que es cuando se ha iniciado la comercialización del primero de ellos.
El veterano y superventas mundial Civic, ya en su décima generación (séptima en España), ofrece a partir de ahora una opción diésel que seguirá siendo la escogida de momento por un 30% de los clientes, según las previsiones de la marca. El motor que embarca es un bloque 1.6 i-DTEC de 120 caballos que destaca por su suavidad, escasez de ruido y vibraciones y una entrega de potencia lineal y contundente desde muy bajo régimen.
Sus cifras homologadas son también llamativas: consumo medio de 3,5 litros/100 km (3,4 en la versión sedán), emisiones de CO2 de 93 g/km (por 91 del sedán) y aceleración de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos.
Pero la sola enumeración de estos datos no transmite la dificultad de desarrollar hoy un propulsor diésel que cumpla las cada vez más exigentes normativas anticontaminación. Reducir los temidos óxidos de nitrógeno (NOx) era uno de las metas principales de los ingenieros, pero ello suele conllevar aumentos de consumo. Si querían conseguirlo y al mismo tiempo contener el gasto de combustible, debían recurrir a una serie de técnicas innovadoras para rebajar la temperatura y la presión durante la combustión.
El Civic 1.6 i-DTEC está disponible a partir de marzo con carrocería de cinco puertas y desde junio con la de cuatro. En septiembre llega una nueva transmisión automática de nueve velocidades, la primera que se monta en un vehículo de tracción delantera, como alternativa a la manual de seis marchas de serie.
El modelo se ofrece en cinco acabados (cuatro en el caso del sedán) y tiene un precio comprendido entre los 23.500 y los 29.650 euros; la horquilla para el modelo de cuatro puertas se sitúa entre 24.850 y 29.950 euros. El paquete de seguridad activa Honda Sensing es de serie en toda la gama.
Por su parte, el Jazz se actualiza estéticamente al tiempo que recibe un motor de gasolina 1.5 i-VTEC de 130 caballos que amplía por arriba la oferta mecánica del utilitario japonés, limitada hasta ahora al propulsor 1.3 de la misma familia que rinde 102 CV. Puede asociarse a un cambio manual de seis marchas o a uno automático de variador continuo (CVT) ampliamente demandado por los clientes de este modelo de neto carácter urbano.
El nuevo motor presenta un consumo homologado de 5,4 litros/100 km y unas emisiones de CO2 de 124 g/km en la versión con transmisión CVT. La versión manual acelera de 0 a 100 km/h en 8,7 segundos y la automática, en 10 segundos.
El Jazz 1.5 i-VTEC debuta con un nuevo acabado, Dynamic, caracterizado por diversos elementos deportivos en la carrocería y en el interior. Con sus 20.700 euros se posiciona en lo alto de una gama integrada por otras tres versiones -asociadas al motor 1.3 i-VTEC- que se extienden de los 16.800 a los 19.950 euros. El cambio CVT cuesta 1.000 euros adicionales. En cuanto al paquete Honda Sensing, es de serie a partir del acabado intermedio, llamado Comfort.