Renault Espace: espacio y refinamiento

A más de uno puede sorprenderle, al ver las imágenes que acompañan a este texto, que el Renault Espace de toda la vida, ese que asociaban con la silueta monovolumen que predominó en el mercado durante una buena temporada, sea ahora un elegante SUV que en poco recuerda al vehículo original. A pesar de la metamorfosis experimentada a partir de 2020, el modelo sí conserva parte de aquella esencia, comenzando por la posibilidad de contar con siete plazas.

En el Espace concurre una circunstancia particular, como es que se trata de uno de los pocos coches del mercado con esa capacidad que lleva -es, de hecho, la única opción disponible- un sistema de impulsión híbrido (no enchufable), junto con el Nissan X-Trail e-Power y el Hyundai Santa Fe HEV. Como detallaremos después, esa tecnología le permite obtener unos consumos muy ajustados para un vehículo de considerables proporciones: por ejemplo, más de 4,72 metros de longitud y 1.650 kilos largos de peso.

Por decirlo rápidamente, nos encontramos ante un Austral alargado en 21 centímetros que se reparten sobre todo en la distancia entre ejes y el voladizo trasero, que es el que acoge la tercera fila de asientos. La segunda hilera puede desplazase a lo largo un total de 26 cm: en su posición más retrasada, el espacio para las piernas de los pasajeros es extraordinario, pero es forzoso adelantarla cuando se necesita pasar al fondo del habitáculo pues de lo contrario resulta inaccesible.

En todo caso, se precisa agilidad (básicamente, juventud) para entrar y salir de esas plazas suplementarias, que por cierto Renault incorpora sin sobreprecio con respecto a la versión de cinco asientos.

Como es lógico, la capacidad del maletero varía en función de cuál de las dos variantes se elija y de la posición en que coloquemos la segunda fila. En la de siete plazas que hemos probado nosotros, se dispone de un máximo de 677 litros (asientos adelantados y tercera fila plegada) y un mínimo de 159 cuando se hace uso de los siete. Con solo cinco hábiles y situados lo más atrás posible, el volumen es de 477 litros.

El sexto y el séptimo asientos pueden recogerse por separado y ocultarse en el piso del maletero, que queda completamente plano. Este último cuenta con un doble fondo pensado para guardar la cortinilla cubreequipaje, aunque solo en la versión de cinco plazas; en la de siete no hay lugar donde introducirlo cuando no se va a utilizar. 

Bien acabado y muy refinado en su presentación interior, el Espace embarca un sistema operativo Android Automotive con aplicaciones muy populares incluidas, entre ellas Google Maps, que es el navegador por defecto. También cabe instalar Spotify o Amazon Music, además del navegador Waze, que disfruta así de una mejor localización que cuando se proyecta desde un móvil en lugares donde el GPS pierde la señal, por ejemplo en los túneles. El sistema funciona bien en términos generales, si bien a veces tarda un rato en arrancar al emprender la marcha, al menos en la unidad de pruebas.

Enérgico y parco en consumo

Sobre el sistema full hybrid, o E-Tech, del modelo de Renault, desarrolla 199 caballos y presenta un consumo parco para un vehículo de notables dimensiones y peso. En recorridos por ciudad y alrededores se obtienen registros que casi nunca llegan a los 6 litros/100 km, y únicamente en carretera a ritmo elevado se superan los 7.

En general, todo es suavidad y delicadeza mientras los dos motores eléctricos aquí presentes, de 25 y 50 kW, se encargan de mover tranquilamente el coche a velocidades bajas y moderadas, pero la cosa cambia ligeramente cuando se requiere una entrega de potencia contundente, también por parte del pequeño motor de gasolina de tres cilindros y 1,2 litros de cubicaje, que aporta 131 caballos al conjunto híbrido.

Se detectan entonces unos pequeños vacíos de potencia coincidiendo con los cambios de marcha de la transmisión automática y la aceleración no resulta todo lo homogénea que uno espera. Esto no impide que el Espace sea un SUV brioso, capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 8,8 segundos y de pasar de 80 a 120 km/h -lo que simula una maniobra de adelantamiento típica- en menos de 5.

La calidad de rodadura es más que notable, a nuestro entender, y se ve acompañada además por un alto grado de confort acústico y una suspensión que contiene muy bien los movimientos de la carrocería. No es propiamente un modelo ágil como puede serlo el Austral, debido a su tamaño, y sin embargo se le acerca bastante, sobre todo en las variantes que incorporan dirección en las ruedas traseras, de serie en los acabados Techno Esprit Alpine e Iconic y no disponible en el tercero a la venta (Techno).

En este último, que cuesta 42.266 euros -repetimos que tanto con cinco como con siete plazas-, encontramos como elementos distintivos los marcos de las puertas en acabado cromado brillante y las barras de techo de aluminio satinado, además de unas llantas de 19 pulgadas. En el nivel Iconic (desde 46.922 euros), la parrilla, el contorno de las puertas y las barras de techo son de color negro y las llantas, de 20“, con la tapicería de cuero gris y una moldura de fresno auténtico en la parte derecha del salpicadero.

Por último, la versión deportiva Techno Esprit Alpine (a partir de 44.982 euros) exhibe piezas del paragolpes delantero de color gris, parrilla a cuadros, marcos de las puertas en negro brillo y las barras de techo y los logotipos en negro mate. Lleva llantas específicas -Daytona diamantadas- de 20 pulgadas y es la única que puede pintarse de gris mate. La tapicería es de tejido Alcántara, decorada con pespuntes azules, y los pedales lucen cubiertas de aluminio.