La OCU reclama cambios en las etiquetas de la DGT para no discriminar por nivel adquisitivo

V. C.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lleva tiempo protagonizando una campaña contra los efectos indeseados de las etiquetas ambientales, creadas por la DGT en el año 2016. Los distintivos tenían su razón de ser en aquel momento, según la entidad, al objeto de diferenciar los coches en función de su poder contaminante y porque permitió concienciar a los usuarios de que había tecnologías que contaminaban más o menos.

Ahora, sin embargo, el etiquetado debería ser modificado para tener en cuenta no el tipo de motor que cada vehículo incorpora sino su nivel real de emisiones, afirma la OCU. Además, tal como está formulado, condiciona las posibilidades de acceso a las ciudades debido a las restricciones aparejadas a las Zonas de bajas Emisiones (ZBE) y, por tanto, limita la movilidad de los usuarios.

La organización pone diversos ejemplos de las contradicciones del sistema actual. Así, un BMW X5 M Competition, un SUV de 625 caballos, que consume un promedio de 12,9 litros/100 km y emite 291 gramos de CO2 por kilómetro, cuenta con el distintivo Eco gracias a la tecnología de hibridación ligera de que dispone. Un Mercedes AMG S 63 E Performance, con 802 CV, un consumo homologado de 4,4 litros/100 km (superior a 12 sin carga en la batería) y unas emisiones medias de 104 g/km, luce la etiqueta 0 de la DGT y, por tanto, carece de restricción alguna para circular.

Por el contrario, prosigue la OCU, a un pequeño Toyota Aygo X, cuyo motor de gasolina de 72 CV gasta 4,8 litros/100 km en ciclo WLTP, le corresponde la etiqueta C y está sujeto a muchas más limitaciones que los dos modelos antes citados.

Al usarse este sistema para restringir el tráfico en las ZBE, argumenta la organización, se llega a la paradoja de que una persona que adquiere un utilitario barato de gasolina con poco consumo y bajas emisiones no puede entrar en determinadas zonas mientras que otra con un híbrido enchufable de un consumo elevado y gran potencia puede entrar sin problemas e incluso aparcar gratis en ciertas ciudades en zonas de estacionamiento regulado. Eso, por no hablar de la cantidad de espacio público que ocupan un vehículo y otro.

Así las cosas, la entidad propone, además de cambiar el etiquetado actual, una batería de medidas adicionales que garantice que la movilidad en las ciudades no dependa del nivel adquisitivo de los ciudadanos. Entre ellas destacamos las siguientes: 

• Promover el renting barato de coches eléctricos urbanos para personas con pocos recursos que no tienen posibilidad de adquirir un coche nuevo y lo necesitan.

• Ampliar las ayudas a la adquisición de vehículos nuevos con bajas emisiones, teniendo también en cuenta a los ciudadanos más vulnerables.

• Extender las ayudas del Plan Moves a coches de segunda mano con etiqueta 0 emisiones de más de 12 meses. El incremento de los precios de los coches impide la sustitución de uno sin etiqueta por otro nuevo a muchos usuarios que lo necesitan para entrar en la ciudad por motivos laborales o familiares. “Estas ayudas deberían ser directas, de modo que no haya que esperar meses hasta poder recibirlas, como ocurre ahora”.

• Ampliar las redes de puntos de recarga de automóviles eléctricos, para fomentar su uso, e instaurar un sistema de pago único, así como cargadores lentos en las zonas urbanas para las personas que no dispongan de parking.

• Promover el transporte público de manera decidida, con una amplia red de carriles bici protegidos y conectados, la peatonalización de las zonas históricas y comerciales, además de la intermodalidad entre los diferentes medios de transporte.

• Señalizar de manera amplia, clara y bien visible la entrada a las ZBE, tanto sobre la calzada como en los laterales -incluyendo dispositivos luminosos-, para evitar sanciones por el desconocimiento de las zonas delimitadas.

• Construir aparcamientos disuasorios en los límites de las ZBE, gratuitos y bien conectados con el centro mediante transporte público. “Es vital facilitar a los residentes del extrarradio y de poblaciones limítrofes con coches sin etiqueta ambiental de la DGT el acceso rápido y sencillo a la ciudad”.

• Derecho a acceder a las ZBE con un coche sin etiqueta un determinado número de veces al año, “lo que facilitaría la entrada a conductores en caso de urgencia (por ejemplo, para acudir al hospital), además de a los turistas que esporádicamente visiten la ciudad”.

• Informar de manera clara de las restricciones en cada ciudad. Es necesario urgir a los municipios que todavía no han diseñado sus ZBE a que lo hagan cuanto antes para que los habitantes puedan organizarse.

• Poner en marcha mejoras de las condiciones ambientales en determinadas zonas de las ciudades, “teniendo en cuenta todos los aspectos y no solo medidas recaudatorias”.

• Crear una página web actualizada que informe de todas las ZBE, de modo que las personas que no vivan en las localidades afectadas puedan conocer las restricciones fácilmente.