Aunque se ha desvelado en Berlín, no hay coche más español –y más navarro, por concretar– que el Volkswagen Polo, que da empleo directo a 4.700 personas en el polígono de Landaben y es el modelo más producido en nuestro país. Ambas razones justifican la expectación que había levantado la llegada de su sexta generación entre medios regionales y nacionales.
A diferencia de otras ocasiones, en que el Grupo VW había optado por cambios muy conservadores, el Polo VI parece de verdad el coche enteramente nuevo que es. El tamaño es lo primero que sorprende porque, superados por primera vez los 4 metros de longitud, se acerca a las dimensiones que tenía un Golf IV, de 1997, lo que se traduce en unas plazas traseras donde pueden acomodarse personas de más de metro noventa. El maletero aumenta su capacidad en 71 litros y alcanza los 351.
Con respecto al modelo anterior, gana 81 milímetros de largo, y la distancia entre ejes se lleva la mejor parte con un aumento de 94 mm, razón que explica la ganancia de habitabilidad antes mencionada.
El segundo rasgo distintivo del nuevo modelo son unos hombros bastante abultados que realzan la sensación de fuerza y carácter que se ha buscado deliberadamente para el conjunto. Tanto es así que la propia marca habla sin ambages de un “diseño exterior masculino” y “seguro de sí mismo”.
Que los de Wolfsburg quieren darle el estatus de coche de categoría superior se demuestra en las diversas elecciones que han hecho sobre su interior. El Polo va a ser el primer Volkswagen con la nueva generación del Digital Cockpit configurable, avanzadilla de un aluvión de tecnología digital que incluye un sistema de infoentretenimiento colocado en una posición más elevada y que conforma con aquél un eje visual continuo para una mejor visibilidad por parte del conductor.
Entre los numerosos dispositivos de asistencia disponibles se encuentran, entre otros, el sensor de ángulo muerto con asistente de salida del aparcamiento, la función de frenada al maniobrar, el sistema de aparcamiento semiautomático, el asistente de frenada en ciudad con detección de peatones y el control de velocidad adaptativo.
El nuevo Polo tendrá ocho motores entre los que elegir: cuatro de gasolina de 65 a 115 caballos; dos diésel, de 80 y 95 caballos; el TSI de gasolina del Polo GTI, que rinde 200; y, por primera vez, un propulsor de gas natural comprimido con una potencia de 90 caballos.
Todos ellos equipan de serie el sistema start & stop y el modo de recuperación de la energía de frenado. El cambio es manual de cinco velocidades en las versiones de gasolina menos potentes y en las dos diésel, y de seis velocidades a partir del 1.0 TSI de 95 caballos. La transmisión automática de doble embrague DSG, de siete marchas, se puede solicitar en combinación con cualquier motor de más de 95 CV.
Las primeras unidades del Polo VI llegarán a los concesionarios el próximo octubre. La gama para España aún está a la espera de definición, por lo que de momento solo se conoce el precio de partida en Alemania: 12.975 euros.