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Crudo Pimento: “Nos tomamos las cosas de forma muy literal”

Crudo Pimento / Beatriz García Ros

Alejandro Zambudio

Hablar con Raúl Frutos e Inma Gómez es hacerlo, también, con dos músicos que han interiorizado a la perfección lo duro que es hacer de ésta un arte en constante movimiento e impermeable a una industria que engulle y escupe con facilidad a la gran mayoría de los grupos, convirtiéndolos en meras anotaciones a pie de página.

Después de haber lanzado el pasado tres de marzo su tercer álbum, `Teleiste Mouska´, hablamos con el dúo murciano en vísperas del inminente tour que llevarán a cabo por toda la Península y que comenzará el próximo día 18 de marzo en la sala REM.

¿Qué me podéis contar de ‘Teleiste Mouska’? Es el disco en que más se nota la música negra, ¿no?

Raúl: Es el trabajo del último año. Hemos estado grabando en casa para unos proyectos y otros hasta que hemos dado con la clave. Puede tener más influencia de la música negra como el R&B o el hip hop, sobre todo porque es básicamente lo que más hemos estado escuchando este año.

Influencia directa de Manolo [DJ Warlock].

Raúl: A nosotros siempre nos ha gustado la música negra desde pequeños. Pero sí que en el tema del hip hop, cuando quise profundizar, entré en contacto con Manolo; y él, que es una biblioteca con patas de la música negra, me ayudo muchísimo.

Raúl, dijiste que no ibas a rapear y al final casi lo haces [risas].

Raúl: Exactamente. Casi [risas]. Pero no, no rapeo. A mí me da mucha vergüenza hacer eso.

Inma: Lo hace de una forma elegante.

Raúl: Es más bien improvisar. Todas las letras y melodías del disco son improvisadas, entonces me quedo a medio camino entre rapear, cantar o declamar…

Declamar rapeando, más bien, ¿no? [Risas].

Raúl: Es una mezcla, sí. Yo no me siento cómodo rapeando. Me veo ridículo. Y es que no sé hacerlo, además, al nivel de la gente que se dedica a ello. Por eso intenté encontrar un punto intermedio.

¿No pensaste en rapear, Inma?

Inma: No, por favor. Hay gente que me pide cantar. Si ya me cuesta cantar… ¡Imagina rapear!

¿Por qué te cuesta cantar?

Inma: No me gusta mi voz. Pero vamos: hay mucha gente que también detesta la suya. Yo considero que no tengo voz para cantar.

Raúl: Es que por eso me gusta. Por eso y porque tiene una voz hecha escombro. Estoy intentando que me haga algún coro para la gira. De hecho, el otro día estuvimos probando.

Inma: Así que el otro día canté [risas]. En todos los conciertos tengo un grupo de gente que me dice: “¡Inma, canta!”. Supongo que algún día lo haré. Además, para mí cantar es algo muy íntimo.

Raúl: Si surge en una determinada circunstancia está muy bien porque puede quedar registrado algo muy bueno. Pero ¿repetir eso? No es el mismo sentimiento que has tenido a la hora de grabarlo o interpretarlo en algún lugar. La música en directo es una cosa que para mí no tiene mucho sentido. La gente no lo ve así, tampoco.

En ‘Teleiste Mouska’ hay muchas menos voces guturales. Es un disco menos metalero si lo comparamos con ‘Fania Helvete’.

Inma: A mí me gusta más así.

Raúl: Cuando es metalero, sí que lo es. Por ahí me han dicho que es más ‘amable’. Pero todo tiene que ver con la música que escuchamos. También hay temas, como los de Son Jarocho en los que, aparte de la instrumentación, he intentado acercarme con la voz al sentimiento con el que ellos interpretan sus propias canciones.

¿Por qué las bandas de Rock en nuestro país se fijan más en los anglosajones, que en la cultura latina Caifanes o en Maldita Vecindad, por ejemplo? ¿Por qué ese complejo cultural?

Raúl: Ahí has estado fino. Hay un cierto prejuicio. Hoy es mucho más inmediato y peligroso, por decirlo de alguna forma. Ahora, por ejemplo, hay un aluvión de músicos que quieren hacer psicodelia.

Inma: Como la de Tame Impala, por ejemplo.

Raúl: Es como una especie de teléfono roto. Muchos, de repente se llenan la boca y hablan como si dominaran la materia en pocos meses cuando, a lo mejor no saben nada o no tanto de lo anterior.

Inma: Algo similar sucede con el indie o el flamenco. Un ejemplo es el flamenco-indie [risas].

Raúl: Claro. De repente la gente joven recibe una cantidad de información y piensan que tienen el conocimiento de ciento veinte años de flamenco o que ya conocen a Manolo Caracol cuando se necesita mucho tiempo para dominar el género.

Ahora muchos quieren ser Ty Segall.

Raúl: Sí. Por una parte es cojonudo porque así los chicos investigan y a lo mejor lo llevan más allá. Yo considero que la documentación es muy importante, así que si te interesa, hazlo. Pero al día siguiente entonces no quieras hacer música de las Filipinas sólo porque hayas escuchado que tal artista lo hace. Y no porque no seas capaz, sino porque no tienes la referencia o la escucha directa. Pero cada cual es libre de hacer lo que quiera. Mientras hagan música, perfecto

La canción ‘La caja’ considero que resume a la perfección vuestra concepción acerca de la muerte y el Diablo.

Raúl: Mira, el domingo tuvimos una comida familiar y salió el tema. Nos estábamos riendo porque mi madre ha tenido hoy un punto que ha sido la hostia. En mi casa hay un seguro de los muertos, el de toda la vida, y mi madre suelta: “Pues yo sólo lo mantuve con tu padre, conmigo y contigo, Raúl, porque, claro, no van a pagar tus hermanos tu entierro”. Y se ha quedado tan pancha.

Inma: Va a ser el primero en morir [risas].

Raúl: Y entonces yo le dije: “Mamá, hostias…” [Risas]. Entonces, pues todo en mi casa gira en torno a la muerte. Se trata con un tono jocoso, como el que siempre se ha usado en la cultura latina.

Pero el tono que vosotros empleáis es el mexicano, en el que la muerte no es una tragedia, sino una fase más, no como en España y Occidente.

Raúl: Sí, pero aquí también está muy arraigado, ¿eh? Hay muchas celebraciones en torno a la muerte y aspectos culturales bastante siniestros ligados a eso. La muerte en España es importantísima; pero siempre desde un punto de vista que tiene más que ver con el humor negro, algo que se está perdiendo por aquí.

Malos tiempos para el humor negro.

Raúl: Dínoslo a nosotros porque con el vídeo teníamos mucha preocupación. Hemos pasado dos semanas antes de lanzarlo sin dormir.

¿Por qué?

Inma: ¡Pues porque a la chica le estábamos cortando la pierna! [Risas].

Raúl: Porque es una mujer joven a la que estamos cortando en trozos cuando es sólo cine de terror. Y yo pensaba: “Hostias, que nos lapidan”. No puedes abrir casi la boca hoy día. Si nos ponemos así, quememos las novelas de Stephen King. Y lo mismo digo con películas que no son políticamente correctas.

El rock siempre fue controvertido desde sus inicios.

Raúl: Claro: músicos que decían tacos, bebían y hablaban mal de las mujeres al igual que las mujeres hablaban mal de los hombres. Y es que en el blues también se da que las mujeres hablen mal de los hombres, como en la música negra, en general o en la novela negra. Es la vida, tío. ¿Qué hacemos con la literatura? ¿Cogemos pilas de libros y los quemamos? Nos tomamos las cosas de forma muy literal cuando las relaciones entre hombres y mujeres han sido así de toda la vida, especialmente en el arte.

Inma, llevas cinco años tocando. ¿En qué crees que has evolucionado?

Inma: Pues ya no estoy tan nerviosa como antes. Ahora voy cambiando de instrumento y adaptándome como puedo. Actualmente estoy más centrada en tocar el bajo. Pero tampoco puedo decirte que esté tocando el bajo porque lo que toco es un bajo con una cuerda [risas].

¿Ese pánico escénico de los comienzos se ha disipado?

Inma: Antes tenía mucho más, sí. Con el tiempo se me ha ido quitando.

Raúl: Salvo cuando se me va la olla en pleno concierto y la vuelvo loca [risas].

Inma: En las presentaciones, además, se suele tener nervios porque es cuando más uno se suele equivocar.

¿Cómo se mete en un disco música tradicional norteamericana, latina o vanguardias sin que os acabe sobrepasando?

Raúl: Siempre lo suelo asociar con la improvisación y la melomanía. Hacemos la música que nos gustaría escuchar. Por ejemplo, ahora en casa estamos escuchando mucha música clásica norteamericana y sacra. Entonces todo esto nos sale de forma natural. El conglomerado musical que tenemos como melómanos a lo largo del día suele ser habitual.

Como Marc Ribot: lo mismo hace jazz, música latina que se pone a tocar con Elvis Costello y Tom Waits.

Inma: Nos encanta Marc Ribot.

Raúl: Es un maestro absoluto. Un tipo que tiene la capacidad de tocar piezas más complejas con un sentimiento de la hostia. Después fue derivando a la música experimental y demás. Pero tiene un bagaje increíble. Conoció a Tom Waits y a John Zorn y aun así era capaz de poner su sensibilidad a las historias más ‘ruidistas’ que puedas escuchar.

¿Corren malos tiempos para las vanguardias?

Raúl: Si consideras vanguardia a los que pretenden hacer una deconstrucción de un plato de lentejas sin saber hacer un plato de lentejas, corren malos tiempos. En el mundo de la vanguardia, y esto es una cuestión que últimamente veo mucho, se te castiga si sabes tocar un instrumento o entonar una mínima melodía. Y en el mundo comercial, en cambio, se te castiga si te vas hacia el otro lado. Es un arma de doble filo.

Inma: Con este tercer disco teníamos la oportunidad de no ser tan experimentales.

Raúl: Nosotros hacemos la música que podemos hacer. No sé qué va a pasar, la verdad. Sé que va a pasar en el próximo disco e Inma ya está horrorizada.

Inma: Raúl siempre está pensando en el cuarto disco aun cuando el tercero, o no ha salido o está a punto de salir [risas].

¿Qué tal con Industrias Bala?

Inma: El sello es Everlasting Records.

Raúl: Es que hemos hecho un tándem: Everlasting como sello editorial y distribuidora internacional, e Industrias Bala, con Juan Santaner, para booking nacional.

¿Os están apoyando?

Inma: Mucho.

Raúl: Sabemos que si editas un disco hay un riesgo porque se invierte una cantidad de dinero importante en promoción o videoclips. De hecho, hemos hecho un vídeo que no se puede emitir en televisión porque lo han censurado.

Inma: Ellos directamente nos decían que era bastante probable que el vídeo no saliese en ningún lado [risas].

Raúl: Pese a todo han seguido hacia delante aunque no sea el típico vídeo en plan vanguardista. En ese tipo de cosas nos están apoyando a muerte, tío. Yo alucino con ellos. La música les importa muchísimo.

¿Para cuándo un disco en directo?

Raúl: La segunda vez que tocamos en la sala 12&medio nos grabaron. Quiero escuchar la grabación y ensuciarla. Darle mierda al disco en directo que hagamos. Saturarlo. Mi idea para el cuarto disco es que sea grabado en directo como hacen los músicos de jazz. De hecho, vamos a hacerlo.

Hablando del WAM. ¿Tenéis miedo de que se convierta en un nuevo SOS?

Inma: Yo espero que el año siguiente haya más variedad, porque Producciones Baltimore y José, en particular, con quien trabajé programando en la Stereo, son muy rockeros. Este año lo han cogido con poco tiempo.

Raúl: Para mí es un concierto más. Yo detesto los festivales. Pero también te digo que lo pasaremos de puta madre. Recuerdo que cuando tocamos en el SOS aquello fue la hostia. En el WAM haremos dos conciertos, y uno de ellos será para críos. Me voy a llevar a mis alumnos para destrozarlo todo. Es algo que me apetece mucho.

Me sorprendió que os fijarais en La Josephine.

Inma: Nos gustó muchísimo. Crea unas atmósferas muy buenas.

Raúl: Lo vimos en T-20 y él es parte de un movimiento en Murcia que a mí me flipa, tío, como el ‘ruidismo’ o las historias que se están montando en El Congreso. Por ejemplo, lo que hace Listas Futuristas me mola mucho. Hay gente en Murcia que está haciendo cosas que merecen mucho la pena. Queríamos contar con La Josephine por eso.

Inma: Nosotros buscábamos un telonero. Los que se encargaban del concierto no nos metieron a ninguno. Además, necesitábamos que alguno pudiese tocar gratis.

Raúl: Nosotros no queremos que nadie toque gratis. Va contra nuestros principios. Pagamos de nuestro bolsillo.

Inma: También tiene que ser alguien que no ocupe mucho espacio en el escenario porque, si no, es un lío para los cambios.

Raúl: Volviendo a La Josephine, hay que hacer cosas con la gente que está haciendo movidas experimentales, tío. Le he propuesto una explosión de ruido en el concierto. De quedarnos a gusto todos y reventar la sala. Rajar las paredes.

¿Cuántas fechas tenéis ya confirmadas?

Inma: Pues aparte de la presentación en la sala REM el día 18, tocamos el día 24 en la sala Sol de Madrid, el 1 de abril en la Óxido de Guadalajara, el WAM en Murcia y luego el día 21 de junio en Sevilla por lo del Día de la Música.

Raúl: Aún están confeccionando fechas.

Estuvisteis en Jamaica, ¿no?

Inma: Se ha pospuesto.

Raúl: Hasta octubre no vamos. Los jamaicanos, burocráticamente son un desastre

Inma: Van al ritmo jamaicano [risas].

Raúl: A dos semanas de viajar no les había llegado una ayuda que habían pedido, y entonces tuvimos que retrasarlo. Iba a estar todo resuelto a última hora, pero no nos fiábamos. Nos imaginábamos tirados en Kingston [risas]. Pero de todas formas, vienen ahora ellos en mayo a Murcia a un festival de música negra en el que tocaremos con ellos.

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