Los milagros existen. En la llamada Cordillera Sur, a los pies del monte Miravete y en plena huerta de Murcia renace el nuevo espacio cultural de la asociación La Madriguera. Fundada en 2012 se ha visto obligada a buscar nueva sede. Este contratiempo ha desatado, sin embargo, una energía transformadora cargada de ilusión, solidaridad y, también, de enfado y cabezonería (por la tercera c del conocido lema de Carlos Alcaraz). Todo suma y engrandece la fuerza necesaria para abordar un proyecto de esta naturaleza. “La emoción, la ilusión y el enfado es lo que nos mueve y lleva a los seres humanos a hacer cosas casi imposibles”, afirma Pilar Sola, actriz, docente y gestora cultural a cargo de la gestión y comunicación de la asociación.
La presidenta de la asociación cultural, La Madriguera, y encargada de producción es Elena Serrano, actriz y docente. Completa el equipo directivo Antonio J. Navaro, secretario y encargado de la dirección y asesoramiento técnico. Artista plástico, músico, creador y técnico audiovisual.
A contrarreloj, Elena, Antonio y Pilar, después de meses de reformas durante uno de los veranos más tórridos que se recuerdan, ultiman los detalles para la inauguración este viernes 1 y sábado 2 de septiembre. Con entradas agotadas, la compañía residente Zoo Cabaret abrirá las puertas de la nueva Madriguera con su cabaret huertano, patrimonio teatral de la Región de Murcia.
Enmasillar o lo que surja
No están solos. Algunos voluntarios y socios han aportado su fuerza de trabajo para pintar, enmasillar, mover trastos o lo que surja. El espacio se encontraba abandonado y muy deteriorado. “Es un reto muy importante sobre todo porque los recursos económicos son prácticamente cero”, asevera Serrano. El poco ahorro con el que cuenta la asociación cultural se reinvierte en la mejora del espacio; comprar un foco, un altavoz o un ventilador.
Ser o no ser socio, esa es la cuestión. Porque La Madriguera subsiste, continúa Sola, “gracias a las cuotas anuales y aportaciones de los socios y socias. Esto permite cubrir el alquiler, gastos de suministros, seguro, medidas de seguridad, asesoría, entre otras cosas, por la simbólica cantidad de 15 euros al año”. Sin embargo, hay socios que al renovar la cuota aumentan la aportación y estimulan la solidaridad y motivación de sus gestores. Como Pablo Gomis, clown en Circo del Sol y socio de La Madriguera, que sumó 200 euros al renacimiento del proyecto en su última renovación. Como apunta Navarro, “potenciamos la cercanía, entre los propios artistas y el público. Es un espacio en el que la gente se implica”.
“Un reducto de cultura libre de machismo”
La Madriguera es un proyecto de activismo cultural, asegura Sola, con el fin último de fomentar la cultura y el arte. “Un reducto de cultura libre de machismo y mil agresiones que encontramos en el día a día. Una barraca cultural, así percibimos La Madriguera 3.0, en pleno corazón de la huerta murciana”. Con más de 400 socios, en su mayoría, muy participativos, cerca del 25% son artistas de la Región que, además, utilizan el espacio para sus creaciones y muestras. Algo distintivo y único ya que no están limitados por el restrictivo horario y burocracia institucional de teatros y auditorios municipales.
A lo largo de estos años han promovido múltiples iniciativas y sinergias a las que pretenden dar continuidad e impulsar. La Madriguera abierta, es un proyecto de colaboración con jóvenes alumnos de la ESAD (Escuela Superior de Arte Dramático) y con la escena teatral amateur a través de asociaciones como FATEAMUR y ESCENAMATEUR. “El teatro amateur es fundamental en la red cultural, como creadores y público”, afirma Serrano.
Convertida en referente murciano del circuito de salas off de España y parada cada vez más habitual de compañías y artistas de otras comunidades, incluso de otros países, La Madriguera, ha acogido hasta el momento, propuestas teatrales y musicales de Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, México y Perú, entre otros. Es sede, además, de festivales teatrales como Titeremurcia, Microaaciona o la muestra de teatro Edmundo Chacour. El programa VIP, en colaboración con PAREM (asociación de ayuda a personas refugiadas y migrantes de la Región de Murcia) y Traperos de Emaús, presta especial atención a colectivos de personas que tienen dificultades de acceso a la cultura artística.
El cuidado y apoyo a los artistas es su seña de identidad así como la cercanía con el público. Un afecto y reconocimiento mutuo por parte de los profesionales del sector y los 'bichos' que se acercan a la madriguera. Las actividades son incontables: teatrales, musicales, rodajes, sesiones fotográficas, actividades artísticas formativas, exposiciones de artes plásticas (novedad en esta nueva andadura), cesiones de espacio, residencias... Un imposible levantado por tres soñadores y extraordinarios gestores culturales que sacude y emociona. Háganse un favor, visítenla: Camino viejo de Orihuela, 14, Torreagüera. Viva Murcia.