Jazz San Javier premia la trayectoria del señor del jazz Kenny Barron
Los años y décadas van transcurriendo inevitablemente y con ellos, las personas nos hacemos mayores y en un momento dado llegamos a nuestro final de ciclo vital. Pero mientras ello llega, todavía podemos disfrutar y sentir cómo unos pocos elegidos nos hacen esa vida más llevadera, placentera, enriquecedora y sencilla. Exactamente es lo que hizo, en la noche de este viernes en el auditorio Parque Almansa, sede de Jazz San Javier, el pianista norteamericano Kenny Barron y su trío; ese trío clásico de jazz de toda la vida y al que a las generaciones jóvenes, les aconsejaría que procurasen ver a Leyendas Vivas del Género en directo. Soy de los convencidos que si fuera así, la música de jazz no estaría perdiendo tantos nuevos aficionados.
Es una realidad en todos los países del mundo; el jazz apenas interesa a las nuevas generaciones (salvando a los músicos que sí se interesan por él), porque no lo han escuchado lo suficiente, no se aconsejan por los que saben algo sobre él o, simplemente, les van otras propuestas que pululan por las músicas del rock, el blues o, cómo no citarlo si es realidad pura y dura, el reguetón. Lo que una inmensa mayoría no conocen es que la base de todas ellas está, precisamente, en las corrientes de la música de jazz. Curioso ¿no? Pues ahí dejo el reto para estas generaciones que pretenden comerse el mundo, sin tener toda la información precisa para ello.
Como indicaba un éxito de los 80 en España, “no son buenos tiempos para la lírica”. Es decir, la sociedad en general y los que pertenecen a esa horquilla entre los 18 a 35 años en especial, andamos con una brújula estropeada y desincronizada con los polos magnéticos de nuestro Planeta.
Sin embargo, de vez en cuando aparecen personas que ponen luz y conocimiento en nuestra escasa despensa del saber. Algo así sucedió en la noche del viernes en Jazz San Javier, con el concierto que ofreció el pianista Kenny Barron tal y como pretendía explicar unas líneas más arriba. Un músico que ha confeccionado su historial a base de aprender y tocar con los que han sido sus ídolos, sus iconos musicales; aquellos que llegaron mucho antes que él y que le enseñaron historia, escalas, maneras de interpretar con el piano y, en definitiva, todo aquello que te va curtiendo en tu trayectoria. Nada más aparecer en el escenario, Kenny explicaba que “me han extraviado las maletas en el aeropuerto de Alicante. Pero bueno, no pasa nada”. Qué diferencia con su homólogo Brad Mehldau en 2015, que mostró sin escondrijos su gran enfado porque también le extraviaron las maletas y tuvo que actuar con la misma ropa con la que viajaba.
Anécdotas aparte, Kenny Barron es todo un maestro del género y miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias. Y muchos otros méritos que atesora merced a su tesón y aprendizaje. El concierto en su regreso a Jazz San Javier lo inició con un recuerdo a su máximo ídolo: Thelonius Monk. Nos recordó la pieza titulada “Teo”, que Monk escribió y publicó en 1964 como parte del álbum “Monk”. Solamente con esta pieza, Barron reiteró su dominio del piano, su sutileza y delicadeza para interpretar, a la que acompañan como uno solo el contrabajista japonés Kiyoshi Kitagawa y el baterista californiano Willie Jones III. Un trío muy compactado que son, en sí mismo, líderes de formaciones como han dejado constancia con sus grabaciones.
La noche prometía un deleite -especialmente para los denominados aficionados “pata negra”-, como así resultó. Y es que cuando tres músicos se conocen como éstos y saben cómo desarrollar, contestar a cualquier envite musical o improvisar sobre la marcha sin que parezca que ha sido eso, el éxito y el placer de poder escuchar este Magisterio Musical culmina el alma del verdadero aficionado a esta música; pero también de quien no lo es tanto o, simplemente, acaba de llegar. Un concierto como el que protagonizó el trío de Kenny Barron hace afición con absoluta solvencia.
Después continuó desplegando un listado de temas muy conocidos pero, no por ello, exentos de viveza. Barron les imprime novedad sin perder la esencia misma de la partitura, como certificó en “Softly As A Morning Sunrise”, con solo de Kitagawa y magnífico dominio de las escobillas y los clásicos solos de cuatro u ocho compases de Jones III, “Magic Dance” o “Skylark”, una pieza escrita en 1941 por Hoagy Carmichael y letra de Johnny Mercer, que han interpretado muchísimos músicos del género como, por ejemplo, la recordada Ella Fitzgerald.
El auditorio permanecía atentísimo al desarrollo que Kenny Barron y su trío que hacían de esta selección de piezas estándares casi nuevas versiones, a las que los tres músicos supieron ejecutar con absoluta limpieza desplegando, de manera sencilla pero difícilmente superable (insistiré en ello) un Magisterio sublime. Si no conocen alguna o casi ninguna de las partituras que allí sonaron entreténganse un rato y busquen títulos como “Lullabye”, “Voyage”, tema y álbum de Stan Getz e inicio de la colaboración entre el saxofonista y el pianista, “Cook’s Bay”, una petición que le solicitó Alberto Nieto y a la que accedió Barron compuesta por él, y otra de sus creaciones titulada “Bud Like”, con la que finalizaban su concierto de regreso a Jazz San Javier tras 20 años de su primera visita en la V edición.
El público, puesto en pie, aplaudía sin cesar en reconocimiento a esta Leyenda del Jazz y a sus dos acompañantes en esta visita: el contrabajista Kiyoshi Kitagawa y el baterista Willie Jones III. Tal y como estaba concedido y preparado, el director de Jazz San Javier y concejal de Cultura, David Martínez acompañado de todo el Equipo del Festival, apareció en el escenario y llamó al señor Kenny Barron para hacerle entrega del Premio Jazz San Javier a Toda una Trayectoria Musical. El pianista norteamericano dijo bromeando “¿Esto es porque soy viejo?”, y sonrió visiblemente. Dio las gracias por este reconocimiento del festival y por el que el público siempre le ha dispensado en este marco al que siempre, y esto lo añado yo, siempre quieren regresar aquellos que lo visitan. Como agradecimiento del Maestro Barron, dos bises. El primero, una interpretación él solo al piano titulada “Memories Of You” y finalizar ya con el trío tal y como comenzó: Con un recuerdo imborrable a Thelonius Monk en la pieza titulada “Shufle Boil”.
En resumen, una noche magistral que tras 20 años de su primera visita nos volvió a regalar el pianista Kenny Barron y su trío. Una trayectoria que a sus 79 años le confiere todo un Magisterio del Jazz y convertirse en Leyenda viva de esta música, a la que todavía podemos disfrutar y que sea por muchos años más. La siguiente cita retoma las sesiones dobles, con una primera parte diseñada por Jazz San Javier en homenaje a la guitarra con el proyecto titulado “We All Remember Wes” (“Todos recordamos a Wes”) Montgomery; auténtico continuador de aquella línea que en los años 30 del siglo XX marcó Charlie Christian y que Wes Montgomery enriqueció e implantó su personalidad sesgada por su pronto fallecimiento a los 45 años. En la segunda parte, homenaje también al piano (ambos instrumentos lo son en esta edición), con un valor en alza del denominado flamenco-jazz: El pianista de Utrera Andrés Barrios y su invitado, el cantaor Manuel Lombo. Les recomiendo que no pierdan este hilo. Agradecidos por ello.
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