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Opinión - ¿Misiles para qué? Por José Enrique de Ayala

La lista

La lista

Carlos Trenor

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Anselmo, mientras esperaba el resultado del Simtron, escuchaba la conversación que mantenían las dos enfermeras. Cada vez más sorprendido salió de la consulta y esperó a que le dieran la hoja de tratamiento. Desde su asiento podía seguir escuchando la conversación:

- Pues lo que te digo, Pili, esto me lo dijo anoche Adela, que había estado vacunando a los jefes por la mañana

- No me lo puedo creer, decía enojada Rosa, aquí aún faltan varios por vacunar y sin contar a los que están en cuarentena.

- Eso me digo yo, hay que ser , bueno no sé qué hay que ser, para haber hecho eso. Fíjate que , según dice Adela, han vacunado hasta al hijo de Mariano…

-¿Al hijo de Mariano? Pero si ese chico es jugador de fútbol y vive lejísimos.

- Pues sí, a ese. Le llamaron y vino. Creo que le dieron un pase para que no tuviera problemas y aquí se plantó. Además venía con una chica, que debía ser su novia.

Anselmo salió del Centro de Salud y se apresuró para llegar pronto a casa y contar la noticia. ¡Cómo iba a disfrutar Sinfo, su esposa, y, además, sería la estrella de las amigas al pasarlo por el wasap!

Sinfo se quedó con la boca abierta, no reaccionaba y tardó unos segundos en recuperar la voz:

 - ¿Me estás diciendo que se están repartiendo a escondidas las vacunas? ¿no fuiste capaz de decirles nada? Tú que siempre arreglas el mundo… Esto hay que contarlo, pero no a las amigas, hay que decírselo a alguien de la prensa, pero a uno que sea serio y con credibilidad. Así que ya estás llamando a Paulino, se lo cuentas y ya dirá él a quién se lo dice.

Anselmo llama Paulino y éste le dice que es mejor hablar antes con Federico y luego ya llamaría al periodista. Anselmo, que no quiere quedarse fuera del juego, le dice que es mejor ir al despacho de Federico y explicárselo allí que entre los dos.

Ya en el despacho los tres planean cómo decírselo al periodista pero acuerdan que antes lo van a comentar con algunos amigos y familiares. No vaya a ser que saliendo en prensa se corten las vacunas y ya nadie pueda conseguir vacunarse antes que los demás.

 En un santiamén elaboraron una lista con más de 100 personas entre familiares, amigos, y compromisos varios (el director de la Caja del Sol Poniente que iba a facilitarles un crédito para el negocio; el encargado de Saneamientos El Grifo, al que le habían encargado la reforma del baño de la casa de Federico; a MerySabatacha, la de la casa de masajes que tan bien les atendía; a Romualdo el gorrilla que les vigilaba los coches; etc..)

Una vez hecha la lista telefonearon al periodista, que no era otro que Fermín Pesares, el cronista de sucesos del Heraldo Vespertino, que tras años de oficio se había convertido en el único del gremio de quien nadie pudiera sospechar que estuviera vinculado a la política ni a los empresarios. Unas líneas de él y palabra del evangelio.

Fermín Pesares les planteó la primera pregunta seria:

-¿Está contrastada la historia o simplemente es un rumor o una charla de barbería?

-Está, está contrastada, Rosa es muy seria y nunca diría algo que no fuera cierto. Recuerdo cuando nos avisó, hace ya muchos años, que había un brote de cólera no se enteraron más que cuatro gatos, la mayoría ni se lo olió. Dijo Mariano con seriedad.

 Una vez contrastada, de manera tan científica y profesional la información, Fermín Pesares comunico en su diario que tenía una noticia de última hora y que en poco tiempo la tendría confeccionada. Sabía que era un asunto grave y que mucha gente importante iba a molestarse por lo que debería escoger muy bien el tono y las palabras a emplear.

Acordaron entre los cuatro que deberían llamar al secretario del ayuntamiento y explicarle la situación. Si éste ponía trabas la noticia se daría a varios medios y de forma más directa y cruda

Ellos solamente pedían ser vacunados. Era su derecho, como los demás.

Después de darle alguna que otra vuelta a la noticia escribió:

“En la mañana del día 13 se ha procedido a vacunar a personal del Ayuntamiento para que no puedan contagiarse de la epidemia que estamos padeciendo. Según nos informa la Secretaría de Información todas las personas que han recibido la dosis son imprescindibles para el trabajo y están en primera línea en la lucha contra la enfermedad. Si bien es cierto que se han incluido a última hora un grupo de personas ajenas al consistorio siguiendo una estricta y rigurosa valoración de la importancia estratégica de sus puestos laborales en relación con la sociedad”

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