Buceadores de ANSE y WWF han realizado inmersiones durante mayo, a profundidades variables, en diferentes puntos del mar Menor, para denunciar el “grave deterioro” de la laguna y la existencia de concentraciones de macroalgas y fitoplancton en distintas áreas. Esta situación es corroborada por los datos de la propia Comunidad Autónoma que confirman la reducción del oxígeno presente en el agua y la elevada turbidez.
Durante los últimos meses, la mayor laguna litoral española no ha logrado recuperarse de la turbidez que comenzó a aumentar a finales del verano de 2019 y que se multiplicó durante el otoño y el invierno por las tormentas torrenciales que provocaron grandes arrastres de tierras del Campo de Cartagena. Como viene siendo habitual en los últimos años, y cuando aún las temperaturas no son muy elevadas, parte de sus aguas presenta una visibilidad reducida y los procesos de enfangamiento se extienden cada vez por más playas, a pesar del denodado esfuerzo de los servicios de limpieza por retirarlos.
Las organizaciones alertan que, durante las próximas semanas, la evolución puede ser similar a lo ocurrido en los últimos meses, y como ya sucedió en 2016, con consecuencias desastrosas para el ecosistema de la laguna (como la mortalidad masiva de peces del pasado octubre), para el turismo y sobre la calidad de vida de los habitantes de la ribera del Mar Menor. Las organizaciones consideran que las medidas ineficaces de las administraciones para atajar las verdaderas causas de la degradación durante los últimos cuatro años han llevado de nuevo al Mar Menor a una situación preocupante.
El Gobierno de la Región de Murcia acaba de anunciar un paquete de medidas de urgencia de “muy dudosa efectividad”, según ANSE y WWF, “para poder disfrutar este verano de la joya de la naturaleza de la Región de Murcia”. Estas medidas, como la inyección de oxígeno con mangueras microperforadas, el bombeo de agua desde las salinas de San Pedro y Marchamalo y del acuífero profundo, “ya fueron anunciadas el año pasado y se han mostrado ineficaces”, indican las plataformas ecologistas. “Tampoco han servido de nada las grandes inversiones durante los últimos años en actuaciones como tanques de tormenta o rampas para barcos, limpiezas, dragados o recrecimiento de playas”.
Según las organizaciones, la eliminación de las primeras hectáreas de cultivos de regadíos ilegales anunciadas por la Confederación Hidrográfica es un primer paso para la solución de los problemas de contaminación del mar Menor a medio plazo. “Esta medida debería ir acompañada de la eliminación de las 10.000 hectáreas de regadíos ilegales existentes, así como una profunda reestructuración del resto de la agricultura intensiva del Campo de Cartagena, la modificación de la configuración de los puertos y eliminación de algunos de ellos, la creación de una extensa red de filtros verdes con suficiente capacidad para el tratamiento de todas las aguas de drenaje, sin descartar la recuperación de algunas infraestructuras existentes como la desalobradora del Mojón...”
WWF y ANSE urgen nuevamente a los representantes de los ciudadanos a que alcancen un acuerdo político real que cambie la historia reciente de destrucción de La Manga y del Mar Menor, tal y como exige la sociedad de la Región de Murcia.
Las organizaciones demandan, asimismo, la cooperación leal entre las administraciones competentes, como es su deber constitucional, para definir un Plan de Recuperación del mar Menor realista, centrado en las causas de su degradación y que ofrezca soluciones basadas en la Naturaleza para la restauración ambiental de los paisajes y hábitats perdidos en el entorno del mar Menor. Por último, piden la creación de un grupo internacional de expertos que oriente el plan y que cuente con el apoyo de las organizaciones sociales. Las organizaciones solicitan el liderazgo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en este proceso.