Margarita Guerrero: de una montaña de Ecuador al Ayuntamiento de Murcia
- Este artículo pertenece a la revista La España de los migrantes, de eldiario.es. Hazte socia ya y recibe nuestras revistas trimestrales en casa
Margarita del Cisne Guerrero nació y se crió “literalmente” en medio de una montaña de Loja, Ecuador. En 2003, con diez años y un hermano de nueve, cogió un avión rumbo a Murcia. Su padre había fallecido al poco de nacer ellos y su madre había llegado cinco años antes al Viejo Continente para allanar el camino de su progenie. En 2014 llegó al puesto de concejala con 21 años, siendo la edil más joven y la primera de origen extranjero en el Ayuntamiento de Murcia.
Su viaje de ida sin retorno no estuvo exento de obstáculos. Llegó el 31 de julio de 2003 y el 1 de agosto se hacía obligatorio el visado para entrar en España si eras ecuatoriano. Si se hubiera retrasado un día más, no habría podido entrar. En su nombre se perciben las raíces del país tropical del que procede: en Ecuador es costumbre acompañarlos, al nacer, con el de la virgen de la provincia, en este caso, la de El Cisne. De hecho, al comenzar a ejercer como edil, el resto de partidos bromeaban con esto, algo que no le hacía “mucha gracia” pero que, con el tiempo, no volvió a suceder.
En su adolescencia, y junto con latinoamericanos de segunda generación, creó la plataforma Juventud Revolución -aún vigente-, con el objetivo de responder a las necesidades de las 'nuevas generaciones' de sudamericanos residentes. Simultáneamente comenzó a participar en manifestaciones en las que conoció a integrantes de Izquierda Unida, dando comienzo así su actividad política.
En su labor como concejala, junto con sus compañeros, centró la pasada legislatura sus esfuerzos en promover políticas de igualdad de género, migratorias y servicios sociales. También promueve proyectos feministas y en favor del colectivo LGTBIQ. El racismo también afecta a su actividad política: en una ocasión, un edil de otra agrupación llegó a criticar una iniciativa de su partido sobre salud sexual aludiendo a que “ni siquiera la gente como [el expresidente de Ecuador Rafael] Correa” defendía el uso del preservativo.
Sobre la guetificación de la comunidad ecuatoriana considera que la masa de inmigrantes no es “homogénea” y que es un error estereotiparla según su origen. Percibe nostalgia en las generaciones mayores y una socialización palpable en los jóvenes; pero también enfatiza en la necesidad de políticas de integración “reales”, que no se limiten solo a asistir, a través de subvenciones, a los migrantes.