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Las acumulaciones de posidonia en la playa no son basura

Al caminar por las playas de la región, solemos ver los arribazones (acumulaciones de tallos y hojas muertas) de Posidonia oceánica, depositados en otoño e invierno, que son retirados de las playas con la excusa de limpiarlas.  Sin embargo, las acumulaciones de posidonia en nuestro litoral no son basura. Estas estructuras son absolutamente beneficiosas para los entornos litorales y nuestras playas, bastante deterioradas por la presión urbanística. Es necesario que dejen de retirarse de forma sistemática y sin medidas de protección.

La Posidonia oceánica, no es un alga, es una verdadera planta marina con hojas, flores y frutos; semejante a las que nos encontramos en bosques, pero que vive en el medio marino entre la superficie y los 50 metros de profundidad, en la zona donde llega la luz solar para permitirle desarrollar la fotosíntesis. La posidonia es una especie endémica del Mar Mediterráneo, llegando a formar grandes extensiones. Las praderas de posidonia en el suelo marino forman el ecosistema más importante del Mediterráneo. Sería un equivalente a los bosques dentro de los ecosistemas terrestres. Además, es su principal fuente de oxigenación.  Los arribazones vendrían a ser la hojarasca de un bosque con árboles de hoja caduca, que pueden tener diversos aprovechamientos. Con sus largas hojas, las praderas de posidonia frenan el oleaje protegiendo el litoral de la erosión, y con los arribazones atenúan el impacto del oleaje en las playas.

Las praderas de posidonia estructuran el fondo marino y son el hábitat complejo de muchas especies de plantas y un gran número de especies animales. Además son zonas de cobijo, alimento y lugar de reproducción de multitud de especies de interés comercial. La posidonia necesita unas condiciones físico-químicas muy concretas para su desarrollo y supervivencia, y es muy vulnerable a los cambios que se producen en el entorno, por lo que es una excelente bioindicadora de la calidad de las aguas marinas costeras.

El Convenio de Barcelona para la protección del Mediterráneo protege las praderas de posidonia. El Real Decreto de 7 de diciembre de 1995 recoge la adaptación de la Directiva de Hábitat al estado español. En esta normativa, las praderas son consideradas como como sistemas a conservar para lo cual se establecen medidas para contribuir a garantizar la biodiversidad mediante la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres. La Posidonia oceánica se ve amenazada debido a la actividad humana que han alterado de una manera significativa la calidad del agua y las costas en las últimas décadas. Además, estos efectos se ven incrementados por el cambio climático.

Pero su importancia no se restringe, en exclusiva, a cuando está viva y sumergida. Las hojas que pierde (bien porque están muertas o bien porque son arrancadas por los fuertes temporales) junto a los rizomas, se acumulan a lo largo y ancho de muchas playas. Forman así unas estructuras geomorfológicas conocidas como arribazones o también algueros.

Si bien otras plantas y algas también forman estas acumulaciones, esta especie es la más abundante en el Mediterráneo, y genera estructuras de grandes dimensiones: alcanzan hasta dos metros de altura y decenas de metros de longitud. ¿Cómo sería nuestro litoral y el mar Mediterráneo sin las praderas de posidonia?. Sería un entorno muy diferente del que conocemos, muy empobrecido, más degradado; cuyas consecuencias afectarían más allá de las propias praderas y arribazones.

Aunque hay un debate entre los investigadores y la comunidad científica sobre el papel de protección de estas estructuras a medio y largo plazo en las playas, hay un consenso en que los arribazones evitan los efectos de la erosión a corto plazo. La erosión es un grave problema en las costas mediterráneas, sobre todo cuando se producen fuertes temporales, que literalmente barren la arena de muchas playas

Existen otros aspectos menos conocidos sobre la importancia de los arribazones y poco estudiados, en general. Son una fuente de nutrientes en un sistema arenoso que, además de lograr cierto grado de fertilización en las zonas de vegetación, sirven de alimento a determinadas especies de invertebrados costeros. La propia estructura formada sirve de refugio y protección a pequeños invertebrados marinos que, a su vez, son alimento de predadores superiores, como las aves marinas.

Al caminar por las playas de la región, solemos ver los arribazones (acumulaciones de tallos y hojas muertas) de Posidonia oceánica, depositados en otoño e invierno, que son retirados de las playas con la excusa de limpiarlas.  Sin embargo, las acumulaciones de posidonia en nuestro litoral no son basura. Estas estructuras son absolutamente beneficiosas para los entornos litorales y nuestras playas, bastante deterioradas por la presión urbanística. Es necesario que dejen de retirarse de forma sistemática y sin medidas de protección.

La Posidonia oceánica, no es un alga, es una verdadera planta marina con hojas, flores y frutos; semejante a las que nos encontramos en bosques, pero que vive en el medio marino entre la superficie y los 50 metros de profundidad, en la zona donde llega la luz solar para permitirle desarrollar la fotosíntesis. La posidonia es una especie endémica del Mar Mediterráneo, llegando a formar grandes extensiones. Las praderas de posidonia en el suelo marino forman el ecosistema más importante del Mediterráneo. Sería un equivalente a los bosques dentro de los ecosistemas terrestres. Además, es su principal fuente de oxigenación.  Los arribazones vendrían a ser la hojarasca de un bosque con árboles de hoja caduca, que pueden tener diversos aprovechamientos. Con sus largas hojas, las praderas de posidonia frenan el oleaje protegiendo el litoral de la erosión, y con los arribazones atenúan el impacto del oleaje en las playas.