Región de Murcia Opinión y blogs

Sobre este blog

Carta al exdirector del Servicio Murciano de Salud

0

Muy Sr. Mío:

He leído con atención sus declaraciones a un diario regional el pasado día 20 de los corrientes. Me ha decepcionado, no lo puedo negar.

Yo siempre le he considerado a usted como un profesional muy cualificado y que ha gestionado con firmeza y diligencia el Servicio Murciano de Salud (SMS). Sé que nunca ha dado excusas ni pasos atrás ante problemas muy serios a los que tuvo que dar solución.

Por su despacho han pasado personas y colectivos planteando problemas reales y buscando soluciones y en múltiples ocasiones esas demandas han podido ser solucionadas.

Era, en fin, una garantía excepcional en la Administración. No es habitual la facilidad en la accesibilidad a un alto cargo y usted recibía y atendía a quien lo solicitara con fundamento.

Pero la pandemia ha cambiado todo, también a la Administración.

Sus palabras en la entrevista ya citada no reflejan esa confianza a la que antes me refería. Ya el titular era confuso: Se decidió que nos vacunáramos de manera discreta, como un profesional más; no fue acertado”. Y tanto que no acertaron, se vacunaron a escondidas, que es algo muy distinto. Cada mañana nos levantamos viendo cientos de imágenes de personas que están siendo vacunadas. Muchas personas decían que se vacunarían cuando vieran a los políticos hacerlo y ustedes perdieron esa oportunidad y lo hicieron a espaldas de todos y crearon un debate de altísimo tono en vez de ser ejemplarizantes e invitar, con su vacunación, a que los ciudadanos que dudaban de la vacuna se decidieran vacunar con tranquilidad. ¡Vaya oportunidad perdida y vaya patinazo de los asesores de imagen del SMS!

Dice también que “la decisión de vacunar en los servicios centrales, porque teníamos viales suficientes. No solo había terminado la vacunación en las residencias y en los sanitarios de primera línea, sino que estabamos ya en las segundas líneas y quedaban dosis.”

El día 1 de febrero seguían sin vacunarse muchos sanitarios del Hospital Rafael Méndez de Lorca donde se comenzó a vacunar el día 9 de enero. El día 13 se procedió a vacunar en los servicios centrales del SMS. Es decir que aún no habían vacunado a todos los sanitarios de primera línea.

Y así, párrafo a párrafo, se van desgranando contradicciones que solo me llevan a creer que nos han tomado el pelo.

Esto ha sido el clásico “sálvese quien pueda” en un momento en que todos estamos amedrentados por la COVID-19. Esto se ve con claridad cuando nos enteramos que, también de forma clandestina, se vacunan a altos cargos de la iglesia murciana. Como también se incluyó en el lote de privilegiados a algún representante sindical sanitario.

Según los datos del Servicio de Epidemiología, un total de “347 personas han perdido la vida por culpa del virus durante el primer mes del 2021”. Con estas cifras cualquier maniobra oculta, cualquier interpretación aviesa de protocolos u otras normas es lógico que provoquen reacciones encendidas en la población.

Con estas altísimas cifras de fallecidos quién puede pensar que la sociedad puede mantener la tranquilidad. 347 personas muertas son muchas familias destrozadas; 347 preguntas sin respuesta; 347 razones para no confiar en los dirigentes sociales.

Imagine usted que cada día que nos facilitan los datos de la evolución de la pandemia, el Portavoz de la Consejería nos dijera que los fallecidos no se debían a la COVID-19, sino a accidentes de tráfico, a atentados terroristas, a asesinatos por violencia de género, etc. O, dramatizando aún más, los muertos diarios fueran víctimas de un asesino en serie y las autoridades decidieran proteger solamente a su allegados, dejando al resto a su suerte.

No es de recibo ver estas reacciones políticas que anteponen intereses espurios muy alejados de las verdaderas y legítimas preocupaciones , y temores, de los ciudadanos de a pie.

Todo lo acaecido con este vergonzante suceso de las vacunas para las élites nos lleva a confirmar que en esta región hay ciudadanos de distintas categorías. Y ustedes han considerado parias a muchos conciudadanos.

 Me despido con el deseo de que le vaya bien en su nuevo cometido profesional.

Muy Sr. Mío:

He leído con atención sus declaraciones a un diario regional el pasado día 20 de los corrientes. Me ha decepcionado, no lo puedo negar.