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El escándalo de las vacunas

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Parece irónico que las deseadas vacunas del coronavirus vayan custodiadas por los cuerpos y fuerzas de seguridad desde su origen hasta llegar al Servicio Murciano de Salud (SMS). Es en el SMS donde los políticos que tenían que gestionar esas vacunas se saltan el protocolo establecido y consensuado con todas las comunidades autónomas y utilizan 600 vacunas a su libre criterio y no muestran ni un ápice de vergüenza.

El protocolo de vacunación está hecho desde el Ministerio y está tremendamente claro y realizado con coherencia, pues el primer grupo en vacunar es la población que, según las estadísticas y la evidencia, es el colectivo que arroja el mayor número de muertes, o sea, el colectivo de nuestros mayores institucionalizados. El segundo grupo a vacunar es el colectivo socio sanitario que es el que trabaja día a día, con los mayores y enfermos de COVID, los que están en primera línea de esta pandemia. Y resulta que los políticos del SMS, que son los que tienen que gestionar las vacunas, que conocen perfectamente el protocolo realizado por el Ministerio y que por coherencia y dignidad deben hacer una buena gestión de las vacunas, no se les ocurre otra cosa que utilizar 600 vacunas para colar a ciudadanos que tendrían que esperar su turno como cualquier hijo de vecino.

Esto hace pensar mal y hay quien cree que puede ser una vacunación encubierta, a saber.

Dice el Partido Popular que está muy tranquilo, y eso a los ciudadanos les debe causar intranquilidad, que se atrevan a este comportamiento indigno, que afecta a la población y que sean tan arrogantes, porque si lo hacen ellos, “no pasa nada”, son los “jefes”. Y mientras ellos se sienten tranquilos después de haber utilizado 600 vacunas para ciudadanos que no están en primera linea de COVID, los sanitarios del Hospital Rafael Méndez están protestando en la puerta del hospital, pues no tendrán su segunda dosis de vacuna en la fecha que les pertenecía y tendrán que esperar más tiempo del que aconseja la ficha técnica de la vacuna.

El Partido Popular quiere justificar sus malas artes diciendo que los políticos y sus equipos se deberían vacunar en primera instancia y yo le quiero decir al Partido Popular que no son los políticos los que se están muriendo de COVID, ni los que por su profesión se están contagiando. Les digo que los que se mueren y contagian son los ancianos institucionalizados y los sanitarios que están en primera línea; que en base a esas estadísticas se ha confeccionado el protocolo del Ministerio, y también les digo que en estos momentos yo, que soy diputada y médico, soy más necesaria por médico que por diputada. Diputados hay una larga lista de todos los grupos políticos, pero médicos según la Consejería de Sanidad, no hay, los que caigan, no se pueden reponer.

Por todo ello, señores del Partido Popular, por una vez, empiecen hacer las cosas bien y sigan los protocolos de Ministerio al pie de la letra, pues ha sido un protocolo hecho con coherencia y pensando en todos los ciudadanos, lo contrario es una vileza.

Parece irónico que las deseadas vacunas del coronavirus vayan custodiadas por los cuerpos y fuerzas de seguridad desde su origen hasta llegar al Servicio Murciano de Salud (SMS). Es en el SMS donde los políticos que tenían que gestionar esas vacunas se saltan el protocolo establecido y consensuado con todas las comunidades autónomas y utilizan 600 vacunas a su libre criterio y no muestran ni un ápice de vergüenza.

El protocolo de vacunación está hecho desde el Ministerio y está tremendamente claro y realizado con coherencia, pues el primer grupo en vacunar es la población que, según las estadísticas y la evidencia, es el colectivo que arroja el mayor número de muertes, o sea, el colectivo de nuestros mayores institucionalizados. El segundo grupo a vacunar es el colectivo socio sanitario que es el que trabaja día a día, con los mayores y enfermos de COVID, los que están en primera línea de esta pandemia. Y resulta que los políticos del SMS, que son los que tienen que gestionar las vacunas, que conocen perfectamente el protocolo realizado por el Ministerio y que por coherencia y dignidad deben hacer una buena gestión de las vacunas, no se les ocurre otra cosa que utilizar 600 vacunas para colar a ciudadanos que tendrían que esperar su turno como cualquier hijo de vecino.