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Ingeniosa fundación

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“Nacemos en 2020 con el objetivo de poner en valor una agricultura responsable, sostenible e innovadora”. Esta declaración en el inicio de la página web de la Fundación Ingenio señala su propósito. Sin embargo, si miramos detrás de la trastienda las cosas son otras. La Fundación Ingenio es un lobby financiado por una docena de empresas de agricultura intensiva de la región. Representa al colectivo empresarial de la agroindustria del Campo de Cartagena que ha desarrollado varias campañas con diversos intentos de confundir a la ciudadanía sobre el estado del Mar Menor. Tratan de imponer una idea sobre la contaminación que dice que no tiene nada que ver con los fertilizantes utilizados en la agricultura intensiva del entorno y que toda la responsabilidad dependería de las aguas residuales. Además, han tratado de dividir a la sociedad civil, victimizando a todo el sector agrícola, intentando enfrentarlo al resto de la sociedad, con discursos panfletarios. Han construido un relato victimista para que la sociedad no penalice su actitud de inmovilismo, tratando de evitar las medidas preventivas y correctoras de los impactos ambientales de la agricultura en el Mar Menor.

Estas ideas se apoyan en informes de parte, no científicos, que intentan defender falsos argumentos contradiciendo el riguroso trabajo de los investigadores y científicos que llevan décadas analizando el Mar Menor. La intención fundamental es manipular a la opinión pública murciana en función de los intereses de la agricultura intensiva. Para intentar sostener este andamiaje han recurrido a un sector del gremio de agrónomos, con conflictos de intereses en lo que defienden. También han reclutado a expertos, que no tienen ningún estudio científico sobre la laguna salada, y que de manera temeraria, se atreven a realizar afirmaciones que contradicen los estudios científicos realizados hasta la fecha. Realmente son lo que son, mera propaganda interesada. Gracias a la investigación científica podemos saber las formas de actuación y las soluciones para el problema de la contaminación de la laguna.

Existe un amplio consenso entre investigadores y científicos que han emitido informes relacionados con el problema de nuestra laguna (Universidad de Murcia, Instituto Español de Oceanografía, Comité Científico del Mar Menor, etc.). La contaminación procede la actividad agrícola, minera y urbana y la principal causa de eutrofización de la laguna se debe a la llegada continua al Mar Menor de nutrientes, nitratos y fosfatos, que contienen los fertilizantes utilizados por la agricultura intensiva del Campo de Cartagena. Las estimaciones de los investigadores señalan que suponen el 85% de la contaminación total. 

La fundación intenta, con sus campañas de agit-prop, desviar el foco del debate público, para alejarlo del origen real del grave problema de eutrofización que sufre nuestra laguna y que ya está bien acotado por el peso de la evidencia científica. Lo que se busca, en el fondo, es aumentar la polarización de la sociedad civil en un tema como el Mar Menor y la agricultura que nos tendría que unir a toda la ciudadanía murciana en la búsqueda de una solución para el futuro. La Fundación Ingenio no puede seguir extendiendo su campaña de desinformación y alimentar la ceremonia de la confusión. Tratar de polarizar a la sociedad sobre este aspecto debe tener algún coste. La fundación tiene que asumir su responsabilidad, eludir su función de órgano de intereses de lobby y respetar los cambios necesarios para poder desarrollar un modelo agrícola que no acabe con el Mar Menor y la economía de toda la comarca. La administración pública y las instituciones, que especialmente se han visto afectadas por estas campañas manipuladoras, deben pronunciarse públicamente y desmentir esas falsas afirmaciones que nos alejan de las soluciones reales para el Mar Menor. 

Hay que formular una crítica rigurosa a quienes intentar confundir y difuminar el origen de la eutrofización de nuestra laguna. Es el tiempo de la práctica de soluciones basadas en la naturaleza y en la ciencia, para recuperar nuestra laguna salada. Es posible una actividad agrícola y ganadera que respete la legislación europea sobre nitratos, la Ley 3/2020 de protección y recuperación del Mar Menor y el resto de normativa vigente protectora, que la fundación quiere anular. La mayor parte de la producción del Campo de Cartagena se destina a la exportación y el cumplimiento de las leyes y normativas debe ser perfectamente compatible con una agricultura no contaminante. Hay otro camino para una agricultura y ganadería sostenibles en la Región. Son necesarias soluciones, no desinformación y manipulaciones, para el Mar Menor.

“Nacemos en 2020 con el objetivo de poner en valor una agricultura responsable, sostenible e innovadora”. Esta declaración en el inicio de la página web de la Fundación Ingenio señala su propósito. Sin embargo, si miramos detrás de la trastienda las cosas son otras. La Fundación Ingenio es un lobby financiado por una docena de empresas de agricultura intensiva de la región. Representa al colectivo empresarial de la agroindustria del Campo de Cartagena que ha desarrollado varias campañas con diversos intentos de confundir a la ciudadanía sobre el estado del Mar Menor. Tratan de imponer una idea sobre la contaminación que dice que no tiene nada que ver con los fertilizantes utilizados en la agricultura intensiva del entorno y que toda la responsabilidad dependería de las aguas residuales. Además, han tratado de dividir a la sociedad civil, victimizando a todo el sector agrícola, intentando enfrentarlo al resto de la sociedad, con discursos panfletarios. Han construido un relato victimista para que la sociedad no penalice su actitud de inmovilismo, tratando de evitar las medidas preventivas y correctoras de los impactos ambientales de la agricultura en el Mar Menor.

Estas ideas se apoyan en informes de parte, no científicos, que intentan defender falsos argumentos contradiciendo el riguroso trabajo de los investigadores y científicos que llevan décadas analizando el Mar Menor. La intención fundamental es manipular a la opinión pública murciana en función de los intereses de la agricultura intensiva. Para intentar sostener este andamiaje han recurrido a un sector del gremio de agrónomos, con conflictos de intereses en lo que defienden. También han reclutado a expertos, que no tienen ningún estudio científico sobre la laguna salada, y que de manera temeraria, se atreven a realizar afirmaciones que contradicen los estudios científicos realizados hasta la fecha. Realmente son lo que son, mera propaganda interesada. Gracias a la investigación científica podemos saber las formas de actuación y las soluciones para el problema de la contaminación de la laguna.