Los distintos contaminantes atmosféricos establecidos en la legislación estatal se miden por una red de estaciones fijas y móviles en la región. La red regional de vigilancia atmosférica está compuesta de ocho estaciones medidoras fijas y dos unidades móviles. Sin embargo, esta red está obsoleta y con múltiples fallos y carencias. A esto se añade que, en el año 2010, se eliminaron las estaciones de La Unión y San Ginés (Cartagena), lo que disminuyó la captura de datos y el diagnóstico de la situación sobre calidad del aire.
Muchos analizadores atmosféricos de las estaciones medidoras tienen nueve años o más, superando la vida útil estos dispositivos que se cifra en siete años. Esta obsolescencia de la red regional de vigilancia atmosférica provoca el deterioro en estas infraestructuras, problemas de mantenimiento, fallos técnicos, ausencia de captura de datos, Incidencias periódicas, falsas superaciones, averías, caídas del sistema informático, etc. Estos aspectos negativos, producto de una red con muchos analizadores que han superado su vida media, causan, en muchos casos, un funcionamiento irregular, limitando la calidad, la captación y evaluación de los datos sobre contaminación atmosférica en nuestra región.
Hay contaminantes como las micropartículas (PM2,5), el benceno, tolueno y xileno (BTX), el dióxido de azufre o el ozono que no se miden en todas las estaciones de la red. Es necesario un programa de Programa de Modernización y Renovación de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire, en el que todas las estaciones midan todos los contaminantes que establece la normativa estatal y el establecimiento de nuevas estaciones fijas en el Llano (Cartagena), la aglomeración urbana de Murcia, en Lorca y Cieza.
La principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde vive la mayor parte de la población, es el tráfico rodado. Y las emisiones industriales que condicionan de manera decisiva la calidad del aire. En el resto de las áreas suburbanas y rurales el problema fundamental obedece a las transformaciones químicas de los contaminantes originales emitidos por el tráfico urbano y las industrias para formar otros secundarios como el ozono, de manera que hoy en día no hay apenas zonas libres de contaminación atmosférica. Cada vez más, organizaciones naturalistas, ecologistas, vecinales y de defensa de la salud pública; demandan soluciones a este deterioro constante de la calidad del aire en nuestra región.
Una modernización de la red de vigilancia atmosférica implica un proceso de renovación de las estaciones que mejore el diagnóstico de la calidad del aire, el desarrollo de un presupuesto suficiente, el aumento de recursos humanos y materiales, y una mayor implicación de nuestras administración local y regional que frene, minimice y resuelva los complejos problemas de calidad del aire. Estas mejoras pasan por una renovación en profundidad de la red regional de vigilancia atmosférica, por el aumento del número de estaciones de medición y mayores de recursos humanos e infraestructuras.
Un verdadero plan de mejora de la calidad del aire tiene que plantear objetivos basados en los valores límite de las directrices de la Organización Mundial de la Salud y un plan específico del control de ozono troposférico. Un aspecto relevante es la necesidad de una financiación suficiente para su desarrollo y con medidas preventivas, de información y concienciación ciudadana sobre la calidad del aire. Es necesario además, la realización de informes y estudios epidemiológicos que analicen los impactos en la salud publica derivados de la contaminación industrial y del tráfico rodado.
Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire pasan por: la reducción del tráfico motorizado en las áreas metropolitanas, disminuyendo la necesidad de movilidad con un urbanismo de proximidad y potenciando en las ciudades el transporte público (en especial el eléctrico) y los medios no motorizados como la bicicleta o el tránsito peatonal. Junto a esto, hay que plantear la reconversión ecológica del transporte interurbano desde la carretera a un ferrocarril convencional mejorado y socialmente accesible; la eficiencia energética y la recuperación de los estímulos para la generación eléctrica renovable. Respirar aire limpio y sin riesgos para la salud es un derecho fundamental para ciudadanía. Analizar la contaminación atmosférica y luchar contra el deterioro de la calidad del aire en nuestra tierra forma parte significativa del trabajo por la mejora de la calidad de vida de nuestro entorno.
Los distintos contaminantes atmosféricos establecidos en la legislación estatal se miden por una red de estaciones fijas y móviles en la región. La red regional de vigilancia atmosférica está compuesta de ocho estaciones medidoras fijas y dos unidades móviles. Sin embargo, esta red está obsoleta y con múltiples fallos y carencias. A esto se añade que, en el año 2010, se eliminaron las estaciones de La Unión y San Ginés (Cartagena), lo que disminuyó la captura de datos y el diagnóstico de la situación sobre calidad del aire.
Muchos analizadores atmosféricos de las estaciones medidoras tienen nueve años o más, superando la vida útil estos dispositivos que se cifra en siete años. Esta obsolescencia de la red regional de vigilancia atmosférica provoca el deterioro en estas infraestructuras, problemas de mantenimiento, fallos técnicos, ausencia de captura de datos, Incidencias periódicas, falsas superaciones, averías, caídas del sistema informático, etc. Estos aspectos negativos, producto de una red con muchos analizadores que han superado su vida media, causan, en muchos casos, un funcionamiento irregular, limitando la calidad, la captación y evaluación de los datos sobre contaminación atmosférica en nuestra región.