Para la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social de la Región de Murcia (EAPN-RM), la pobreza no es una simple cuestión de falta de recursos económicos sino una realidad compleja relacionada directamente con el fallo de nuestra sociedad a la hora de proveer a toda la ciudadanía de los mismos derechos. La celebración el 6 de diciembre del Día de la Constitución y el 10 de diciembre del Día Internacional de los Derechos Humanos permiten poner el foco en la anterior afirmación.
La visión clásica de la pobreza se limitaba a sacar cuentas. Tantas personas viven con menos de tanto dinero al día, tantas familias no pueden llegar a fin de mes, tantos son los ingresos mínimos para cubrir las necesidades básicas… Todas estas cuestiones son de vital importancia, no cabe la menor duda. Pero no acaban de explicar lo que supone vivir en la fragilidad de los límites y la precariedad de las carencias. La verdadera dimensión de la pobreza necesitó de un nuevo término para conseguir explicarse mejor: la exclusión social.
La exclusión social introduce nuevos enfoques que permiten un acercamiento integral a la realidad de las condiciones de vida de las personas y las familias. Nos gustaría destacar dos de esos enfoques, el de los procesos y el estructural.
Las personas no son pobres pues la pobreza no es una cualidad innata. Las personas atraviesan situaciones de pobreza pues la pobreza es un proceso, en el que se puede caer, sí, pero del que también se puede salir.
Que esos cambios no deban limitarse a lo meramente cosmético, a los gestos más o menos llamativos, se relaciona con los elementos estructurales que introduce el concepto de exclusión. Lo estructural señala dónde deben producirse los cambios: en el origen, en las causas de las desigualdades. Las vendas y los analgésicos curan y evitan males mayores pero urge ir más allá. Y ese ir más allá es bien sencillo. Se trata de recordar que los derechos son una parte fundamental de la organización social que nos hemos dado. Los derechos que están en la constitución y los que se declararon universales hace ya más de setenta años. Los derechos que celebramos el 6 y el 10 de diciembre.
Este enfoque que relaciona directamente la pobreza y la exclusión social con los derechos es parte consustancial del discurso de EAPN. Un discurso que solo completa su sentido cuando pasa a la acción. Nuestras palabras exigen convertirse en hechos. Ese es el caso del II Pacto de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en la Región de Murcia o de la actividad de sensibilización con centros educativos de Secundaria que vamos a realizar el 17 de diciembre.
El II Pacto contra la Pobreza y la Exclusión Social fue firmado el pasado 21 de mayo por seis partidos políticos de la región. Con esa firma, los partidos se comprometen a trabajar para que los derechos lleguen (de forma efectiva) a la totalidad de la ciudadanía murciana. En opinión de EAPN-RM, este compromiso y su consiguiente puesta en marcha puede conseguir la recuperación de la confianza en nuestras instituciones y representantes públicos. Además, está en consonancia con la lucha contra la pobreza recogida en la Estrategia Europa 2020, en el Pilar Social Europeo o en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El pacto se organiza en función de 28 medidas y cuatro metas muy precisas formuladas de tal forma que podrán ser evaluadas de forma conveniente. Además, se sustenta en una serie de principios entre los que se incluye la idea de los derechos subjetivos, aquellos que nos merecemos por el simple hecho de ser personas. Son derechos “de acceso universal, que son exigibles ante la Administración Pública competente, que tiene la obligación de promover y garantizarlos, conforme a la legislación vigente y normativa reglamentaria de desarrollo, en condiciones de igualdad”. Los derechos subjetivos no son ajenos a las leyes autonómicas. El artículo 1 del Título 1 de la Ley de Renta Básica de Inserción la reconocer como un derecho subjetivo.
El trabajo para una sociedad más cohesionada y sostenible debe desarrollarse de forma integral, sumando esfuerzos e iniciativas. La incidencia política, representado en el II Pacto, es una acción imprescindible. También lo es la sensibilización contra la pobreza y la exclusión social. En ese sentido, el 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, pusimos en marcha una propuesta de colaboración con centros educativos de Primaria y Secundaria de toda la región. Esta propuesta enlazaba la fecha del 17 de octubre con el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos bajo el lema 'De la pobreza a los derechos'. Esta campaña tendrá un momento clave el 17 de diciembre cuando alumnado procedente de ocho centros de la región se reunirá en la ciudad de Murcia para compartir un momento en el que a través de la expresión artística se les invitará a reflexionar sobre la pobreza desde la dimensión del derecho a la educación, a la vivienda, a un empleo digno, al ocio y la cultura…
No podemos acomodarnos en la melancolía de los lugares comunes: el papel lo soporta todo. Las leyes pueden ser perfectas pero luego la práctica es un desastre. No hay esperanza en la política. El panorama político incierto y la situación económica y social que vivimos en la actualidad, caracterizada por la cronificación de la pobreza, la exclusión social y la desigualdad, nos sitúa ante un escenario de desafíos y oportunidades. Para EAPN-RM el desafío es conseguir que todas las personas tengan los mismos derechos y la oportunidad es recordar que acabar con la pobreza es una opción política.
Para la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social de la Región de Murcia (EAPN-RM), la pobreza no es una simple cuestión de falta de recursos económicos sino una realidad compleja relacionada directamente con el fallo de nuestra sociedad a la hora de proveer a toda la ciudadanía de los mismos derechos. La celebración el 6 de diciembre del Día de la Constitución y el 10 de diciembre del Día Internacional de los Derechos Humanos permiten poner el foco en la anterior afirmación.
La visión clásica de la pobreza se limitaba a sacar cuentas. Tantas personas viven con menos de tanto dinero al día, tantas familias no pueden llegar a fin de mes, tantos son los ingresos mínimos para cubrir las necesidades básicas… Todas estas cuestiones son de vital importancia, no cabe la menor duda. Pero no acaban de explicar lo que supone vivir en la fragilidad de los límites y la precariedad de las carencias. La verdadera dimensión de la pobreza necesitó de un nuevo término para conseguir explicarse mejor: la exclusión social.