El olvidado conflicto en el Sáhara Occidental vuelve a ocupar nuestra atención, y nuestra emoción. Nuestros pueblos han acogido durante muchos veranos a niños y niñas saharauis en el programa Vacaciones en Paz, y somos especialmente sensibles a la causa del heroico y digno pueblo 'hijo de la nube'. No son pocas las personas que han viajado hasta los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia). Y no son pocos los materiales de todo tipo que se han enviado, solidariamente, para allá. Y nuestros sentimientos basculan desde la proximidad afectiva, como 'provincia 53' de hecho, hasta apoyar el derecho a determinar libremente su futuro y dialogar para la cooperación al desarrollo desde la igualdad y el respeto mutuo. Según la ONU, el estado Español, es “técnicamente” potencia colonial “administradora”.
Los Acuerdos de Madrid de 14 de noviembre de 1975, con el dictador Franco moribundo, se hicieron para repartir el botín del Sáhara a Marruecos y Mauritania, cediendo el casi-rey (entonces) Juan Carlos de Borbón a los intereses norteamericanos para mejorar sus posiciones futuras.
Desde la retirada de Mauritania en 1979, Marruecos continúa siendo a día de hoy la única fuerza de ocupación ilegal en el Sáhara Occidental, y España sigue teniendo la responsabilidad jurídica. Para las Naciones Unidas, el Sáhara Occidental sigue figurando en la lista de territorios no autónomos en espera de descolonización. Y somos el “estado titular” de dicho territorio, que debiera coadyuvar y garantizar el derecho de autodeterminación, facilitando la transición a un nuevo escenario que refuerce las relaciones históricas de amistad y hermandad.
Lo cierto y verdad es que ya son muchos años, muchas generaciones de 'paciencia infinita' por parte saharaui ante la no concreción del prometido referéndum de autodeterminación, que por otra parte venía siendo alentado por la ONU en ¡¡¡1967!!!, como parte de un proceso de descolonización… ante España.
Guerguerat ha sido el detonante de una previsible 'explosión contenida en el tiempo'. Es el principal puesto fronterizo que conecta el Sáhara Occidental con Mauritania. Desde hace dos décadas, el régimen marroquí usa este paso fronterizo para escalar la tensión con el Frente Polisario. Se encuentra en la 'zona de separación' y no está incluido entre los cuatro puntos ACORDADOS por los que se puede pasar de un lado a otro del llamado 'Muro de la Vergüenza' (terminado en abril de 1987, mide 2.720 kilómetros, protegiendo los yacimientos de fosfatos de Bucraa, El Aaiún y Smara) , que está de hecho de arena de al menos 2 metros de alto, y está rodeado de campos minados. Además posee fortalezas cada 5 km y está resguardado por más de 120.000 soldados marroquíes.
El 14 de noviembre de 2020, Brahim Gali, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), anunció que consideraban roto el alto el fuego con Marruecos de 1991 y declaró el estado de guerra tras los movimientos del ejército marroquí de los días anterioresâ, que se había desplegado en Guerguerat, en el extremo sur de la RASD, para acabar con la protesta pacífica que mantenían desde hacía tres semanas manifestantes saharauis. â Los manifestantes exigían el cierre del paso fronterizo de Guerguerat, ilegal según argumenta con base legal el Frente Polisario, y que la ONU cumpliera con el compromiso de ¡¡¡1988!!! de hacer un referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental.
Despliegue de la Minurso
Cabe refrescar la memoria: El 29 de abril de 1991, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en su resolución 690, decidió establecer la misión para el referéndum (MINURSO, Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental), que se despliega en el territorio ese mismo año, cuyo objetivo es, además de preparar la consulta, supervisar el alto el fuego. Aunque la consulta estaba prevista para 1992, ésta no se produce debido a las discrepancias sobre el censo. La década de los noventa transcurre entre intentos de elaborar un censo para el referéndum, pero siguen las continuas discrepancias entre ambas partes. Continúa el proceso de 'colonización de la zona' desde la parte marroquí, instalando más y más personas de origen marroquí. Además de lo que suponen más de 120.000 militares de forma permanente.
Ahora, ante el 'negocio bilateral Mohamed VI – Donald Trump', reconociendo USA la 'marroquinidad' del Sáhara Occidental, al tiempo que Marruecos establece relaciones con el Estado de Israel, crece el descontento de una parte de la población.
Diversas organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos, al menos siete ONG y partidos de izquierda revolucionaria como La Vía Democrática (heredera de Ila l-Amam «¡Adelante!», organización marxista fundada por Abraham Serfaty) y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), han manifestado:
“El Sáhara es la causa de un pueblo que busca acabar lo que empezó con la independencia y recuperar su integridad territorial, mientras que Palestina es la causa de un pueblo expulsado de su tierra, que se enfrenta a diario a la tiranía, la ocupación y el racismo”, afirman, al tiempo que han impulsado el hashtag '#normalización es traición'. Estos grupos suelen organizar marchas que congregaban a multitud de personas en favor de la causa palestina.
El movimiento islamista Justicia y Caridad (Adl wal Ihsan, semitolerado con importante implantación), junto a esos partidos minoritarios de extrema izquierda en Marruecos, han sido los únicos en denunciar el restablecimiento de relaciones con Israel y la próxima apertura de 'oficinas de enlace' (embriones de Consulados).
En un comunicado, Adl wal Ihsan (mayor grupo islamista del país) criticó que la decisión supone “un insulto al pueblo marroquí que siempre ha rechazado la normalización, ha sido defensor del derecho palestino y ha estado contra el ente sionista y racista criminal”.
Todos los intentos de movilizaciones han sido reprimidos por el Majzen, mientras se ha alentado una manifestación oficialista (Istiqal) en El Aaiún, de miles de personas defendiendo la marroquinidad del Sáhara. Las tensiones y la inestabilidad están servidas. Y más con un rey enfermo y un horizonte, quizás, de transición. En septiembre de 2021, se cumplirán 100 años de la República del Rif, como ingrediente interesante para añadir; sumando otro conflicto que sigue, con altibajos, muy presente en otra zona del actual Reino de Marruecos. No sería de extrañar una coordinación más intensa y más extensa de las fuerzas críticas con el Régimen.
El papel de la UE
La Unión Europea no puede seguir ignorando uno de los conflictos más prolongados y dolorosos ubicado frente a sus puertas. Debe ajustar su trato con el Sáhara Occidental a los compromisos y obligaciones en virtud del derecho internacional. Debe advertir a las empresas europeas como Siemens o Enel, incluso Fertiberia, entre otras, de los grandes riesgos legales y morales que conlleva hacer negocios con un ocupante ilegal (Marruecos).
Y por último, esta bomba de tiempo que es la Cuestión del Sáhara Occidental, otra más de las heredadas del Régimen Borbónico-Bipartidista del 78, debe desactivarse desde los parámetros correctos, desde una posición de SOBERANIA NACIONAL, desembarazándose de servidumbres ante USA y Arabia Saudita, y reposicionándose ante Francia (que ejerce diversos tipos de colonialismo sobre África, a través del Franco CFA -14 países- y otros muchos mecanismos), instando a la MINURSO a no seguir de vacaciones 'bienpagás', verificando el cumplimiento de los derechos humanos en los territorios ocupados ilegalmente por Marruecos y rematar la faena del Referéndum de Autodeterminación, con la co-participación de España como potencia “administradora” (en stand-by desde 1975) de esa 'provincia 53'.
Para bien, creo que este asunto del Sáhara es como un susurro de viento en el corazón de muchas personas, que supera el limitado y limitante eje unilineal izquierda-derecha, para desembarcar en la playa del humanismo.
Y hoy hace falta audacia, lucidez y templanza, por todas las partes implicadas. Hoy las victorias suelen ser 'ganar el relato', y presionar sobre la economía. Básicamente. Movilizaciones virtuales, presenciales y boicots a productos, por ejemplo. Las crecientes movilizaciones ciudadanas, a nivel internacional, así como las Redes Telemáticas, como campos privilegiados de batalla incruenta, están haciendo que la acción defensiva saharaui se convierta en iniciativas tácticas, probablemente en un marco estratégico de presión continuada para alcanzar algo básico, que ya tarda demasiado: 'Referéndum YA. Sáhara Libre'.
Una vez más, la solidaridad es la ternura de los pueblos. Y hay mucho pueblo empapado de la ternura de las sonrisas saharauis que hemos vivido y compartido por muchas décadas. Pueblo sencillo, transversal, humano, amable, acogedor y solidario desde la cotidianeidad. Cuanto más nos movilicemos, desde lo civil y lo cívico, menos daños y víctimas habrá que lamentar en lo militar.
El Sáhara Occidental es un territorio rico en recursos naturales, posee una de las minas de fosfatos más grandes del mundo, además de un enorme banco pesquero, reservas de petróleo, gas, hierro, cobre y uranio, entre otros. Estos recursos son saqueados y explotados sistemática e ilegalmente por Marruecos, ya que los beneficios obtenidos por exportación de los mismos no revierten en beneficio de la población saharaui, legítima dueña y señora soberana.
Nos suena. Escuchemos bien.