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Contra la usura de los banqueros

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¿Por qué los banqueros no pagan los 60.000 millones de euros que deben a la ciudadanía española? ¿Por qué el Estado se los ha perdonado? En cambio, los banqueros realizan demandas que acaban en desahucios de familias porque las leyes les benefician a pesar de algunos avances. Cuentan con la complicidad de muchos políticos, su poder controla la democracia.

No es cierto que no haya desahucios, siguen produciéndose. Pero los banqueros han logrado invisibilizar este inmenso sufrimiento que supone que una familia se quede en la calle.

Voy a recrear una situación que vivimos, que vivo, con frecuencia. 

Suena el teléfono móvil.

  • Hola, dígame.
  • ¿Es D. Joaquín?
  • Si, dígame.
  • Me han dado su teléfono, es que tengo un problema, por si usted me puede ayudar.
  • Dime  en qué te puedo ayudar, si está en mi mano.
  • Mire, es que me van a desahuciar porque no he podido pagar la hipoteca –ahora también llaman por desahucios por alquileres- y tengo dos hijos y me veo en la calle. Trabajo en lo que me va saliendo, gano unos 800 euros, pero no llego. He ido a Servicios Sociales y me dicen que no tienen viviendas, que me busque alguna y que me podrían pagar unos tres meses de alquiler. Pero ¿Quién me va a alquilar? No hago más que llorar sin que mis hijos me vean o me oigan. Necesito que me ayude, se lo pido ¡Por Dios, ayúdeme, ayúdeme! No sé qué hacer (sollozos).
  • Mira, no te puedo prometer nada, pero sí decirte que vamos a estar a tu lado, te vamos acompañar y no vas a estar sola, vamos a luchar juntos. No sientas que has fracasado, sino que la vida te ha venido mal. Venga ánimo y vamos a luchar por que tengas una vivienda para tus hijos y para ti.
  • Gracias.

En el 2008 se produjo una estafa financiera que tuvo como consecuencia una crisis económica, y creo una sociedad precaria donde perdieron los trabajadores y trabajadoras, los autónomos y pequeñas y medianas empresas; en cambio, siguieron ganando los ya enriquecidos. Cuando se decía que íbamos bien, que había recuperación, significaba que las élites financieras y económicas incrementaban sus ganancias mientras surgía y se consolidaba la figura del trabajador pobre, ese trabajador que echa muchas horas (productividad) y ganaba muy poco sueldo (competitividad), en condiciones laborales deplorables. Hubo muchos recortes, mientras se llevaban sus ganancias a paraísos fiscales; recortes que nos han hecho que no podamos hacer frente a la pandemia en mejores condiciones

Han pasado muchos años y siguen produciéndose desahucios por ejecuciones hipotecarias, porque el sistema financiero sigue basándose en la codicia, la avaricia y el control porque son un poder fáctico. Ha pasado mucho tiempo y sigue con sus prácticas inmorales y usureras. Explicito algunas de ellas:

  • La no devolución del dinero público. Las juntas directivas y los accionistas no han tenido que hacer frente a sus deudas. Sus deudas las hemos tenido que pagar los ciudadanos y ciudadanas.
  • Han seguido desahuciando a las familias.
  • Han obligado a las familias a reestructurar hipotecas, bajando el precio de sus viviendas en las escrituras. Un ejemplo de esto: En la escritura inicial pone que la vivienda tiene un valor de 150.000€ y después, en la reestructuración el banco obliga a escriturar el precio de la vivienda por 100.000€. Si después se produjera un desahucio, el banco se quedaría con la vivienda teniendo como referencia los 100.000€, con lo cual se ahorran 50.000€. Esto no se lo explican a las familias.
  • Acosan a las familias llamándolas constantemente y haciéndoles la vida imposible y amenazándoles con que los va a echar un juez y va a ir la Guardia Civil o la Policía Nacional y les dicen que si quieren que sus hijos vean cómo los echan.
  • Las abultadas comisiones y los intereses excesivos.
  • Cuando les reclaman las cláusulas abusivas, aunque ampara la ley a los clientes, se niegan a dárselas y les dicen que vayan a juicio, que tardará unos cuantos años, que ellos no tienen prisa. Se aprovechan de que la gente necesita ese dinero y se ven obligados a firmar acuerdos extrajudiciales por debajo de la cantidad que les corresponde.
  • A veces retienen ayudas sociales para tapar deudas. Hay trabajadores honestos que le dicen al cliente que se abran otra cuenta en otro banco, para que no les retenga la ayuda, la nómina o la pensión.
  • No han resarcido ni han pedido perdón, sobre todo, a nuestros mayores por las preferentes.
  • Despido de trabajadores y trabajadoras. A los que quedan les exigen una gran productividad, más allá de lo razonable y lo humano. Cada vez tienen que conseguir más operaciones para que el banco tengan más beneficio. La presión que sufren es muy alta.
  • El trato no personalizado, obligando a los mayores a manejarse con los cajeros. Algo imposible para estas personas.
  • Han logrado invisibilizar este inmenso drama, ha silenciado los llantos y la pregunta de muchos menores cuando les dicen a sus padres ¿Por qué nos tenemos que ir de nuestra casa? O ¿Ya no voy a ver a mis amigos y amigas o mis maestros o maestras?

Todo esto no lo harían sin la complicidad de muchos políticos, y de una sociedad organizada para que estos poderes financieros y económicos sigan aumentado sus ganancias.

Seguimos soñando con un sistema financiero que esté al servicio del ser humano, con una sociedad donde la persona sea lo primero.

¿Por qué los banqueros no pagan los 60.000 millones de euros que deben a la ciudadanía española? ¿Por qué el Estado se los ha perdonado? En cambio, los banqueros realizan demandas que acaban en desahucios de familias porque las leyes les benefician a pesar de algunos avances. Cuentan con la complicidad de muchos políticos, su poder controla la democracia.

No es cierto que no haya desahucios, siguen produciéndose. Pero los banqueros han logrado invisibilizar este inmenso sufrimiento que supone que una familia se quede en la calle.