Lejos de abandonar las polémicas previas a su nombramiento como consejera de Educación y Cultura en la Región de Murcia, la autoproclamada 'preguntacionista', defensora del veto parental y de las teorías conspirativas del 11-M, Mabel Campuzano, ha ido acumulando y desenterrando nuevas controversias. Su sola presencia en la Consejería que preside ya hizo sonar las alarmas de docentes y artistas murcianos. Una cartera que obtuvo tras rechazar la moción de censura de PSOE y Ciudadanos contra el presidente popular, Fernando López Miras, junto a sus dos compañeros expulsados de Vox. Sin embargo, su puesto en el Gobierno regional no se anunció mediante canales oficiales hasta el mismo día de la toma de posesión de su cargo. Una jornada en la que se sucedieron numerosas protestas contra el nombramiento de Campuzano. Al grito de “vosotros, franquistas, sois los terroristas”, docentes y miembros del sector cultural protestaron contra las propuestas de implantar el veto parental, el cheque escolar y el impulso a la educación concertada.
Los manifestantes desconfiaban de la preparación de Campuzano para desempeñar el cargo. Una desconfianza que aumentó después de que el movimiento por la educación Docentes Unidos corrigiese la carta que la consejera había hecho pública presentando sus “líneas maestras”. En la misiva, la asociación encontró desde “problemas muy graves de puntuación” hasta un uso de expresiones “no recomendables”: ¿Cómo es posible que la máxima representante de la Región en educación y cultura tenga una ortografía, un registro y una expresión tan deficientes?“, se preguntaban desde Docentes Unidos.
A lo largo de su trayectoria la consejera de Educación y Cultura no ha desempeñado ningún cargo relacionado con su cargo. Licenciada en Historia del Arte, ha trabajado como técnico de medicina nuclear, directora de la oficina de información al consumidor del ayuntamiento de Fuente Álamo y comercial.
El fracaso de La Torreta
Cuando entró como diputada en la Asamblea Regional en 2019, Campuzano no tenía ninguna propiedad a su nombre. En su declaración patrimonial, de acceso público, solo constaban en torno a seis mil euros en dos cuentas bancarias, la posesión de tres coches entre 2016 y 2019 y un cargo de gerente en la empresa Deitana Urbs 2001 SL, con sede en la localidad murciana de Totana, que tuvo que cerrar debido a la crisis inmobiliaria: “Montó la casa rural La Torreta junto a la esposa de otro empresario de la localidad. No funcionó, pero recibieron una subvención de la Unión Europea para restaurar el edificio, por lo que la tenían que mantener. Actualmente es un restaurante”, relatan fuentes cercanas al Ayuntamiento del Municipio.
Su pareja también fracasó en sus andaduras profesionales en Totana. Corría el año 2014. La burbuja inmobiliaria había golpeado al cónyuge de Campuzano, Fernando Méndez, que desde hace doce años gestionaba el hotel de La Santa: “Fernando era una persona muy cercana al PP, a los círculos de la derecha de Totana. Lo que planteó al Partido Popular cuando estaba gobernando fue rescindir el contrato de arrendamiento para así tener que indemnizarle”, aseguran fuentes consistoriales.
Al ponerle fin a la relación contractual el ayuntamiento justificó la compensación económica a Méndez alegando que habían dejado sin construir la piscina exterior y un spa en el hotel: “Izquierda Unida votó en contra y puso el grito en el cielo. El PSOE se abstuvo, pero el PP tenía mayoría absoluta, así que lo indemnizaron”, recuerdan fuentes municipales.
“Entonces había una secretaria imputada en el caso Tótem -por falsedad en documento público- que hizo el informe para cubrirse las espaldas pero aquello no tenía ni pies ni cabeza”, denuncian fuentes próximas al ayuntamiento.
Pese al compromiso de abonar los 2,6 millones de euros año a año, los populares no cumplieron ninguno de los pagos a lo largo de su legislatura. Solo en los meses de abril, mayo y noviembre de 2014 el ayuntamiento del PP tendría que haber abonado a Méndez un total de 200.000 euros. “Méndez estaba muy agobiado, quería cobrar”, aseguran fuentes del Consistorio.
Con el cambio de legislatura Izquierda Unida tomó posesión del Ayuntamiento de Totana y declaró lesiva la indemnización que se le debía abonar al marido de Campuzano. Personas cercanas al Consistorio recuerdan que la negativa de IU de abonar los 2,6 millones de euros provocó “tensiones” entre Campuzano, su marido y el Ayuntamiento: “Su marido montó en Totana la plataforma de Ciudadanos, estuvo intentando ir contra el equipo de gobierno”.
Un año después de la reclamación del Ayuntamiento de IU en la que pedían no abonar la indemnización, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo N.º 5 de Murcia la desestimó: “Recientemente se le ha abonado todo el dinero con un préstamo que hicimos a través del Gobierno”, aseguran desde el ayuntamiento.
'Preguntacionista' de las vacunas y el 11-M
En una entrevista a El Español Campuzano rechazó ser negacionista: “Mi marido casi se muere de COVID-19: se contagió el 8 de marzo en el acto que celebró Vox en Vistalegre y estuvo ingresado muy grave durante dos semanas en el Hospital Morales Meseguer de Murcia. Entonces, cómo voy a ser negacionista, lo que yo digo siempre es que soy ‘preguntacionista’”.
Sin embargo, la consejera de Educación y Cultura de Murcia ha mostrado públicamente su negativa a vacunarse. Durante la entrevista que concedió a Onda Regional, Campuzano aseguró que “no voy a estar aquí haciendo una defensa de la vacuna y luego no vacunarme, eso me parecería bastante mal”.
Pese a rechazar ser negacionista de las vacunas, la consejera sí se declara abiertamente negacionista de la versión oficial del 11-M, defendiendo que el atentado ha sido obra de la banda terrorista ETA: “Leí el manifiesto del 11-M en la puerta de la Delegación del Gobierno en Murcia, subida en una silla y con un megáfono, mucho antes que Santiago Abascal. Parece que Vox ha sacado a la gente con las banderas a la calle y eso no es así”, aseguraba en El Español.
Este medio intentó ponerse en contacto con Mabel Campuzano sin éxito.