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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los ediles de Ciudadanos en Murcia se aíslan para evitar operaciones del PP a unas horas de votar la moción de censura municipal

A la segunda va la vencida. Una idea que resuena en el PSOE y Ciudadanos de la Región de Murcia a escasas horas de que se vote en el Ayuntamiento de la capital la moción de censura presentada por ambas formaciones -con el apoyo de Podemos para alcanzar los 15 ediles de la mayoría absoluta-, que busca desbancar del poder al Partido Popular. Si no hay sorpresas en la votación, que será nominal y por orden alfabético, el PP dejará el Ejecutivo en la ciudad de Murcia, después de más de 25 años ininterrumpidos gobernando.

Los socialistas y naranjas afrontan la moción de censura en máxima tensión, después del fracaso a nivel regional de intentar destronar al PP con una jugada similar, anulada por tres tránsfugas de Ciudadanos que cambiaron de bando a cambio de cargos en consejerías, además del apoyo de los tres díscolos de Vox, que negocian ahora su entrada en la cartera de Educación y Cultura.

Las presiones por evitar que prospere la salida de los populares del poder son tales que los cuatro concejales de Ciudadanos anunciaron ayer que se aislaban en Madrid ante los “intentos del PP de doblegar su voluntad”. Una huida de la que dio cuenta la coordinadora del partido a nivel regional, Ana Martínez Vidal, que denunció en rueda de prensa la “compra de voluntades a tránsfugas” de su partido.

Tanto la líder de Ciudadanos regional como secretario general del PSOE en la Comunidad de Murcia, Diego Conesa, anunciaron que si la moción sale adelante, iniciarán una “auditoría integral a todos los servicios externalizados del Ayuntamiento para conocer exactamente la situación económica, financiera y operativa de todas y cada una de las concesiones”. La responsable regional de Ciudadanos aseguró que así dispondrán de “mejor información para decidir si la gestión de estos servicios debe realizarse de forma directa o indirecta, y podremos cerrar todos los chiringuitos políticos”.

El PP agota las vías para tumbar la moción

En los días previos a registrar la moción de censura en la capital, elDiario.es desveló que el ahora exvicealcalde y portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Murcia, Mario Gómez, denunció por corrupción a su propio equipo de Gobierno, coaligado con el PP. Motivo por el que los populares respondieron con otra querella contra Gómez, acusándolo de un delito de revelación de secretos. Una denuncia, asegura el alcalde de la capital, José Ballesta, que los populares están dispuestos a retirar si la oposición echa para atrás la moción.

El primer edil hizo un llamamiento al diálogo el pasado lunes tanto a Ciudadanos como PSOE en rueda de prensa, ya que aseguró no haber encontrado “otra vía ni posibilidad de acercamiento”, y llegó a poner a disposición su cargo de alcalde, con tal de que no prospere la moción. Una propuesta rechazada por socialistas y naranjas, que lo acusaron de “llegar tarde” para hablar y aseguraron que el acuerdo sigue “intacto”. En una entrevista concedida a Carlos Herrera en radio COPE, Ballesta señaló que si deja de ostentar el máximo cargo del Ayuntamiento, dejará su acta de concejal y se retirará a sus “paraísos perdidos”.

El fuego cruzado de PP y Cs en la capital murciana

La moción de censura representa la ruptura total del Gobierno de coalición entre populares y Ciudadanos, que empezó con mal pie desde el primer día. Mario Gómez advirtió al PP que revisaría con lupa todas sus actividades, y reclamó las carteras de Fomento y Contratación, comenzando una profunda investigación en busca de prácticas desleales e irregularidades en las contrataciones. El exvicealcalde acusó a Ballesta de “ningunear” a su partido y se quejó de “muchos fallos en la coalición”. El naranja llegó a rubricar un pacto de reactivación económica para la capital a espaldas del PP y con apoyo de PSOE y Podemos. Un movimiento que le valió el calificativo de “traidor” por sus compañeros de Gobierno.

Una de las disputas más sonadas fue en plena pandemia, tras descubrirse que el concejal de Salud, Felipe Coello -PP-, se había vacunado fuerea de protocolo, y además, formaba parte de la campaña de inyecciones a nivel local. Ciudadanos reclamó su dimisión o cese, pero no obtuvo respuesta por parte de Ballesta, que se negaba a echar a Coello. Casi dos meses después, la caída del ya exconcejal de Salud llegó horas antes de que se anunciase la moción contra el PP en el Ayuntamiento, en un último intento de los populares por garantizar la “estabilidad municipal”.

Una dimisión que sirvió de poco para evitar la votación en el que se decidirá la continuidad del gobierno del PP y que estará presidida por el propio Felipe Coello, junto con el portavoz de Vox en la capital, José Ángel Antelo, al ser los ediles con mayor y menor edad. Ambos estarán acompañados por el secretario del pleno, que dará comienzo a las 12:00 h.

La primera intervención correrá por parte de José Antonio Serrano -PSOE- ya que es el candidato a la alcaldía; seguidamente será el primer edil, José Ballesta -PP-, quien lo haga; a continuación los portavoces de las diferentes agrupaciones tendrán el turno de palabra en función del número de concejales: PP, PSOE, Ciudadanos, Vox y Podemos.

Tras finalizar al ronda de intervenciones, se procederá a la votación, que será nominal. Los ediles, llamados en orden alfabético, deberán decir 'si', 'no', o 'abstención'. La última persona en votar será el propio alcalde. Si la moción no sale adelante, se desestimará y se levantará la sesión. En caso contrario, se proclamará al nuevo alcalde.