La 'Fashion Revolution' vuelve al Cuartel de Artillería: “Queremos visibilizar lo que esconde el mundo de la moda”

Conformado por la palabra moda y antropología, el colectivo MODAlogía se ha unido en torno a un interés por el mundo de la ropa segunda mano desde un punto de vista antropológico. El próximo sábado organizan la novena edición del 'Fashion Revolution' o la 'Revolución de la Moda' en el Pabellón 2 del Cuartel de Artillería, su lugar de referecia desde que empezó este movimiento mundial que surgió en 2013 cuando se derrumbó una fábrica textil en Bangladesh.

“Decidimos sumarnos a este movimiento y, de manera voluntaria, organizar un evento que visibilice lo que esconde el mundo de la moda”, apunta Marian Pérez, integrante del colectivo. En principio se denominaba ‘Fashion Revolution Day’ para conmemorar el día exacto del accidente en dicha fábrica un 23 de abril, aunque ahora ha pasado a llamarse ‘Fashion Revolution Week’ ya que no siempre coincide con un fin de semana.

“Queremos visibilizar las formas de consumir en el mundo de la moda”, dice Marian. No sólo nos centramos en la moda en sí, también nos interesamos en el transporte, la alimentación y otros asuntos. Somos un grupo de personas muy diversas y realmente no nos dedicamos al mundo de la moda. Hay compañeras que son psicólogas, informáticas, diseñadora de interiores o trabajadoras sociales como yo“, añade.

Entre las actividades habrá una exposición de fotografías relativa al accidente de la fábrica textil de Bangladesh y también una instalación de videoarte, y “lo que pretendemos es aglomerar lo que sería el talento murciano, tanto en lo artístico como lo artesanal. Para llevar a cabo este evento, hemos tenido que contar con nuestro propio dinero”.

Intercambiador de ropa

La propuesta más conocida de este colectivo es el intercambiador de ropa, con “el que aprovechamos para concienciar a la gente y llegar a todos los públicos”. Estos intercambiadores se han llevado a cabo en varios ámbitos como en el sistema educativo, festivales o cafeterías. “Los empezamos a hacer nosotras y ahora se están realizando también en otros países”, dice Marian Pérez al teléfono.

Para el intercambiador cada participante lleva tres prendas de ropa que estén en buen estado y se van colgando en un perchero. “Se puede decir que se trata de una especie de trueque y una tienda gratis”, considera la trabajadora social.

Este año quieren dar visibilidad al colectivo LGTBIQ+ inspirándose en la serie de ‘Pose’: presentan un desfile de moda llamado Ball Room, pero con prendas de segunda mano, de tal modo, que se logra potenciar esos dos objetivos: visibilizar y concienciar. En este desfile va a participar un grupo llamado ‘House of Monroe’ y está dirigido por Monroe Models.

Otra actividad a destacar de estas jornadas es la de ‘Gordofobia’ que va a impartir Flor de Flatland Creaciones, en la que hablará sobre cuerpos diversos relacionados con el mundo de la moda. También se podrá disfrutar de los juegos escénicos en familia de la Asociación Ayeklauwn Teatro que “trabajan mucho la parte comunitaria”.

Salarios justos

“El Fashion Revolution ha evolucionado un poco porque este movimiento siempre ha estado dirigido por diseñadores de moda del mundo sostenible, pero nosotras no tenemos relación con la moda en cuanto a conocimiento. Nuestra visión es más de ciudadanas”, apuntan desde MODAlogía.

Este año está dedicado a los salarios justos. “Existe un problema, que no es nada nuevo, y son las condiciones laborales de aquellos que trabajan en la industria textil. Son situaciones precarias que se deben poner sobre la mesa y ver lo que esconde el mundo de la moda. Nosotras como MODAlogía queremos reivindicar el consumo responsable y la participación ciudadana. Siempre nos preguntamos: ¿Quién hace mi ropa y en qué condiciones? y, en la medida de tus posibilidades, actuar de una manera u otra”, considera una de las organizadoras del día.

“La cuestión quizás sería comprar menos ropa, pero asegurarnos de que la producción de las prendas sea más sostenible. La industria textil es la segunda más contaminante del planeta. No se sabe ni qué hacer con los vertidos de ropa”, apunta la integrante del colectivo MODAlogía.