Un total de 140 empleados, de los 385 que tiene la cadena hotelera Hesperia en el complejo La Manga Club Resort, afrontan su despido, recolocación o prejubilación para reducir costes. Las negociaciones entre los sindicatos y la empresa que lo gestiona se están produciendo a lo largo del día de hoy y proseguirán mañana para encontrar un acuerdo sobre el futuro de los trabajadores. Tras la adquisición del hotel Príncipe Felipe, que forma parte del complejo, los nuevos gerentes buscan un mayor rédito económico. El proceso de regulación de empleo comenzó al poco de hacerse con las instalaciones, con un análisis de los puestos de trabajo que eran necesarios para la remodelación de la línea de negocio. Los miembros del Comité de Empresa han trasladado que la intención es “llenar camas al precio que sea dejando de lado el modelo de calidad que ha distinguido al resort durante toda su historia”.
Aunque en un primer momento se anunciaron 158 modificaciones contractuales (como las mencionadas o los cambios a fijos-discontinuos) los sindicatos han conseguido rebajar levemente esa cifra. “Pero no bajarán más” afirman, y esta actitud por parte de la empresa ha sido la gota que ha colmado el vaso. José Francisco Lucas, asesor laboral de CSIF, indica que los negociadores de la empresa se han negado a dar el listado de nombres de los posibles despidos porque ese listado es de puestos de trabajo, según la empresa, y no de personas en concreto. Además también se han negado a elevar la cantidad destinada a las indemnizaciones o a concretar el plan de recolocaciones que los representantes de los trabajadores tachan de “cuanto menos, ambiguo”.
La Manga Club Resort pasaba por ser uno de los complejos de vacaciones más lujosos de Europa, o eso era hasta este momento. Su paso en 2019 a Hesperia (el hotel y las instalaciones deportivas) y Arum Group (la parte inmobiliaria) vino acompañada de las declaraciones del ahora director de Negocio de la compañía, Gonzalo Alcaraz, anteriormente Jefe de hoteles vacacionales. En septiembre de 2019 el directivo habló en nombre de Hesperia afirmando que no sólo no iba a desaparecer ninguno de los puestos de trabajo sino que las inversiones previstas en la remodelación del complejo aumentarían la contratación. Fue pronto que esa firmeza y determinación por parte de Hesperia quedó en nada cuando se anunció la remodelación de la plantilla.
Hesperia ha remitido un comunicado señalando que han iniciado la tramitación de un expediente de regulación de empleo (ERE) en la Manga Club. Una decisión que han asegurado que se inscribe “dentro del proceso de transformación del modelo de negocio del resort, que Hesperia puso en marcha en el momento de adquisición del activo (agosto 2019)”. Desde la entidad han señalado que “si bien la pandemia ha supuesto un parón en este proceso de transformación, no ha sido causa del mismo”. La empresa ha sostenido que “el grupo va a gestionar este proceso de manera responsable y buscando siempre minimizar los efectos en la plantilla. Hesperia trabaja con el firme objetivo de garantizar la rentabilidad e impulsar la competitividad a largo plazo de La Manga Club, convencida de que es un activo de alto potencial y especial valor estratégico para la región de Murcia”.
Ninguno de los partidos políticos ni el mismo gobierno regional a través de la Consejería de Turismo se han pronunciado al respecto y a la espera del final de las negociaciones los ánimos están bastante caldeados y los trabajadores pueden mañana votar en contra de la propuesta de la empresa, lo que implicaría alargar el proceso o levantarse definitivamente de la mesa. El ambiente es de tristeza en los pueblos aledaños al resort, convertidos en “dormitorios” porque buena parte de los vecinos que viven todo el año en Los Belones, Mar de Cristal o Portmán trabajan directa o indirectamente para las dos empresas que gestionan el complejo, Hesperia (el hotel) y Arum Group ( la parte inmobiliaria ). Muchos de ellos llevan más de 20 años prestando su servicio en el complejo y temen que “no se tenga en cuenta que la vida de los pueblos de los alrededores depende del hotel”.
Hasta el momento la única administración pública que se ha posicionado ha sido el Ayuntamiento de Cartagena. En una moción de urgencia el consistorio aprobó oficialmente mantenerse al lado de los trabajadores y reclamó al grupo hotelero “sensibilidad”. Cabe recordar que Hesperia presentó resultados netos consolidados por más de 15 millones de euros y ventas por más de 137 millones.