En una primera etapa del proyecto de el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), se ha comprobado que se ha perdido un 85% de la extensión inicial de praderas marinas del Mar Menor y que el 15% restante es concentra en las partes más someras e iluminadas de la laguna, a profundidades superiores a los 2-3 metros. Esto supone un importante cambio en el ecosistema lagunar que requerirá especial atención y seguimiento para determinar sus posibles consecuencias ecológicas y sobre las actividades humanas que se desarrollan en el Mar Menor.
La evolución de los límites de las praderas marinas será, por tanto, el mejor indicador ecológico de la evolución del ecosistema lagunar y los efectos de las medidas de gestión que están siendo aplicadas para revertir la situación actual. realizada a lo largo de 2014, se realizó una cartografía altamente detallada y precisa de la distribución de las diferentes comunidades de macrófitos bentónicos presentes en la laguna, a partir de la cual se determinó que en el Mar Menor existía un total de 13.780 hectáreas de praderas marinas de Cymodocea nodosa, Ruppia cirrhosa y Caulerpa prolifera.
También se han analizado el contenido en nitrógeno y fósforo de los tejidos de la vegetación submarina, relacionados con los vertidos de la agricultura y de las aguas residuales urbanas que drenan hacia el Mar Menor a traves de ramblas y núcleos urbanos. Análisis realizados con isótopos estables del nitrógeno ponen en evidencia claramente la influencia de estos vertidos sobre las praderas marinas y, en consecuencia, afecta negativamente al estado de conservación del hábitat marino. Para poder relacionar todos estos aspectos con la actividad humana se ha realizado una base de datos georreferenciada y exhaustiva de todas las presiones de la actividad humana presentes en el Mar Menor, tanto puntuales y locales (puertos, playas artificiales, etc.) como difusas (vertidos y aportes terrígenos en general).
A partir de la segunda mitad de 2015, las aguas del Mar Menor experimentaron un drástico cambio en su calidad debido a una proliferación masiva de fitoplancton, que hizo que sus aguas se tornaran verdes y extremadamente turbias. Desde entonces esta situacioÌn se ha mantenido dando lugar a una considerable reducción de la luz en el fondo de la laguna, capaz de impedir la fotosíntesis de las praderas marinas, amenazando su supervivencia. Para comprobar esta hipótesis el equipo formado por investigadores del IEO y miembros de ANSE se han sumergido de nuevo en la laguna entre septiembre y octubre de 2016, empleando los mismos lugares de medición y metodologías que se emplearon para confeccionar el mapa de vegetación de 2014.
AGRICULTURA INTENSIVA DEL CAMPO DE CARTAGENA
Por su parte el diputado regional Andrés Pedreño ha afirmado que el gobierno regional se acaba de chocar con el “desierto de lo real, el que aparece cuando se retiran las cámaras y los micrófonos” y ante la alta mortalidad de los fondos del Mar Menor, “que es el auténtico problema” deben dejar de emitir “mensajes falsos, triunfalistas, que sólo intentan lavar la imagen del Partido Popular en este tema y confundir a la ciudadanía de la Región de Murcia”.
En este sentido, el diputado de Podemos ha asegurado que la consejera de Medio Ambiente, Adela Martínez Cachá se “aferra” a un indicador, el descenso de nitratos, que era “evidente” que iba a disminuir. Si bien, ha añadido, ha sido “no sólo por el supuesto cierre de los vertidos del Albujón, sino porque los nitratos son los nutrientes del fitoplancton, que es el causante de que las aguas estén turbias”.
Por eso, Andrés Pedreño ha apuntado al proceso de eutrofización como el dato “verdaderamente preocupante” puesto que “se corrobora que está más avanzado de lo que pensábamos y es esto lo que genera la alta mortalidad de las praderas marinas”. El origen y la causa, para el diputado de Podemos, “está en los fertilizantes químicos de la agricultura intensiva del campo de Cartagena. Hay que acabar con este riesgo. Es hora, por tanto, de actuar sobre la fase final del proceso de eutrofización y plantearse una acción para restaurar las praderas marinas.”.
Podemos apuesta por trabajar en diversos sentidos. Como ha explicado Andrés Pedreño, se deben hacer públicos periódicamente los resultados de las investigaciones del plan de seguimiento de las aguas del Mar Menor, no conocemos “los datos sobre fitoplancton”. Además, Martínez-Cachá debe presentar un plan de restauración de los fondos marinos que ahora están “al borde de la extinción ” y que ponga en marcha el Plan de Sostenibilidad de la Agricultura del Campo de Cartagena que se aprobó en la Asamblea Regional para ir a un escenario de “reducción e incluso eliminación de la contaminación de nitratos en origen, así como de la ubicación de filtros verdes en las proximidades de las cercanías de las explotaciones agrícolas mediante la repoblación de árboles y arbustos en veredas, vías pecuarias, ramblas y canales de drenaje, etc.”.
Por último, Andrés Pedreño, se ha preguntado si esta “catástrofe ambiental habría ocurrido si el gobierno del PP no hubiera derogado la Ley del Mar Menor aprobada en 1987 y si no se hubiera metido en un cajón las sucesivas iniciativas de gestión integral sobre el Mar Menor sistemáticamente ninguneadas por s gobiernos del PP”.