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Una de cada tres mujeres que acude a la inseminación lo hace sin pareja

Según el doctor Víctor Villalobos, en los últimos cinco años se ha incrementado el número de mujeres que se someten a un tratamiento de inseminación artificial sin tener pareja: “El 35% las mujeres no tienen pareja y acuden solas a un banco de esperma para ser inseminadas”.

El doctor Villalobos ha explicado que el número de solteras que solicita este tipo de técnicas reproductivas ha aumentado un 200% en el último lustro, cifras a las que hay que unir la de “las parejas con dificultades para concebir de forma natural”, que “siguen acudiendo a centros especializados para ser padres”.

Los tratamientos de reproducción asistida son cada vez más comunes entre las mujeres que quieren ser madres sin necesidad de contar con una pareja estable, ya que suponen una buena alternativa además de estar permitidos por la ley. Por otro lado, la infertilidad es un problema que afecta a un 15% de las parejas españolas -aproximadamente medio millón de personas-, y por ese motivo, cerca del 60% se somete a una técnica de reproducción asistida.

La probabilidad de éxito que tienen las distintas técnicas de reproducción asistida es bastante elevada. Si hablamos de inseminación artificial, el doctor Villalobos, especialista en ginecología y obstetricia del Hospital Quirón Murcia y del Centro de Reproducción Asistida Quirón Dexeus Murcia, ha subrayado que “la tasa de embarazo es del 50% con semen de la pareja, y de cerca del 70% con semen de un donante”.

No obstante, en la tasa de éxito de la inseminación artificial hay que tener en cuenta otros factores como la edad de la mujer: con 30 años de edad, el porcentaje de éxito es de un 34%, mientras que en una mujer de 45 se reduce al 12%.

Guardar óvulos o esperma con vistas al futuro resulta una alternativa a la infertilidad, según Víctor Villalobos, sobre todo en mujeres jóvenes diagnosticadas de cáncer que van a recibir tratamientos de quimioterapia o radioterapia, enfermedades autoinmunes que precisen quimioterapia, trasplantes de médula ósea o aquellas con riesgo de cirugía ovárica repetida, como la endometriosis. Sin embargo, no es una técnica muy extendida en España.