Mientras varias comunidades autónomas han ido desvinculando el toreo de las actividades institucionales, la feria de la ciudad de Murcia tiene previsto homenajear al matador José Ortega Cano el próximo 14 de septiembre. El torero, que estuvo en la cárcel tras ser condenado por conducir ebrio y provocar un accidente que acabó con la vida de una persona, celebrará en este evento el 50 aniversario del inicio de su carrera.
La organización del Ciclo de Feria y Toros 2024 corre a cargo de la empresa Toros del Sureste, pero el Ayuntamiento de Murcia colabora activamente. Además, miembros el Consistorio han sido una constante en la promoción del evento.
El concejal murciano de Cultura e Identidad, Diego Avilés (PP), ha destacado la importancia de una Feria “que vuelve un año más, del 10 al 22 de septiembre, a nuestra ciudad para impregnarla de tradición y cultura, contando con la presencia de grandes figuras del mundo taurino como la del pregonero de este año, José María Manzanares. Una Feria Taurina que es seña de identidad de la Feria de Murcia, siendo, además, un festejo de referencia internacional”.
El diputado de Podemos en la Asamblea Regional, Víctor Egío, ha criticado en X (antiguo Twitter) esta condecoración a Cano “por su trayectoria”.
Desde el Consistorio murciano han justificado el homenaje al matador: “Ortega tiene todo lo que el Real Club Taurino de Murcia le ha podido otorgar a lo largo de su trayectoria”, han explicado a este medio, argumentando que “esto no es un homenaje al uso, puesto que Ortega Cano es Socio de Honor y Medalla de Oro del club y pregonero de la feria taurina de 2019. Su figura abraza al ciclo en su totalidad y ese es el homenaje a sus 50 años de alternativa”.
En Murcia, la asociación animalista Murcia Animal Save ha organizado una concentración en contra del Ciclo de Feria y Toros: “Demostraremos la contundencia animalista del pueblo murciano hacia esta salvajada”, han manifestado en redes sociales. “Los vecinos de la ciudad y de la Región no vamos a permitir ni un año más que se manche nuestro nombre con sangre inocente y mucho menos que esté subvencionada y apoyada institucionalmente”.
Toros en Lorca y Alcantarilla
Numerosos consistorios gobernados por el Partido Popular en la Región están recuperando los toros. Es el caso del municipio murciano de Alcantarilla, donde los populares gobiernan desde 1995. Este año, tras 14 años sin toreo, han decidido retomar las corridas. “Esto es un paso atrás, nos parece increíble que los políticos estén empeñados en promover rituales sangrientos, va en contra del bien público”, ha lamentado Silvia Barquero, responsable de la Asociación Empatía.
Lo mismo ha ocurrido con Lorca, donde su plaza de toros fue clausurada tras el terremoto de 2011. Con la vuelta del PP a la alcaldía en las elecciones de 2023, volvió la práctica del toreo. “La minoría que acude a las plazas se empeña en mantener esta práctica de manera habitual. La vuelta a la apertura de plazas de toros es un impulso por parte de la Fundación del Toro de Lidia”, ha explicado Barquero.
La directora de Empatía ha recordado que “hay una tendencia al abandono de esta práctica porque la sociedad considera que la tauromaquia es perniciosa. Existe un lobby taurino que recibe cientos de miles de euros de la administración pública para promover el toreo”.
Cristo, churros y Ortega Cano
No es la primera vez que el diestro es homenajeado por un Ayuntamiento. El pasado año, el municipio madrileño de San Sebastián de los Reyes anunció la apertura de un Museo Taurino en honor a José Ortega Cano. Además de incluir la inauguración del citado museo, se invitó al propio Ortega Cano a ser el pregonero –aunque no cobró por ello– y se contrató a la que por aquel entonces era considerada su pareja por la prensa rosa, la cantaora Isabel Luna, para actuar durante los festejos.
La puesta a punto del centro supuso a las arcas municipales el desembolso de más de 70.000 euros ya que para ello se tuvo que desmantelar hace un año una gran sala del Museo Etnográfico. Inaugurado en 2005, contaba con material histórico y único con piezas que fueron donadas en su gran mayoría por los vecinos y que reflejan la vida rural y de labranza de sus antepasados.