El Auditorio Víctor Villegas, cuyo perfil se asoma al río Segura en la ciudad de Murcia como la quilla de un barco, fue inaugurado en 1995 como Auditorio Regional de Murcia y es el resultado de un proyecto que se inició a finales de los años 80, dentro de las políticas culturales tanto estatales como autonómicas que pretendían impulsar el ámbito musical en todo el país. Sus arquitectos fueron García de Paredes y García Pedrosa, aunque el primero de ellos tuvo la desgracia de fallecer antes de iniciarse las obras. García de Paredes había sido también el arquitecto de otros grandes auditorios de España, como el Manuel de Falla en Granada, el Auditorio Nacional de Música de Madrid y el Palau de la Música de Valencia.
Al poco tiempo de inaugurar el auditorio murciano, en 1997, también murió una de las grandes figuras de la música que ha dado la Región de Murcia, el lorquino Narciso Yepes, guitarrista clásico de renombre internacional, de modo que las autoridades locales decidieron bautizar la sala principal del Auditorio Regional, una de las más grandes de España, con su nombre. Otro fallecimiento, totalmente repentino por las circunstancias y por la juventud de su protagonista, fue el de Víctor Villegas, el entonces director del Auditorio Regional, en un accidente ferroviario en 2003 en Chinchilla en el que también murieron otras 18 personas. La memoria de Villegas fue homenajeada dando su nombre al auditorio, recién ampliado en aquel tiempo con un edificio anexo dedicado a congresos.
Como veis, esos años finales del siglo XX y los primeros del XXI, fueron años de despedidas pero también de bienvenidas: mientras se edificaba y comenzaba su andadura el auditorio, y mientras se fundaban la Orquesta Sinfónica y la Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia, una joven música, vocacional y decidida, se encaminaba con paso firme y sin horas de descanso a su sueño de dirigir una orquesta.
Virginia Martínez Fernández, nacida en Molina de Segura en 1979, se graduó en 1999 en Piano y Armonía en el Conservatorio Superior de Música de Murcia, y después recibió una beca de Fundación Séneca para estudiar Dirección de Orquesta en el Conservatorio de Viena con Georg Mark y Reinhard Schwarz. En aquella ciudad, en el año 2003, se graduaría dirigiendo a la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena, con el resultado de Matrícula de Honor y mención especial.
En ese mismo 2003 se puso por primera vez al frente de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, y de ese modo, parece que confluyeron las estrellas en el tiempo y en el espacio, y el edificio, la orquesta y su directora crecieron y entrelazaron sus caminos en perfecta sincronía.
En los años que llevamos transcurridos del siglo XXI, Virginia, que sigue siendo joven, ha vivido una era, la misma en la que ha visto desarrollarse y crecer a un buen número de músicas y músicos formados en Murcia, elevados al más alto nivel de exigencia y de excelencia. Nombrada directora titular de las dos principales orquestas de la Región, Virginia no ha dejado de viajar, de colaborar con otros artistas y de dirigir a otras formaciones, algunas de las más prestigiosas del mundo y en los espacios más emblemáticos del panorama nacional e internacional.
Y por supuesto, entretanto ha recibido el reconocimiento de su tierra en varias ocasiones: en 2004 fue nombrada Joven del Año por el Gobierno regional; en 2016, el nuevo auditorio de Molina fue bautizado con su nombre; y en 2018 recibió el galardón a la Mujer Murciana del Año, otorgado por el grupo Vocento.
2023 ha sido un año especialmente emotivo e intenso para ella, pues en primavera anunció que dejaba las dos orquestas que venía dirigiendo: en concreto, ha estado al frente de la Sinfónica durante once temporadas, y de la de Jóvenes durante 18. Además, este mismo año ha obtenido la cátedra de Dirección de Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Murcia, centro en el que se formó, y ya figura como Directora Honorífica de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia.
No ha sido fácil que Virginia encuentre un hueco en su agenda para atender a Elegí un mal día, pero se ha empleado a fondo para lograrlo y finalmente lo ha hecho, lo que me llena de gratitud, por supuesto. La escasez de tiempo es lo que centra el principio de nuestra conversación, grabada a través del teléfono: el tiempo libre y la conciliación, ese peligroso circo de dos pistas. Luego hablamos un poco de todo: de sus comienzos y su formación musical, de la labor de dirección de orquesta, del sempiterno asunto de la desigualdad de género… Y acabamos hablando de la tierra que compartimos.
Virginia Martínez Fernández tiene claro cuál es nuestro problema: “Tenemos cierto complejo; deberíamos saber valorar lo que tenemos”. Coincido con ella y os dejo ya con nuestra conversación.
En este enlace a Spotify, puedes escuchar el quinto programa de Elegí un mal día.
Nota: si tienes Spotify Premium, podrás escuchar las canciones completas que incluyo en el programa; si no, escucharás una selección de 30 segundos.