Tras varios años sin ofrecer declaraciones a los medios de comunicación, el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, ha reaparecido este miércoles en una rueda de prensa para presentar el programa de la Javierada (una pregrinación al castillo de Javier), que este año celebra su 80 aniversario. Una rueda de prensa en la que se le ha preguntado por las denuncias de abusos sexuales en varios centros religiosos de Navarra interpuestas en este último año por varios miembros de la asociación de víctimas de abusos sexuales en Iglesia en Navarra. Casos, todos ellos prescritos porque fueron cometidos hace más de 50 años, pero en los que sus víctimas llevan pidiendo el perdón del arzobispo, sin éxito, varios años, a pesar de que uno de los centros en los que se cometieron, Nuestra Señora de El Puy de Estella, depende directamente del arzobispado de Pamplona.
Lejos de pedir perdón, Francisco Pérez ha echado balones fuera y ha asegurado que los abusos sexuales “son un mal social, no sólo de la Iglesia” y que son “un pecado dentro de lo que es el significado de una sociedad convulsa, difícil” que “ocurre en muchos ámbitos, no solamente en la Iglesia”.
Hace unas semanas miembros de la asociación de víctimas de abusos en Navarra se concentraron delante de la sede del arzobispado en Pamplona precisamente para denunciar esta actitud de Francisco Pérez tras una reunión que mantuvo con algunas de las víctimas. Portando pancartas y carteles, numerosas víctimas corearon cánticos como 'No es un pecado, es un delito'.
Esta misma asociación organizó la semana pasada el primer congreso sobre pederastia en España. Evento al que invitaron al arzobispo, que rechazó acudir. Este miércoles ha contestado que “la asistencia es libre” y que “lo organizaron ellos, no contaron con nosotros y por lo tanto nosotros declinamos la invitación”.
Además, el arzobispo ha asegurado que está “siguiendo las pautas del Papa Francisco en todo momento” así como “los protocolos propios que nos da la Conferencia Episcopal española”. Algo que las víctimas de abusos en centros religiosos de Navarra han denunciado en numerosas ocasiones que no hace. “Elude la culpa a pesar de ser directo responsable del Colegio Diocesano del Puy de Estella, donde se produjeron múltiples abusos”. “Para ello se ampara en la prescripción del delito y en el fallecimiento del director del colegio” y “en los casos producidos y denunciados en otros cinco colegios religiosos afirma no tener autoridad alguna porque estos tienen independencia canónica”, explicó hace unos días Marcos Leyún, denunciante de abusos en el colegio Maristas de Pamplona y miembro de la asociación.