El primer miembro de ‘la manada’ en declarar durante el juicio que se sigue por violación grupal ha admitido, a preguntas de la acusación, que la víctima no dio su consentimiento de palabra para mantener relaciones sexuales con los cinco procesados. El acusado ha mantenido durante su interrogatorio su versión de lo ocurrido en el portal 5 de la calle Paulino Caballero el 7 de julio de 2016 al asegurar que se trató de relaciones sexuales consentidas. El consentimiento, ha reconocido, no se produjo verbalmente por parte de la víctima. El abogado defensor del procesado, Agustín Martínez Becerra, ha matizado fuera de la sala que hay otras maneras de consentir.
El letrado de tres de los acusados ha señalado que sus clientes están “tensos” porque se juegan pasar los próximos 25 años en la cárcel y que, no obstante, están respondiendo “con educación y respeto” a los interrogatorios. No a todos, ya que han decidido no responder a las preguntas de las acusaciones populares, ejercidas en este juicio por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona, y que son las partes que piden mayores penas para los procesados. Para Martínez Becerra, las acusaciones populares son algo “puramente testimonial y casi me atrevería a decir que pseudopolítico”.
Martínez Becerra ha calificado de “puntilloso” el interrogatorio dirigido por la fiscal hacia el primero de sus defendidos. También ha señalado que aconsejó a sus clientes mantener la serenidad y “decir la verdad” durante los interrogatorios, una verdad recogida en sus declaraciones durante la instrucción, ha recordado el letrado de la defensa.
Los “puntos débiles” de la defensa
Por su parte, uno de los abogados que dirige la acusación de la víctima, Carlos Bacaicoa, ha asegurado que su objetivo durante el interrogatorio a los procesados era tratar de “reflejar los puntos débiles de sus declaraciones y de su comportamiento en general”. También ha reconocido que será “complicado que se contradigan entre ellos”, puesto que han estado presentes durante todo el juicio y sus declaraciones se producen en la recta final del proceso. No obstante, ha recordado que en anteriores declaraciones tomadas a los procesados “no tenían que haber tenido contradicciones, pero lo hicieron fatal, aunque se supone que se lo prepararon”. Ahora, ha lamentado, “será más complicado que se contradigan entre ellos”.
En este sentido, ha considerado que el tribunal “ha sido demasiado garantista” con el derecho de defensa de los acusados al dejar para la parte final del juicio su interrogatorio. “Si hacemos esto por ser garantistas, estamos diciendo, por exclusión, que el resto de tribunales de España no lo son. Y me parece que aquí sí se ha pasado un poco de garantista”, ha observado. Este procedimiento, el de dejar para el final del juicio el interrogatorio a los acusados, es habitual en la Sala Segunda de la Audiencia de Navarra. No es el previsto en la ley de Enjuiciamiento Criminal, pero nada en esa ley impide cambiar el orden de las pruebas en vista oral, de forma que este tribunal prefiere establecer este orden para dar más garantías de defensa a los procesados. “Tal vez el tribunal actúa un poco presionado por todo el juicio mediático que se ha formado y se quiere desmarcar también un poco de todo esto, y decir que son profesionales y que no les va a influenciar nada, pero yo creo que se han pasado un poquito”, ha valorado Bacaicoa.
La vista ha sido suspendida por el tribunal durante 45 minutos por el “ruido” que provocaba en la sala una concentración convocada por el colectivo feminista Lunes Lilas bajo el lema “¡No es no!¡Justicia!”. La concentración ha sido secundada por unas 200 personas que se han situado a la entrada del Palacio de Justicia. Han coreado consignas como ‘venimos en manada’, ‘juicio a los imputados, no a la víctima’ o ‘yo sí te creo’.