La presidenta del PP en Navarra, la casadista Ana Beltrán, ha anunciado este viernes que no se presentará a la reelección para seguir al frente de los populares en la comunidad foral, que celebrarán su 8º congreso el próximo 4 de diciembre. El congreso llega con la continuidad de la coalición que el PP mantiene en Navarra con UPN y Ciudadanos en el aire y las relaciones con los regionalistas en horas bajas.
Beltrán ha explicado que la decisión de no volverse a presentar al congreso para liderar el PP en Navarra la tomó “hace mucho tiempo” y que así se lo trasladó a la nueva dirección del partido. Lo cierto es que su puesto pendía de un hilo desde el momento en el que, como secretaria de Organización con Pablo Casado, fue una de las pocas personas de la dirección del expresidente del PP que se mantuvo fiel al líder hasta el último momento. De hecho, a finales de junio el grupo parlamentario la sustituyó como titular de un puesto en la Diputación Permanente del Congreso. “Ha llegado el momento de dar paso a un nuevo liderazgo”, ha señalado Beltrán, quien ha querido dar las gracias a los afiliados y al equipo de dirección, “que han estado siempre conmigo en los momentos difíciles”. También se ha querido acordar de Alberto Núñez Feijóo quien, ha asegurado, le ha mostrado “siempre todo su apoyo”.
La todavía líder del PP navarro no ha querido dar detalles sobre su futuro político y se ha limitado a contar que seguirá siendo diputada en el Congreso y que “estará allá donde la dirección del Partido Popular decida que esté”. Ha añadido que seguirá “pendiente” de lo que suceda en la comunidad foral y que trabajará para “conseguir sacar a Sánchez de la Moncloa y que Alberto Núñez Feijóo sea el próximo presidente de todos los españoles”.
Distanciamiento con UPN y acercamiento a Sayas y Adanero
Como presidenta del PP en Navarra, Beltrán ha destacado su “servicio” para “unir al centro derecha” con la coalición Navarra Suma, experimento que fracasó en su intento de recuperar la presidencia de la comunidad foral y que, como adelantó en julio este periódico, el PP ya da por amortizado.
Las relaciones entre el PP y los regionalistas quedaron prácticamente rotas el día que en el Congreso de los Diputados se votó la reforma laboral, que los dos diputados díscolos de UPN intentaron torpedear con sus votos en contra a pesar de que existía un acuerdo con el PSOE para su apoyo. Su presidente, Javier Esparza, tiene bastante claro que el PP estuvo detrás de aquella maniobra hecha a sus espaldas, y ahora, además acusa a su socio de coalición de “finiquitar de manera unilateral” la coalición Navarra Suma.
A Javier Esparza tampoco le sentó bien que Ana Beltrán aprovechara el momento de debilidad interna de UPN para tender la mano a Sayas y Adanero para que se sumasen a las listas del PP en la comunidad foral. Por ello, desde entonces el presidente de los regionalistas únicamente ha mantenido reuniones con la dirección de Alberto Núñez Feijóo, y no con la de Navarra.
Beltrán ha mostrado su deseo de que el partido coja “un nuevo impulso” en Navarra, donde la última vez que se presentó en solitario (2015) únicamente logró dos escaños y 13.000 votos, para “sacar al socialismo nacionalista” del Palacio foral.