Ha sido la primera vez que la 'mano de Irulegi' se ha expuesto al público en general, después de que los vecinos del Valle de Aranguren pudieran disfrutarlo en exclusiva hace dos semanas, y la expectación que generó cuando se dio la noticia de su descubrimiento sigue intacta. Así lo demuestra la larga cola que se ha formado a las puertas del Planetario de Pamplona desde antes de las 16:30 horas, momento en el que estaba previsto que comenzara la exposición al público. La mano más famosa de Navarra se ha visto hasta las 20:00 de este jueves, de manera gratuita y sin pedir invitación.
La noticia saltaba hace varios días, pero la gente no se ha querido perder la oportunidad de ver esta pieza de bronce que recoge la inscripción vascónica más antigua hasta la fecha. “Es una parte de nosotros, una parte de nuestra Historia”, cuenta emocionada Jone, una vecina de Pamplona que lleva desde las 16:00 horas en la cola. Viene acompañada de Luis, que confiesa lo único del hallazgo y la oportunidad de verlo en primicia: “No podíamos quedarnos en casa sin venir a ver esto”.
El hecho de mostrar la 'mano de Irulegi' viene por decisión del Gobierno de Navarra, a través del Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura. Ana no podría estar “más feliz” de esa decisión. Tiene intención de ver la mano con sus dos hijos, Mikel y Xabier. El primero opina que la mano es “súper guay” y el segundo conoce un poco más de dónde viene, “porque lo hemos dado en clase”, pero verlo en directo le parece “mucho mejor plan”. A la cola también esperaba un grupo de jóvenes, estudiantes de Historia, que han coincidido en tildar el hecho de “increíble”. César ha sido el portavoz del grupo, que entre bromas a confesado que ahora, seguramente, tendrán que cambiar los apuntes de varias asignaturas: “Mientras no nos afecte para los exámenes de enero, nos vale”.
A lo largo de la tarde, el Planetario también ha organizado una charla con las personas que descubrieron la 'mano de Irulegi'. En concreto, han participado Jesús Sesma, arqueólogo del Gobierno de Navarra, Mattin Aiestaran, de la Sociedad de Estudios Aranzadi y director de la excavación en Irulegi, Berta Balduz, restauradora del Gobierno de Navarra, y los lingüistas Javier Velaza, de la Universidad de Barcelona, y Joaquín Gorrochategui, de la Universidad del País Vasco. La conferencia ha comenzado a las 19 horas con entrada libre y hasta completar aforo, si bien, para poder acceder a las ponencias sí que ha sido necesario haber retirado una invitación en el Planetario, que tuvo las entradas disponibles a lo largo de este miércoles durante todo el día y este jueves en horario de mañana.
Una revolución en los estudios del euskera
El pasado catorce de noviembre, el Gobierno de Navarra presentaba en público un descubrimiento que se realizó en las excavaciones en el monte Irulegi, en el Valle de Aranguren, a escasos kilómetros de Pamplona, que lleva a cabo la Sociedad de Estudios Aranzadi. La pieza que presentaron, una mano de bronce de escasos centímetros, tenía sobre la parte superior unas inscripciones en lengua vascónica, sin trazas de ningún otro idioma indoeuropeo, y redactado mediante un gráfico con base en el sistema ibérico nororiental, aunque adaptado a las grafías y fonemas de la zona vascona.
La inscripción consta de cinco palabras (40 signos) distribuidas en cuatro líneas. Destaca el parecido entre la primera palabra –'sorioneku'– y el vocablo vasco 'zorioneko' (de buena fortuna, de buen agüero). El resto de la inscripción no ha podido ser descifrada hasta el momento, pero introduce novedades significativas en el mundo arqueológico y lingüístico. Por un lado, confirma la existencia de un sistema gráfico específico, derivado del signario Ibérico, llamado “signario vascónico”. Además, certifica el empleo de la lengua vascónica en el área geográfica en el que ha sido descubierta a inicios del siglo I a.C.; es decir, hace más de 2.000 años.
Según los investigadores, la inscripción representa el texto antiguo más extenso en lengua vascónica conocido hasta el momento. Junto con los testimonios de las monedas acuñadas en esta zona y otros epígrafes, cuya atribución es debatida -el mosaico de Andelo, el bronce de Aranguren y una inscripción sobre piedra de Olite-, muestra el uso de la escritura por parte de los antiguos vascones. El testimonio supone también una “singularidad” por lo que respecta a la tipología y morfología del soporte (una mano clavada con los dedos hacia abajo) y a la técnica inscriptórica empleada (punteado después de un esgrafiado).