Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
Desmontando etiquetas
La leyenda acuñada por el maravilloso Germán Coppini en el año 83 …“Malos tiempos para la lírica”…, se podría adjudicar hoy más que a la poesía (que no obstante con el IVA cultural se sale vamos…), mejor a la política, sobre todo ahora que los movimientos ciudadanos han creado sus plataformas, que surgen nuevos partidos que legítimamente piden una nueva revolución democrática y que revindican, de forma sólida, una transformación de las instituciones públicas.
Se siente con toda la fuerza, tal y como cantaba también en ese mismo año el entrañable Joan Manuel Serrat que …“Entre esos tipos y yo hay algo personal”… El desprestigio de los políticos actuales se está convirtiendo en ya todo un clásico, comienza a generalizarse y a no convertirse en algo exclusivo de quien haya tenido poder para tener, sino que se ha extendido también a todos aquellos que durante este tiempo vivieron del crédito de sus palabras más que de dar crédito a las mismas, ya vale.
El estilo de vida de los políticos en los últimos años, su rutina, la escasez de alerta, la alta tasa de gregarismo a los aparatos, el bajo nivel de implicación, de emoción, de tesón, su relajación, ha desplazado, poco a poco a la ideología y a los ciudadanos, convirtiendo a la primera en una mera retórica facilona, y a los segundos en espectadores de excepción que votan cada cuatro años.
Y a uno, que el hecho de que 'se espabile' de una vez le gusta, y que no puede hacer otra cosa que ayudar a reivindicar los mensajes tanto de ejemplaridad, como de exigencia, de necesidad de formación de quienes nos dirigen, de limitación de mandatos, de legitimar más que nunca la participación ciudadana, de acabar con los aforamientos… solo está viendo una pega a este discurso, el abuso y aplicación indiscriminada de etiquetas, que si para unos son ganadas, para otros son colgadas y si para uno son adecuadas para otro son injustas, o cuando menos, digamos que no del todo justas.
Este nuevo ejercicio de etiquetar, medido, ha comenzando a condicionar la percepción que de los políticos tienen los ciudadanos en el momento actual. Comienza a ser complicado hablar de política con determinados interlocutores y en determinados foros, …“son todos iguales”, “igual de incompetentes” “no se salva ninguno”. Son los mensajes estrella del momento, ya no intermedia la argumentación, ya no sirve la valoración ni la validación.
En relación con los políticos que pertenecen a partidos que tienen que defender gestión, llama la atención lo que se ha simplificado el discurso de su análisis en contraposición con la agudizada percepción de la realidad política. Se torna demasiado superficial, demasiado fácil cuando se habla de todos por igual, pero nuestra veloz sociedad está haciendo excesivo seguidismo de esa actitud.
Entiendo que, aunque necesarias y hasta bien intencionadas en la culminación de un objetivo político, están siendo golosas y cohesionan en exceso a los ciudadanos contra los políticos y políticas de nuestra Comunidad Foral.
Pero bueno, como decía Antonio Machado …“Peor que ver la realidad negra es el no verla” … Por ello, a pesar de todo, no deberían pasarles inadvertidas, porque advierten de comportamientos que proyectan una determinada imagen a la gente y que no se deben tolerar.
En todo caso, a partir de hoy, pero sobre todo a partir de las citas electorales que nos llegan, los afectados por etiquetas injustas pueden comenzar a deshacerse de ellas. No tener miedo, saber que tendrá que cambiar su comportamiento, dejar pasar el tiempo para que sus actuaciones pongan las cosas en su lugar, tener paciencia, y en este caso mucha 'casta', serán condiciones imprescindibles
A pesar del citado descrédito y desvalorización política, es innegable la relevancia, mayor o menor, de los partidos en todos los sistemas electorales: unos en los que la legislación refuerza la posición de estos como formaciones homogéneas, otros con sistema de distrito uninominal o circunscripción, en los que sobresale la de los políticos o candidatos. En cualquier caso, hay que trabajar la paradoja que supone colaborar y a la vez competir para ser elegido o reelegido.
Y en esto, comienzan los partidos navarros a tener las primeras oportunidades de mostrar a la ciudadanía que las posibilidades de regeneración existen, alguno por ejemplo comienza con la elección de candidatos con un buen proceso de trabajo ordenado, publicado y riguroso en sus 'herrigunes', otro abre la elección de sus candidatas a la ciudadanía por medio de la celebración de primarias abiertas, otro, los que no defienden gestión, meditan en sus círculos si acuden a la cita o por el contrario se reservan para otros torneos. No han decidido todavía si además de pelear por la Champion y tener aspiraciones en la Liga, quieren disputar también la Copa (a secas, no del Rey, claro).
Pero en estas, que cuando esto comenzaba a marchar, que ahora que se comienzan a elicitar las mejores formas, la candidata de otro da alas a los etiquetadores furibundos postulándose como tal en los postres de una cena para, entre vítores y alabanzas, iniciar así el proceso de su partido.
Entiendo que se puede etiquetar a todos, pero hay que tener mucha 'casta' para hacerlo a todos por igual, sobre todo conociendo el complicado origen de muchos de ellos en este Estado, más si cabe en nuestra Comunidad Foral.
Al margen de algún paso atrás como el comentado, y de cómo se obtenga la legitimidad en cada formación, solo se irán retirando las etiquetas, si cuando se pase a la acción política, los candidatos (hasta ahora en la Comunidad solo candidatas) no olvidan el concepto aristotélico de la política, …“la política es la ética de la vida colectiva”...
Y esto entiendo que tiene más significatividad si cabe en el complejo panorama político navarro actual o, mejor dicho, en el esperado. O comienzan a pensar cada vez más en espacios electorales de trabajo político conjunto, en propiciar más ecosistemas políticos que grupos partidarios enfrentados, o no obtendrán una alternativa y la viabilidad que necesitamos.
O se muestran profundamente narcisistas sin complejos, pero narcisistas productivos, necesarios para acometer cualquier tarea creativa, cualquier tarea estratégica, lejos del narcisismo de carácter oscuro que produce una visión distorsionada de la realidad y que impide el no fiarse de nada ni de nadie o en momentos como los actuales, de gran incertidumbre, de trasformaciones y necesarias reformas legislativas, no habrá audacia de promover los cambios que necesita nuestra Comunidad Foral.
Pero además, y aún a fuerza de que parecer cándido, el momento reivindica la importancia de la ilusión frente a la ambición, quienes muestren una lucha obsesiva por el intento de gobernar fracasarán, para quienes por el contrario sea una aspiración ilusionadora triunfarán.
El electorado necesita que se supere el signo mayor de déficit democrático que se ha producido hasta el momento actual, la falta de comunicación. Nuestros candidatos y candidatas deberán saber que la sinceridad 'rinde' más que la mentira y la ocultación. Esta semana, la consejera de Salud y del ex director-gerente del Servicio Navarro de Salud, tendrán oportunidad de aclarar los motivos que llevaron a la dimisión de éste, por cierto, también comparece en el Parlamento de Navarra el consejero de Educación. La semana pasada criticaba, entre otras cosas, la lamentable forma de implantar el modelo lingüístico del PAI, ayer me contaban de buena tinta las dificultades con el equipo directivo y la Apyma, de varios padres que escolarizan a sus hijos en un centro público de modelo D, para implantar el inglés como actividad extraescolar. Me sorprende cómo aumenta vertiginosamente la cantidad de gente, relacionada con la educación, que no sabe por dónde le da el aire, o será que son muy espabilados. Es difícil acotar.
Lo que les digo, mejor contar y explicar que etiquetar, porque como ven, algunos de diferentes polos y aún no siendo todos ellos políticos, practican la política por igual y la hacen, aunque antagónicos en su ideal político, curiosa y exactamente de forma similar, pero tienen diferentes etiquetas.
Se ha acabado el tiempo de la infantilización de los electores, de olvidar a la gente. Al igual que en la famosa serie televisiva 'Perdidos', de Jack Bender, nuestros candidatos, con más o menos pasado, más o menos desprestigiados o halagados, más o menos etiquetados, pueden comenzar a desmontar las mismas confrontándose con las decisiones que tomaron en su pasado, viendo la manera de aprender y de redimirse en el presente. Como decía Mark Twain, …“hay mil excusas para fallar; pero ni una sola buena razón”…
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