Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
Transparencia o apariencia
Desde el día siguiente a las elecciones, todos los grupos políticos que se han reunido para intercambiar opiniones y llegar a futuros pactos en este histórico escenario de cambio han coincidido en repetir que “las negociaciones se estaban produciendo con total transparencia”. Parece que la transparencia está empezando a ser un lugar común, todo el mundo se apunta a ella. Sin embargo, no deberíamos confundir la transparencia con la apariencia. En realidad, si somos sinceras, hemos de reconocer que de esas reuniones solo sabemos lo que nos quisieron contar los que en ella estuvieron, y a eso no se le puede llamar transparencia. El término transparencia viene del latín trans -más allá de, a través de- y de parens -que aparece-. La transparencia es la cualidad de lo transparente, a través del cual pueden verse los objetos, algo claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad. En este sentido, reuniones a puerta cerrada de las cuales solo conocemos algunas pinceladas que los participantes comparten con los medios de comunicación no permiten ver qué está ocurriendo más allá de esa puesta en escena y menos todavía comprenderlo. A lo sumo, por tanto, se podría hablar de apariencia de transparencia.
Desde luego, en la esfera política, estos encuentros no responden a lo que en Aranzadi entendemos por transparencia en un proceso de toma de contacto y acercamiento de posturas entre grupos. Para nosotras, la transparencia política es una obligación que debe comenzar desde el primer día en el que se tiene la oportunidad de hablar de nuestra ciudad con debates, reuniones y encuentros para llegar a acuerdos. Es decir, no solo se limita a una posterior gestión. De este modo, desde Aranzadi hemos hecho una propuesta de transparencia para las negociaciones a cuatro para el Ayuntamiento de Pamplona. Aunque ya hay mucho hablado en encuentros bilaterales, nunca es tarde. De las cuatro propuestas de transparencia que hemos hecho (reuniones públicas con libre entrada, streaming, grabación o acta), sólo se nos ha aceptado, de momento, la última, tomar actas, opción que era la mínima de las que proponíamos*, ya que solo es un poco mejor que las declaraciones de las partes al final de las reuniones. Para nosotras, es la primera opción, la del encuentro público, abierto y de este modo cien por cien transparente, la que acercará a las personas a una información clara. Un modelo que, además, coincide con el modelo de ciudad por el que apostamos y un modelo que permitirá transitar poco a poco hacia la democracia participativa.
Pero la transparencia es también importante por muchas más cosas. Alguna experiencia, como la del 15M, puso sobre la mesa cómo la transparencia fue el más eficaz escudo contra la manipulación mediática, contra la criminalización, contra el etiquetado deformador. Las reuniones eran más que públicas, eran en la calle. Todo el mundo podía ser parte de ellas. Las actas, así como todos los foros de debate en redes sociales, eran abiertos, accesibles, observables. La transparencia siempre beneficia al más débil, y en esta fase de negociación, la transparencia es clave. Si los poderes mediáticos quieren construir una apariencia de contubernio sobre lo que queremos que sea un acuerdo de gobierno entre sensibilidades diferentes pero afines en lo social y democrático, la transparencia será nuestra mejor defensa. Si alguno de los cuatro que nos vamos a sentar para buscar acuerdos, quisiera prevalecer en algo de su interés y en contra de la razón y la justicia, la transparencia le pondrá freno. Si queremos que una mayoría de la población, y no solo los que nos han votado, se sientan parte y dentro de este Ayuntamiento, la transparencia es el camino. Y a futuro, elevar el listón de exigencia democrática va a forzar el nivel de exigencia a partir del cual las fuerzas ahora desalojadas de la institución podrán recomponerse para intentar un nuevo asalto a su cortijo.
* [Este lunes, Aranzadi ha confirmado, a través de un comunicado, que se ha rechazado la propuesta de debate abierto, y tampoco se ha consensuado un acta común para publicar, algo que se espera hacer este martes].
Desde el día siguiente a las elecciones, todos los grupos políticos que se han reunido para intercambiar opiniones y llegar a futuros pactos en este histórico escenario de cambio han coincidido en repetir que “las negociaciones se estaban produciendo con total transparencia”. Parece que la transparencia está empezando a ser un lugar común, todo el mundo se apunta a ella. Sin embargo, no deberíamos confundir la transparencia con la apariencia. En realidad, si somos sinceras, hemos de reconocer que de esas reuniones solo sabemos lo que nos quisieron contar los que en ella estuvieron, y a eso no se le puede llamar transparencia. El término transparencia viene del latín trans -más allá de, a través de- y de parens -que aparece-. La transparencia es la cualidad de lo transparente, a través del cual pueden verse los objetos, algo claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad. En este sentido, reuniones a puerta cerrada de las cuales solo conocemos algunas pinceladas que los participantes comparten con los medios de comunicación no permiten ver qué está ocurriendo más allá de esa puesta en escena y menos todavía comprenderlo. A lo sumo, por tanto, se podría hablar de apariencia de transparencia.
Desde luego, en la esfera política, estos encuentros no responden a lo que en Aranzadi entendemos por transparencia en un proceso de toma de contacto y acercamiento de posturas entre grupos. Para nosotras, la transparencia política es una obligación que debe comenzar desde el primer día en el que se tiene la oportunidad de hablar de nuestra ciudad con debates, reuniones y encuentros para llegar a acuerdos. Es decir, no solo se limita a una posterior gestión. De este modo, desde Aranzadi hemos hecho una propuesta de transparencia para las negociaciones a cuatro para el Ayuntamiento de Pamplona. Aunque ya hay mucho hablado en encuentros bilaterales, nunca es tarde. De las cuatro propuestas de transparencia que hemos hecho (reuniones públicas con libre entrada, streaming, grabación o acta), sólo se nos ha aceptado, de momento, la última, tomar actas, opción que era la mínima de las que proponíamos*, ya que solo es un poco mejor que las declaraciones de las partes al final de las reuniones. Para nosotras, es la primera opción, la del encuentro público, abierto y de este modo cien por cien transparente, la que acercará a las personas a una información clara. Un modelo que, además, coincide con el modelo de ciudad por el que apostamos y un modelo que permitirá transitar poco a poco hacia la democracia participativa.