“El poder tiene que tener un bufón que le ponga las cosas en la cara”
Ray Fernández, trovador cubano está de gira por Euskadi y Navarra. El domingo llegará al Café Zentral en Pamplona para ofrecer su concierto, que servirá, además para recaudar fondos para el París 365. Lleva todo el mes en Euskadi ofreciendo conciertos, desde Oñati hasta Bilbao, una gira que terminará el domingo en Pamplona. La fundación Paris 365 ha sido la encargada de organizar el concierto del cubano Ray Fernández con su espectáculo ‘Tres tanguistas y un perro’ y ‘Muzenza Paris 365 Batukada. Los beneficios del concierto, que comienza a las 8 de la tarde, servirán para financiar el comedor solidario Paris 365, un recurso solidario que ofrece 3 comidas al día los 365 días del año por 1€ al día a una parte de la población Navarra que no puede acceder a una alimentación adecuada. El Trovador, crítico con la realidad cubana y con mucha alegría en sus canciones, asegura que le pondrá “muchas ganas” al concierto, más aún, al tratarse de una iniciativa solidaria.
¿Cómo han ido los conciertos por Euskadi?
Superó todas mis expectativas. Me habían asustado en la habana de que los vascos no bailaban y los domingos no salían de casa y todo lo contrario: aforo completo en todos los lugares donde hemos estado, ¡y los vascos bailan!
¿Cómo se ha forjado esta relación con los vascos?
Desde hace diez años, allí, en La Habana, se celebran los Aberri Eguna y llevo diez años tocando allí como un vasco más. Ahí se forjó este sueño y ahora esperando al día 5, porque este concierto se termina en el próximo Aberri Eguna en La Habana.
Además, de los conciertos, han estado grabando.
Grabamos una maqueta que va a constituir un disco que se titula ‘Al que fuma, bebe y canta se le jode la garganta’.
Un trovador cubano, así es como le definen, ¿qué supone ser un trovador?
Un vasco muy amigo me definió como la encarnación de Iparraguirre. En mi caso, ser muy trasnochador, algo díscolo, atrevido, y sincero y auténtico. La sinceridad sobre todo. Sin pensar mucho en la carrera, ser trovador no es una carrera, es una manera de vivir.
¿De qué habla este trovador en sus canciones?
Desde mi perspectiva, yo hablo de mis necesidades, mi penuria y mi alegría también, y la de los vecinos cubanos de a pie y bueno, del día a día del cubano. Hacer crítica desde una perspectiva constructiva al poder y a todas las instituciones, que tienen que tener un bufón que les ponga las cosas en la cara para que se vean, y vean dónde está la llaga.
Esa crítica al poder y a la realidad cubana, ¿le ha traído problemas?
Yo nunca he tenido ningún tipo de problema. Con algún personaje, a nivel personal con algún que otro funcionario que se ha querido pasar de listo sí hemos tenido alguna riña verbal. Pero si tengo problemas, le canto al problema, así que me da contenidos para mis canciones.
Sí hay compañeros que han salido de Cuba porque allí no podían cantar sus canciones…
Yo llevo bastantes años cantando y haciendo lo mío, y eso no quiere decir que sea el único. Soy un guitarrero que canta, un bufón. Conozco a personas que se han ido por haber hecho una canción, porque han magnificado el rol que les toca. Conozco a muchos más, que son críticos, incluso más críticos y han tenido sus problemas, pero siguen en Cuba. No los ponen por televisión o al radio y eso magnifica sus canciones.
Pero sí hay artistas que han tenido que salir del país…
No creo que nadie se vaya de cuba porque no le pongan sus canciones. Conozco a muchos que se han ido porque dicen que en Cuba no pueden cantarlo, eso me parece una tontería. No te van a poner por la radio, como me pasa a mí, que no me televisan los videoclips ni radian mis canciones de corte duro y social, pero no me voy a ir a otro país para que lo pongan por la radio.
Hay una de tus canciones, 'El conflicto de las lenguas', que es especial para los vascos.
La han magnificado… se llama ‘El son de Abadiño'. Los vascos en Cuba querían que me aprendiera canciones de Ordorika, de Muguruza, y traté de hacerlo pero me parecía impostado y falso, no me salía lo que era y me inventé este tema para hablar de ello, en broma y en serio. Y ha gustado mucho, ¡sobre todo en Abadiño!
¿De qué habla la canción?
Es muy sencilla, es un juguete. Yo les quería cantar una canción mía en euskera y no pude… Habla de una ficción que me inventé, un diccionario dicho que me venden en euskera para aprender español, y la canción bromea con eso. Una frase de la canción es “el diccionario en euskera que aquel chino me vendió, yo lo hablo a mi manera, es un lenguaje divino, estoy aprendiendo euskera, con un diccionario chino. Yo me quería aprender una canción mía en euskera y, óigame, no hubo manera de una frase articular. Traté de memorizar dos de Fermín Muguruza con tal suerte que una musa me preguntó en el oído quién me la había traducido del vasco a la lengua rusa”.