Siemens Gamesa ha decidido cerrar su planta de palas eólicas de Aoiz (Navarra) de la que dependen 239 empleos directos. La decisión que ha sido trasladada a los trabajadores y dada a conocer por la compañía a través de un comunicado, se debe según explica esta, a que las palas que se fabrican en esta factoría situada en la Comunidad foral no tienen el tamaño “que demanda el mercado eólico en estos momentos”.
Así, la compañía argumenta que esta fábrica está especializada en modelos de aerogeneradores pequeños, principalmente para el mercado doméstico, mientras que su intención es centrarse en la siguiente generación, de mayor tamaño y potencia, para “operar con éxito en un entorno de mercado de fuerte competencia y presión sobre márgenes, agravado por la disrupción de la COVID-19”.
“Hemos tomado una decisión muy difícil y somos plenamente conscientes de su impacto en nuestros trabajadores y su comunidad local. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar a las personas afectadas”, explicó Alfonso Faubel, CEO Onshore de Siemens Gamesa. “Tras analizar durante los últimos meses todas las opciones posibles, hemos llegado a la conclusión de que no hay otra alternativa posible. En las circunstancias actuales, tenemos la obligación de tomar las medidas necesarias para garantizar la viabilidad a largo plazo de esta compañía, así como el empleo de las más de 24.000 personas que trabajan con nosotros en todo el mundo, incluidas cerca de 5.000 en España”, añadió.
De esta forma, Gamesa pone en marcha un Expediente de Regulación de empleo (ERE) para la totalidad de los trabajadores de la fábrica navarra. Las negociaciones con los representantes de los trabajadores comenzarán previsiblemente en los próximos días, de acuerdo con la regulación vigente. La compañía informará de los acuerdos alcanzados una vez finalicen las negociaciones.
En el comunicado, la compañía asegura que esta decisión no está directamente relacionada con la crisis de la COVID-19, aunque defiende que los efectos de la pandemia en las operaciones y la actividad comercial de la compañía han acentuado la “necesidad de actuar”. En este sentido, recuerda que registró un impacto directo de 56 millones de euros en su rentabilidad durante el último trimestre.
El Gobierno de Navarra, molesto por la decisión
La reacción del Gobierno de Navarra al cierre de la factoría eólica que emplea a 239 personas no ha tardado en llegar. A través de una rueda de prensa el Ejecutivo foral ha querido expresar su “profundo malestar” por el cierre y el ERE anunciado. Además, ha querido trasladar su compromiso de “analizar todas las opciones posibles siempre, desde la perspectiva del interés general”.
Para ello, aseguran, “se mantendrán los contactos necesarios tanto con la empresa, como con los representantes de las y los trabajadores y con el Gobierno español, para trabajar en la búsqueda y definición de las mejores posibilidades de actuación. En concreto, desde el Gobierno de Navarra ya se ha establecido contacto al máximo nivel con los ministerios de Transición Ecológica y de Industria, Comercio y Turismo”.