En los últimos días, EH Bildu ha ido avanzando en el cierre de las listas electorales para las próximas elecciones forales y municipales del 28 de mayo. Entre los nombres incluidos en las planchas no hay ninguno de los miembros de autodenominado sector crítico de Eusko Alkartasuna (EA), quienes denuncian que han sido excluidos de la participación política del partido por la dirección de Eva Blanco.
La división en EA comenzó en 2017 cuando los críticos intentaron hacerse con la dirección del partido en unas primarias en las que se quedaron a 14 compromisarios del entonces secretario general, Pello Urizar, quien dimitió en 2019, dando paso a un nuevo proceso de primarias en el que la candidatura de Maiorga Ramírez, parlamentario en Navarra, fue anulada por no llegar al mínimo de avales en una de las cinco organizaciones territoriales que componen el partido, la de Iparralde. La decisión, que acabó con la Justicia dando la razón a Ramírez, ha provocado que el partido haya estado a merced de los tribunales durante los últimos años.
El conflicto de fondo está en el papel que debe tener EA dentro de EH Bildu. Los críticos defienden una “independencia” respecto de Sortu en EH Bildu y acusan a la marca de la izquierda abertzale de fagocitar a los socios menores de la confluencia e incluso plantearon limitar la relación a concurrir juntos a elecciones concretas. La dirección de Blanco, por su parte, defiende que el partido sigue participando en las decisiones de la coalición abertzale.
En este contexto la dirección de EA ha propuesto para las listas de EH Bildu a candidatos afines a Eva Blanco, como es el caso de Severiano Txoperena en la plancha para el Parlamento de Navarra. Desde el sector crítico denuncian que con esta decisión se está excluyendo a una parte de la afiliación, que en el caso de la comunidad foral incluso es mayoritaria. “Son ellos los que se autoexcluyen al no querer participar de los congresos y asambleas”, apuntan a este periódico desde la dirección del partido. Desde el entorno de Blanco aseguran que se trata de “una estrategia de boicoteo y sabotaje” contra la dirección del partido. “Lo único que quieren es hacerse con el poder”, añaden.
A esta situación se suma que la semana pasada dos de los ocho ediles que EH Bildu tiene en el Ayuntamiento de Zarautz anunciaron en el pleno que abandonaban la corporación municipal para no seguir “colaborando” con una formación que quiere “hacer desaparecer del panorama político” a Eusko Alkartasuna “con el fin de formar un único partido”. Desde la dirección de Eusko Alkartasuna lamentan que esta decisión de los dos ediles, que califican de “deslealtad”, se haya producido a tan solo tres meses de los comicios.
Esta división interna está provocando un “desgaste” dentro de EH Bildu, como reconocen desde el partido. El sector crítico ha reclamado en varias ocasiones a la coalición que le exija a Blanco un nuevo proceso de primarias en EA. A este respecto, este miércoles en una entrevista en Euskadi Irratia el coordinador de EH Bildu, Unai Urruzuno, ha señalado que se trata de un “problema” que se tiene que solucionar dentro de EA y que es “muy difícil que lo arregle EH Bildu”. Urruzuno ha defendido que EH Bildu, de ser una coalición de partidos, ha dado “un salto a ser un movimiento político amplio”. “Hoy en día EH Bildu tiene virtudes que van más allá de los partidos. No podemos quedarnos en una coalición con cuotas de los partidos. Hay que dar pasos a otras figuras”, ha aseverado. Además de Sortu y EA, conforma EH Bildu independientes y una escisión de IU, Alternatiba, de la que forma parte Oskar Matute. La candidata en Bilbao, María del Río, es de esta formación.