El Banco de ADN del Gobierno de Navarra ha logrado identificar los restos de un segundo preso del fuerte franquista de San Cristóbal que fue enterrado en el cementerio de Berriozar (Navarra) tras participar en el intento de fuga que protagonizaron los presos del penal en 1936. San Cristóbal fue un complejo militar que tras el golpe de 1936 pasó a ser utilizado como cárcel para presos políticos de toda España. Por él pasaron hasta 7.000 personas y murieron unas 800, más de 200 fusiladas tras la fuga de 795 presos en 1938, y otras muchas por causas naturales provocadas por la tuberculosis, malnutrición o el hacinamiento.
Los restos identificados son los de Tomás Nache Guzmán, miembro de la CNT que tenía 22 años y que era natural de Almería y carpintero de profesión. Ingresó en el fuerte de San Cristóbal el 22 de junio de 1936, y, según el investigador Fermín Ezkieta, participó en un intento de evasión el 27 de julio de 1936. El 1 de noviembre de ese año fue ejecutado extrajudicialmente con otros veinte presos en el penal. Tras su muerte, fueron trasladados al cementerio de Berriozar, donde una placa instalada por la asociación Txinparta-Fuerte de San Cristóbal en 2009 recuerda sus nombres.
En marzo de 2022, y en el contexto del Plan de Exhumaciones del Gobierno de Navarra, el Instituto Navarro de la Memoria, de la Dirección General de Memoria y Convivencia, abordó la exhumación del cementerio de Berriozar a partir del informe presentado por la asociación Txinparta tras contrastar informaciones fiables en torno a la localización de la fosa común. Fueron localizados 21 cuerpos, con indicios evidentes de haber muerto por arma de fuego.