La prevalencia en la zona, el tamaño del centro y las visitas previas al estado de alarma son los principales factores explicativos de la incidencia de la COVID-19 en los centros residenciales sociosanitarios de Navarra, según la auditoría independiente presentada por el Gobierno foral. Desde el inicio de la pandemia, 280 personas han fallecido con coronavirus en estos centros (el 7% del total).
La consejera de Derechos Sociales, Mari Carmen Maeztu, ha sido la encargada de presentar este martes en rueda de prensa los resultados de esta auditoría, que es “la primera oficial en una comunidad sobre la crisis de la COVID-19 en los centros, una obligación ética ante el duro impacto que tuvo la pandemia y una obligación política de evaluar la gestión realizada para poder mejorar en el futuro inmediato”. Maeztu se ha mostrado “satisfecha” de que “prácticamente buena parte de todas las recomendaciones que se subrayan” en la auditoría “están ya en marcha o en proceso de implantación de las mismas”. Y ha recordado que, además, el pasado miércoles el Gobierno ya aprobó el nuevo decreto de autorizaciones que define “un nuevo modelo residencial con centros más pequeños y que incorpora como obligatorio cumplir con las medidas preventivas ante la COVID-19 o situaciones similares”.
En cuanto a las causas de la incidencia en los centros, Maeztu ha detallado que la auditoría señala que “la prevalencia en la zona, el tamaño del centro y las visitas previas al estado de alarma son los principales factores explicativos de la incidencia de la COVID-19 en los centros residenciales socisanitarios”.
Según ha indicado, las residencias situadas en zonas básicas de salud con una prevalencia superior al 3 por mil tienen seis veces más de probabilidad de tener incidencia de COVID-19; y los centros de más de 100 residentes, tienen cinco veces más probabilidades de ser más altamente afectada, que las de menos de 100 plazas. Asimismo, la probabilidad de que un centro tenga una alta incidencia es tres veces superior si acuden 50 personas o más.
La auditoría también destaca factores de protección como “la disposición de pruebas diagnósticas suficientes para el personal y los residentes, las desinfecciones generalizadas y la gestión de los recursos humanos”. Mientras que han sido factores de riesgo “la compra de EPI a proveedores no confiables o artesanales, la ausencia de medidas de contención como la limitación de visitas, la no sectorización de los centros y la ratio de empleados en las residencias”.
Por el contrario, hay otros factores que en el análisis realizado han tenido menos peso en la incidencia de mayor o menor tasa de contagios y fallecimientos en las residencias. Así, según el estudio, la titularidad no influye de manera importante en el impacto de la pandemia y tampoco parece potenciar ni proteger significativamente el número de residentes que comparten habitación o el tipo de residentes (autónomos-dependientes). El disponer de personal médico o de enfermería antes del estado de alarma tampoco ha sido un elemento de protección.
El 25% de los residentes se contagiaron de coronavirus y el 7% fallecieron
Durante la ola de la pasada primavera, hasta el 9 de junio, resultaron contagiados en Navarra 1.474 personas de los 6.000 residentes. De ellos, fallecieron 437 (274 con diagnóstico Covid y 163 con síntomas compatibles con la enfermedad), a los que se suman seis nuevos fallecimientos con coronavirus desde el 1 de julio.
Se estima una tasa de contagios del 25% de las personas residentes, una tasa de fallecimientos del 7% (sumando casos confirmados y con síntomas compatibles no confirmados) y una tasa de letalidad (porcentaje de fallecidos sobre contagiados) cercana al 30%.
La tasa de contagios ha sido mayor en el caso de los centros de mayores que en los de discapacidad. Así, en los centros para personas mayores ha alcanzado el 28,1% y en los en centros para personas con discapacidad 11,4%. Además, un 24,1% de los trabajadores requirieron baja médica.
Tanto los contagiados como los fallecimientos, se han concentrado en un grupo de centros. Así, los 24 centros de personas mayores (de un total de 70), que tuvieron una tasa de contagio superior al 25% concentraron el 94,2% de contagios y el 93% de fallecimientos. Ha habido fallecidos en 32 de los 70 centros. Solo ha habido 9 contagios en las 38 residencias restantes. Tomando en consideración exclusivamente las residencias en las que hubo fallecidos (35 de las 84), el porcentaje de residentes contagiados asciende hasta el 44% y el porcentaje de fallecidos al 13,3%.
Las residencias que se encuentran en aquellas zonas de prevalencia demográfica Covid-19 alta tienen tasas de contagio también altas. Además, las residencias de mayor tamaño han sido las más afectadas. El porcentaje de residentes contagiados fue mucho menor en las residencias de hasta 35 residentes (12,8%), entre 36 y 50 (16,3%) y entre 51 y 100 (16%) en comparación con los centros con más de 100 residentes, en los que se alcanza el 34% de personas contagiadas. Los centros que tienen mayor número de espacios comunes interiores y exteriores (se entiende que son los más grandes) han sido más afectados por la pandemia.
En términos generales ha habido más casos en donde las ratios de personal son menores. La tasa de fallecimientos en las residencias con ratios superiores al 70% (70 profesionales por cada 100 usuarios) alcanza el 6,2% así como la tasa de contagios el 19,8%, mientras que para aquellas que tienen una ratio de empleo inferior al 70% estos indicadores son del 8% y del 27,9% respectivamente.
Por otro lado, la auditoría pone de manifiesto que al menos en 9 de cada 10 residencias han contado durante los meses de marzo, abril y mayo con personal de enfermería, mascarillas, medicamentos, batas sanitarias, hidroalcohol, lejías y guantes sanitarios. Además, aproximadamente 8 de cada 10 residencias, dispuso de personal médico, gorros desechables, botellas de oxígeno, mascarillas lavables, celulosa y suero.
Por otro lado, los centros realizaron actividades de entretenimiento y gestión de las emociones de las personas residentes, según han declarado el 85% de ellas. Este dato es significativamente menor entre las residencias con fallecidos que baja al 75%. Además, el 82% de las residencias organizaron videoconferencias de las personas residentes para comunicar con sus familias y allegados, un 75% en el caso de las residencias más afectadas.
Recomendaciones
En cuanto a las recomendaciones, la auditoría aconseja prestar atención prioritaria a aquellas residencias que se ubiquen en zonas geográficas en las que se incrementa la tasa de contagios o surgen brotes y actuar con rapidez aplicando medidas preventivas de aislamiento.
Continuar aplicando medidas preventivas con objeto de evitar que se produzcan contagios, disponiendo de PCR suficientes y prestando especial atención a las desinfecciones y garantizar que las residencias cuentan en todo momento con un stock de recursos de todo tipo, incluido sanitarios, para hacer frente a situaciones de emergencia como la ocurrida son otras de las recomendaciones del trabajo.
Asimismo, aconseja “garantizar que las residencias van a contar con los recursos y apoyos externos necesarios y especialmente con los apoyos sanitarios cuanto tengan que recurrir a estos” y “contar con mecanismos adecuados que permitan a las residencias reponer sus bajas laborales de forma rápida, o reforzar el número habitual de empleados de distintos perfiles en caso de extensión del Covid-19 en la residencia”.
También propone “establecer unas ratios de empleados totales, incluido personal médico y sanitario más altas especialmente en contextos de pandemia” y establecer mecanismos, protocolos y procedimientos junto con las residencias para hacer frente a situaciones de crisis.