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Entrevista
Hermana de Mikel Zabalza, víctima de la violencia policial

Lourdes Zabalza: “Se ha demostrado que mi hermano no era de ETA y se ha reparado su nombre”

Lourdes Zabalza.

Rodrigo Saiz

4 de marzo de 2022 21:30 h

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Lourdes todavía se emociona al recordar a su hermano 36 años después de que muriera víctima de la violencia policial. Mikel Zabalza -Miguel Mari, como le llamaban en casa-, era un treintañero navarro que trabajaba en la compañía del transporte público de Donostia. No tenía relación alguna con ETA, “ni tampoco era violento”, pero el 26 de noviembre de 1985 fue detenido por la Guardia Civil en el marco de una operación antiterrorista y trasladado al cuartel de Intxaurrondo. Allí sufrió “graves torturas y tratos inhumanos y degradantes” que le provocaron la muerte. Su cuerpo no apareció hasta el 15 de diciembre en el río Bidasoa, en la zona de la zona de Endarlatsa, un punto que une Gipuzkoa y Navarra con la muga francesa. La versión oficial dice que falleció ahogado tras haberse escapado del reconocimiento de un supuesto zulo terrorista en ese punto. Sin embargo, el pasado domingo el Gobierno vasco lo reconoció como víctima de violencia policial tras la publicación de un informe en el que se sostiene que Zabalza murió por las torturas de la Guardia Civil.

Su hermana recibe a elDiario.es en su casa de Orbaizeta, localidad natal de Mikel y de sus ocho hermanos, situada en el valle de Aezkoa, en el corazón del Pirineo navarro. Reconoce que es un “alivio” saber que la familia estaba en lo cierto al defender que murió torturado, pero reclama que se conozca toda la verdad del caso. También lamenta que “la ama y el aita se hayan ido con la amargura de no conocer la verdad” y espera que el Gobierno central y la Guardia Civil también lo reconozcan y esclarezcan lo sucedido.

¿El reconocimiento de que Mikel Zabalza murió torturado desmontando la versión oficial es el final del camino?

No. Es un paso muy importante, pero el final del camino no es.

¿Qué supone para la familia?

Da valor a lo que llevamos diciendo años que es la verdad y desmonta la versión oficial. Como consecuencia, repara el nombre de mi hermano porque no era ni de ETA, ni era un violento, ni nada. Nosotros ya no somos los mentirosos y difamadores que algunos decían que éramos.

¿Qué hace falta para llegar al final del camino?

Que el Gobierno de España hiciera el mismo reconocimiento y pusiera todos los medios para que cosas similares no ocurran nuca. Que reconozcan lo que se ha hecho porque no fue un caso de alguien al que se le fue la mano y lo mató, era algo bien organizado que tenía el apoyo de los estamentos superiores. El hecho de que la versión oficial sea tan inverosímil demuestra que ellos estaban tranquilos de que no les iba a pasar nada, que sus actos no iban a tener consecuencias y que les daba igual inventarse lo que fuera.

¿Debería haber un pronunciamiento de la Guardia Civil?

Por supuesto. Si la Guardia Civil abre un expediente a esas personas que se excedieron , los aparta del servicio y hace lo que toca por ley para las personas que no cumplen con su obligación, le daría credibilidad y legitimidad, pero si no, se demuestra que están tapando fechorías muy grandes.

Tuvieron el cadáver de mi hermano secuestrado más de 20 días y, si no llega a ser por la movilización social, hoy sería una persona desaparecida

¿Repara el daño causado?

El daño causado no se reparará nunca porque mi hermano no volverá, pero psicológicamente da tranquilidad saber que lo que nosotros pensábamos es cierto, que no éramos unos mentirosos, que él no era de ETA. Todavía estamos asimilándolo porque nos parece increíble que una institución diga que fue torturado y que murió por esas torturas que le infligieron en Intxaurrondo.

Querían que se supiera que Mikel Zabalza no era de ETA.

Eso ya se sabía. En su día ETA dijo que no conocía de nada a Mikel, y Barrionuevo [exministro del Interior] dijo que había sido un error, que no tenía nada que ver con ETA. Pero eso se ha quedado ahí difuminado hasta que ahora este informe lo ha vuelto a recordar.

¿135.000 euros es una indemnización justa?

No cuantifico económicamente la muerte de Mikel. Nosotros no hemos peleado todo este tiempo por la indemnización, sino por conocer la verdad de lo que le pasó, porque confiesen que es lo que hicieron. Y todavía falta esa confesión. Si hay una indemnización, la cogemos, pero ya está. Eso no paga la vida de una persona.

¿Cuál ha sido vuestra batalla en los tribunales?

La causa estuvo dos veces abierta. La primera, de 1985 a 1988, en la que no se hizo una reconstrucción de los hechos y se sobreseyó; la segunda, en 1995 a raíz de la investigación de ‘El Mundo’, que permitió que se pudiera reabrir el caso, aunque se volvió a cerrar [el tribunal la desestimó al no tener “una mínima calidad convitiva”]. Yo creo que no se investigó debidamente porque una persona que ha estado en las aguas de un río durante 20 días, su cuerpo tiene que estar completamente deteriorado por la acción del agua y del arrastre. Dicen que cuando uno se cae a un río o al mar, lo primero que hace el agua es desnudarlo, Mikel estaba hasta con zapatillas. Con esos indicios y las pruebas, porque tenían hasta la fotografía del cadáver en el depósito, si no investigan más es un síntoma de que no se quería investigar más.

El contenido del audio con conversación entre el excoronel del CESID Juan Alberto Perote y el capitán de la Guardia Civil Pedro Gómez Nieto en la que se aludía a las torturas que sufrió Mikel ya había sido desvelado muchos años atrás. ¿Por qué no fue admitido como prueba?

Porque no querían llegar al fondo de la cuestión. Si te llega el contenido de esa conversación, tu deber es investigarlo, citar a los implicados.

El informe elaborado por el Gobierno vasco sostiene que el caso no está prescrito. ¿Puede quedar recorrido judicial?

El caso está sobreseído mientras no aparezca una nueva prueba determinante que permita volver a abrirlo. Todas las pruebas que se recogen en el informe del Gobierno vasco ya eran conocidas. No sé si la Fiscalía podrá tirar del contenido del informe, pero nosotros no tenemos nada nuevo.

¿Es suficiente para la familia que se conozca la verdad del caso o esperan más pasos?

Es muy importante, pero no suficiente. Todavía nos queda la confesión de los hechos, conocer toda la verdad de que lo hicieron. El informe confirma que lo mataron en Intxaurrondo, pero no sabemos cómo, por qué lo mataron o por qué lo detuvieron. La única comunicación que hemos tenido por parte del Estado es cuando apareció el cadáver, que llamó Roldán [entonces delegado del Gobierno en Navarra] y dijo que la Guardia Civil había encontrado un cadáver en el río Bidasoa con las manos esposadas.

Que se reconozca que Mikel murió torturado es un paso muy importante, pero todavía no conocemos toda la verdad de lo que pasó en el cuartel de Intxaurrondo

El informe descarta la hipótesis de que Mikel Zabalza se escapó.

No es posible que una persona maniatada que no sabe nadar se tire por un barranco que está lleno de arbustos cuando, si conocía tan bien el lugar, como ellos sostenían, en lugar de tirarse por ahí, hubiera cruzado el río un poco más adelante, solo se hubiera mojado los pies y estaría en Francia. No se sostiene por ningún lado.

El domingo en el homenaje que se le hizo a Mikel, usted recordaba a su padre y a su madre y señaló que les hubiera aliviado la amargura con la que se fueron.

Desde la muerte de Mikel la ama y el aita fueron otros. Nosotros no nos creímos desde el primer momento la versión oficial, pero hasta ahora ninguna institución nos había dado la razón, y de haber llegado antes se habían ido ir sin esa amargura. Mi padre se quería morir, a mi marido le llegó a decir que se quería morir para irse con Mikel, y mi ama también tuvo una depresión grandísima. No volvieron a ser los mismos porque a la tristeza de la muerte de un hijo se les sumó la amargura de no conocer la verdad. Saber esto les hubiera aliviado por la restauración del buen nombre de Mikel y por conocer que ante la sociedad ya no somos unos mentirosos que van en contra del Estado.

El informe destaca que su madre recibió un trato “degradante” cuando pidió información sobre la detención de Mikel.

No solo no se nos dio información de por qué lo habían detenido, sino que se nos trató mal. A mi madre le negaron por activa y por pasiva que estuviera detenido hasta que en un momento un guardia civil le dijo: “Señora, si se ha perdido su hijo vaya a objetos perdidos”. Después, tuvieron el cadáver secuestrado más de 20 días y, si no llega a ser por la movilización social, hoy sería una persona desaparecida.

¿Las víctimas de la violencia policial son víctimas de segunda?

Para el Estado no somos víctimas, incluso a nosotros durante muchos años se nos acusó de difamadores por decir que Mikel había muerto tras ser torturado, lo que ahora este informe ha demostrado.

En este sentido, Euskadi y Navarra han aprobado sendas leyes de reconocimiento a estas víctimas.

Estas leyes ayudan a que exista ese reconocimiento, pero también hay muchas personas que quedarán sin reconocer porque no querrán decir nada para no rememorar lo que les pasó. Mis dos hermanos [Aitor y Patxi] que también fueron detenidos el mismo día que Mikel hasta hace poco no les había oído hablar de que les habían torturado porque tuvieron la desgracia de que a su hermano lo habían matado y lo de ellos quedó relegado. Pero todavía tienen ese dolor y esa amargura dentro. 

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