Tras haber vivido un verano en el que se batieron cifras históricas de hectáreas quemadas por los incendios que asolaron a la comunidad foral, sobre todo en el mes de junio cuando ardió la superficie equivalente a la de cuatro veces Pamplona, el pasado martes 20 de septiembre un nuevo fuego, esta vez en la ladera del monte Ezkaba, situado en la comarca de Pamplona, al norte de la capital navarra, volvió a encender todas las alarmas por su proximidad a núcleos urbanos. Para sofocarlo fue necesaria la ayuda de medios aéreos del Estado así como de comunidades limítrofes como La Rioja o Aragón que reforzaron el despliegue de los Bomberos de Navarra. Pese a la magnitud de las llamas, visibles desde casi cualquier punto de la ciudad, los recursos con los que se contó desde la comunidad foral para su extinción no fueron todos con los que se podía contar. Ese mismo día habían concluido gran parte de los contratos de la temporada de verano de los bomberos forestales, cuya labor es fundamental en este tipo de incendios.
“En esta época del año los incendios se atienden como se puede, no como se debe”, lamenta al otro lado del teléfono Toño Jaso, bombero forestal de Navarra, en una conversación con este periódico. Su contrato finalizó el mismo 20 de septiembre tras haber estado trabajando algo más de tres meses y no volverá a ser llamado hasta el mes de enero. “En invierno nos llaman solo a unos pocos, a unos 40, para realizar quemas prescritas en la zona del Baztán, pero hasta entonces no hay bomberos forestales en Navarra, cuenta”.
Desde hace más de dos décadas los bomberos forestales se contratan en la comunidad foral en verano e invierno para reforzar al equipo de bomberos de Navarra en las dos épocas del año donde es necesario contar con mayor número de efectivos para estas labores. Son las campañas de verano -de finales de junio a comienzos de octubre-, en las que este refuerzo alcanza los 150 efectivos en el periodo de junio a agosto -a partir de septiembre y hasta el 4 de octubre, cuando finaliza la campaña el número de efectivos se reduce a la mitad-, en temporada de alto riego de incendios; e invierno -de comienzos de enero a principios de abril-, donde medio centenar de bomberos realizan quemas controladas de masa forestal cercana a poblaciones para evitar que en caso de un incendio, el fuego llegue a las viviendas.
Desde este colectivo reclaman que en el actual escenario de emergencia climática en el que cada vez más las temporadas de riesgo de incendios son más largas, se elimine el sistema de campañas y haya más bomberos forestales contratados “el mayor tiempo posible”. “Las administraciones se tienen que concienciar que lo de los incendios de este verano y el último de esta semana van a volver a suceder. Con las temperaturas cada vez más altas y la sequía, cada año habrá más incendios”, asevera Toño Jaso. Además, asegura que cada vez son más los ayuntamientos que les solicitan ayuda en invierno para realizar quemas prescritas como forma de prevención de incendios mayores en verano.
Refuerzo de Bomberos de Navarra y coordinación con el Estado y otras comunidades
Desde el Gobierno de Navarra, por su parte, señalan que la próxima semana la Dirección General de Interior tiene previsto organizar una jornada de reflexión con ayuntamientos navarros y otras comunidades cercanas para estudiar posibles medidas de refuerzo para las épocas de incendios así como valorar la necesidad de prolongar las campañas, lo que permitiría contar con mayor número de efectivos durante más tiempo.
Destacan a su vez que la comunidad foral cuenta actualmente con “recursos suficientes” para hacer frente a incendios que se pudieran generar fuera de estas campañas de refuerzo. Así, detallan que el equipo de Bomberos de Navarra está conformado por 474 personas -“la mayor cifra de los últimos 15 años- y con un presupuesto de 33 millones de euros que se ha aumentado en seis millones en los últimos cuatro años. Además, se ha estabilizado a parte de la plantilla con la convocatoria de ofertas públicas de empleo.
En caso de que existan nuevos incendios, a estos efectivos se le podrían sumar, como ha sucedido con el fuego del monte Ezkaba, medios del Ministerio de Transición Ecológica y de otras comunidades.