El Gobierno de Navarra ha declarado a Ángel Berrueta y a su familia víctimas de la violencia policial. Berrueta fue asesinado el 13 de marzo de 2004, dos días después de los atentados del 11M por un policía nacional y su hijo, quienes le asestaron una puñalada y cuatro disparos por negarse a poner en su panadería un cartel en el que se atribuía a ETA la autoría de los atentados yihadistas.
La comisión de reconocimiento ha aprobado la declaración de víctima tanto de Berrueta como la de su viuda y sus cuatro hijos, que “durante años” sufrieron amenazas de muerte y sabotajes en su panadería por parte de personas que insistían en la autoría de ETA de los atentados. Con el reconocimiento podrán acceder a las indemnizaciones que fija la ley foral.
Berrueta tenía 60 años cuando fue asesinado. El 12 de marzo de 2004 no abrió su panadería, situada en el barrio pamplonés de San Juan/Donibane, sumándose al duelo que mostraron aquel día multitud de comerciantes en España. También colocó en su escaparate un crespón negro en señal de luto por la masacre yihadista que el 11 de marzo en la que murieron 192 personas y más de 2.000 resultaron heridas. Sin embargo, eso no resultó suficiente para María del Pilar Rubio, quien en el mediodía del 13 de marzo bajó a la panadería de Berrueta, contigua al portal de su vivienda, a reclamarle que colocara un cartel con la leyenda 'ETA ez' (ETA no en euskera). Tras la negativa del tendero, Rubio le dijo a Berrueta, a quien consideraba un etarra por haber fundado la asociación Gurasoak, de familiares implicados en acciones de la 'kale borroka' (dos hijos suyos fueron detenidos y posteriormente declarados inocentes por acciones de este tipo): “Tú un asesino, tú eres un etarra”.
Posteriormente subió a su casa y contó lo ocurrido a su marido, Valeriano de la Peña, y a su hijo Miguel. Ambos bajaron a la panadería de Berrueta, donde le asestaron una puñalada. El panadero trató de refugiarse en la trastienda de la tienda, pero fue entonces cuando el policía nacional, con su pistola reglamentaria, le asestó cuatro disparos. Los dos asesinos abandonaron el local sin atender a Berrueta.
En un juicio celebrado en el año 2005, el policía nacional Valeriano de la Peña y su hijo Ángel de la Peña fueron condenados a 20 y 15 años de cárcel respectivamente por asesinato con agravante de “motivación ideológica”. María del Pilar Rubio fue condenada como inductora del crimen, pero meses después fue absuelta por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Según la sentencia, los agresores actuaron “por un sentimiento ideológico”, por ser la víctima “socio y miembro fundador de la asociación 'Gurasoak Lanean'”, considerándolo un “etarra”.